Domund 2018

Claro Jesús Díaz: «La ayuda que la campaña del Domund nos da a los misioneros es clave»

A los 67 años, este olivarense ha cambiado la misión en Nicaragua por el barrio sevillano de San Jerónimo

Claro Jesús Díaz Pérez P. Y.

Pedro Ybarra Bores

Claro Jesús Díaz Pérez es un sacerdote diocesano misionero natural de Olivares que acaba de llegar a Sevilla tras pasar los últimos 16 años en Nicaragua. En septiembre ha celebrado los 20 años de sacerdocio y actualmente es vicario de dos parroquias de San Jerónimo.

¿Desde cuándo está la iglesia Católica en Blufields?

La primera iglesia cristiana que llegó a Bluefiels (Nicaragua) fue la iglesia Morava en el siglo XVI. Tras la llegada los anglicanos, los católicos llevamos en aquel Vicariato Apostólico unos 120 años. Los cuatro primeros años estuve en una parroquia, donde llevábamos cuatro barrios urbanos en la ciudad y 60 comunidades rurales.

¿Cuál era el principal objetivo de la misión?

Anunciar el Evangelio. Fundamentalmente al hacer giras misioneras en las que había que recorrer casi 5.000 kilómetros cuadrados. Visitábamos las 60 capillas dos veces al año (cada seis meses) y se celebraba en una misma misa todos los sacramentos: bautismo, confirmación, matrimonio, primeras comuniones y las intenciones de difuntos. Los desplazamientos son por ríos y a caballo, porque no hay vías de acceso a las comunidades. Aparte de las giras, también hacíamos visitas para la formación, porque allí la estructura de la parroquia está en manos de laicos, no solo la estructura pastoral, sino la de servicios: educación, salud y producción (los tres proyectos grandes de la parroquia). También fui rector del seminario menor de Bluefields durante diez años.

Claro Jesús Díaz durante una de las giras misioneras en Nicaragua ABC

De Nicaragua a San Jerónimo..

Son dos mundos absolutamente distintos, aunque la misión de la iglesia sea la misma: una misión pastoral de acompañar a las comunidades.

Lo importante del Domund es su universalidad...

Estas iglesias, al ser vicariato, dependen de Propaganda Fide, que es donde están las Obras Misionales Pontificias (OMP). Para el mantenimiento de nuestra estructura pastoral, nuestro seminario, conservación y construcción de nuestras parroquias, recibimos muchas ayudas de las OMP. En Nicaragua también se hace el Domund, y en mi parroquia de Bluefields se hacía. Toda esa colecta la ponemos en manos de la Santa Sede y ésta después reparte.

¿Cómo se realiza la distribución de la colecta del Domund?

Todas las diócesis del mundo somos solidarias en el dar, y después Roma distribuye proporcionalmente a las necesidades de cada uno. Es muy importante para el mantenimiento de nuestras iglesias —en este caso de un país pobre como Nicaragua— las ayudas que nosotros recibimos de las OMP. La fuente de financiación fundamental de las OMP es la colecta del Domund. Supone una ayuda importante también para la construcción de parroquias o la formación de los agentes de pastoral. Para las iglesias en misión. Las OMP es un órgano clave de apoyo personal a los misioneros. Estamos bajo la tutela de las OMP que forman parte de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (el dicasterio de la Santa Sede que se dedica a la propagación de la fe).

¿Qué opina del lema de este año?

Lo de «Cambia el mundo» puede parecer un poco pretencioso. ¿Nosotros podemos cambiar el mundo? Creo que sí. Vengo de decir a los niños en un colegio que lo que ellos dan posibilita que nuestra parroquia pueda crear una mínima infraestructura para que los niños tengan educación. ¿Cómo pueden ayudar los niños?, los misioneros humildemente aportamos algo al cambio de la realidad en la que estamos, porque somos agentes de evangelización y ésta tiene una gran dimensión social en estos terrenos tan poco desarrollados, y así también anunciamos el Evangelio. La ayuda que la campaña del Domund nos da a los misioneros es clave. Los niños con los sobres y huchas del Domund cambian la realidad educativa de una parroquia. Muchos granos de arena forman un montón para los proyectos pastorales. Desplazarnos para visitar las comunidades supone un gasto al que muchas veces las propias comunidades no pueden hacer frente.

En Nicaragua, muchos de los trayectos había que realizarlos en barca ABC

¿Cómo colaborar con el Domund?

Hay dos cosas que pide la campaña del Domund: primero rezar por los misioneros y por las iglesias de misión; y segundo, siendo solidario con lo poco o lo mucho que cada uno pueda aportar. Hacen falta todavía muchos misioneros y nuestra tarea en los territorios es también muy dura y necesitamos las oraciones de nuestras comunidades de origen, y también la ayuda económica. Lo bueno es que es una campaña universal. Toda la iglesia es la que se pone en oración y la que se pone en actitud de ayudar a la obra misionera de la iglesia. No estoy allí por mi propia cuenta, estoy allí porque la iglesia me envía.

¿Cuál es la misión de un sacerdote misionero?

No solo los sacerdotes tienen misión, las religiosas en estos territorios de misión cumplen un papel clave y los laicos en mi parroquia son laicos misioneros, discípulos de misioneros para que nuestros pueblos en él tengan vida, lo que ha reflejado el Papa Francisco en sus encíclicas y exhortaciones apostólicas. Aquí las cosas de las parroquias la hacemos los curas y la tenían que hacer los laicos, pero allí por necesidad son los laicos los que tienen que asumir tareas que los curas no pueden hacer: curas, religiosos, laicos, todos contribuimos a la misión de la iglesia que no es otra que anunciar el Evangelio de Jesús.

¿Cuál es la mejor manera para transmitir la fe en el siglo XXI?

Es el testimonio personal de vida cristiana y la predicación, evidentemente. El primer servicio que nosotros podemos hacer por la Iglesia es rezar. La primera obligación pastoral de un sacerdote o un laico que quiera transmitir el Evangelio es dejarse convertir, ser discípulo de Jesús e ir detrás de Él, siguiendo su camino, y después esa experiencia personal y comunitaria que se tiene hay que transmitirla. Se transmite la fe predicando en las homilías, mediante los sacramentos y después por lo que podamos hacer por los demás, por cambiar un poquito este mundo tan injusto. Podemos hacer pequeñas cosas, pero con pequeños actos se cambian las realidades. Se puede cambiar a mejor con el testimonio y con la palabra.

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