Cierra Bolsos Casal en la calle Sierpes tras 90 años de servicio a los sevillanos

Un trozo más de la memoria colectiva de los sevillanos se desprendía este sábado con el cierre de la tienda Bolsos Casal en la calle Sierpes. Ese establecimiento fue el origen de la empresa que montó un gallego enamorado de Sevilla, que se proclamó un día el rey de los bolsos . Su familia confirmaba a ABC que el destino final del local, que hasta hace unos días abría al público en el número 73, es incierto y no se descarta que vuelva a retomarse la misma actividad comercial.

Los herederos de Ángel Casal (1901-1983) mantienen dos tiendas más en el Casco Histórico de la capital, en las calles Jovellanos y Tetuán. Son supervivientes en esta larga y costosa batalla a la que se enfrenta a diario el comercio tradicional ante las amenazas que suponen los cambios en el hábito del consumidor como son las ventas 'online' y las grandes superficies.

El establecimiento que acaba de cerrar era propiedad de dos hermanas ancianas que han fallecido recientemente. De ahí que el negocio se haya visto abocado a echar la baraja a la espera de que los herederos de las últimas propietarias tomen una decisión, señalan esas mismas fuentes consultadas por ABC.

El fin de la actividad en el número 73 de la calle Sierpes cierra una historia que arrancó en 1929, cuando Casal entró a trabajar como encargado en Casa Rubio , otro de los negocios que ya sólo perduran en la memoria de los que peinan canas. En esa tienda dedicada al comercio de abanicos y paraguas, que estaba situada en el número 66, arrancaría la vinculación de Ángel Casal, ferrolano de nacimiento, con una de las arterias fundamentales del corazón hispalense. Poco después decidiría iniciar su propia aventura empresarial abriendo la tienda que ha estado en funcionamiento casi un siglo, nada menos que 90 años.

Bolsos Casal escribe un nuevo capítulo en los cierres de los comercios tradicionales de Sevilla. El anterior lo suscribió Juguetería F. Cuevas que sucumbía en la plaza San Francisco a las tendencias, poniendo fin a su sede física para dedicarse exclusivamente a las ventas por internet. El nieto del fundador, Manuel Cuevas, explicaba a ABC que no podían continuar por la bajada de ventas y la pérdida de su cliente potencial frente a la avalancha de turistas que apenas les dejaban rédito.