TURISMO

Las casas palacio de Sevilla reciben 91.000 visitas esta primavera

La ruta, que se estrenó en enero, irrumpe con fuerza en el circuito de la ciudad y se convierte en el tercer reclamo turístico

En la imagen, la Casa de Dueña ABC

Elena Martos

Las casas señoriales de Sevilla tienen ya presencia en las principales guías y son un auténtico reclamo turístico, capaz de competir con la Catedral y hasta con el mismísimo Real Alcázar. Pero esa popularidad les ha llegado uniendo fuerzas en un proyecto conjunto que arrancó el pasado enero y que ha multiplicado las visitas. Solo durante la primavera han sido más de 91.000 ( 42.880 registradas en abril y 48.269, en mayo ). Los números los ofrece Ricardo Gascó , gerente del espacio cultural de la Casa de Dueñas, que ha liderado la iniciativa en la que están implicadas también la Casa Pilatos, el Hospital de la Santa Caridad y la Casa Salinas.

Desde que la ruta se presentó oficialmente, el equipo no ha dejado de trabajar para darla a conocer. En este tiempo han logrado crear un punto de información en la Catedral y en la oficina de Turismo de la Plaza del Triunfo . Y el resultado es «muy positivo», reconoce Gascó, que espera seguir ampliando actividades. «Lo más importante de todo es la unidad entre nosotros, porque ofrecemos un mismo discurso y tomamos decisiones de forma consensuada».

Tapiz «Mercurio Enamorado», de Herce, en la Casa de Dueñas PEPE ORTEGA

El representante del Palacio de Las Dueñas se muestra convencido de que este producto «es ya el tercero más visitado» y que cuenta «mucho margen todavía para seguir creciendo». La misma motivación la comparte Cristián Salinas , que ejerció como anfitrión durante la puesta de largo de la ruta. El director de la Casa Salinas avanza que «aún quedan muchas cosas por hacer», entre ellas el papel que jugarán estas residencias señoriales en la próxima Bienal de Flamenco de Sevilla . Esa ha sido la primera acción que aún está por definir y vendrán más, anuncia.

La clave de este éxito la atribuye a «haber simplificado la oferta de cara al turista», mostrándola junta y con un mismo horario. Los palacios esconden tras sus muros una veintena de salones, diez jardines y más de 2.000 obras de arte entre las que hay cuadros de Murillo, Ribera, Zurbarán, Valdés Leal, Luca Giordano, Pacheco y hasta Goya. También cuentan con tapices flamencos, mosaicos, entre los que destaca una pieza del siglo II antes de Cristo, y un amplio fondo de azulejos a través de los que se cuenta la historia de Sevilla desde el siglo XVI al XIX.

Capilla de la Santa Caridad RAÚL DOBLADO

La ruta se planteó como una iniciativa abierta a la que se pueden sumar otras propiedades, pero de momento mantiene las cuatro paradas originales. La tercera es el Hospital de la Santa Caridad , cuya conservadora, Marisa Caballero , anima a visitar en conjunto con el resto. Asegura a ABC que el edificio, obra de Miguel de Mañara, «ya era muy conocido», pero esto le ha permitido formar parte de un producto turístico que se vende solo. Sus principales visitantes son españoles, muchos de ellos de la propia ciudad que ahora se animan a conocerlo por dentro. «Sevilla ha estado siempre tan unida al patrimonio religioso que la oferta no mostraba mucho más», considera. La irrupción de las casas palacio en bloque ha permitido diversificar y contribuye a desmasificar ese triángulo que se forma entre Santa Cruz, el Alcázar y la Catedral .

Caballero propone seguir avanzando con más facilidades como la venta de entrada conjunta con otros monumentos o la organización de ciclos de conciertos durante los meses de verano, que son los más flojos en visitas. Y por qué no aprovechar el tirón de hacerlo con referencias más conocidas como la Casa Pilatos , última (o primera según por qué parte de la ciudad se inicie el circuito) parada de este tour palaciego.

Uno de los salones de la Casa Pilatos PEPE ORTEGA

Matilde Fernández , una de las responsables de la gestión del monumento, señala que «es una ruta de arquitectura civil única en el mundo». Lo compara con los castillos del Loira, pero «mucho más singular». Esta propiedad, que pertenece a la Fundación Medinaceli, lleva abierta al público más de tres décadas y recibe, fundamentalmente a turistas extranjeros. Explica Fernández que « se trata, sobre todo, de franceses e italianos y cada vez más estadounidenses». Los orientales, que cada vez son más numerosos en la ciudad, aún no lo tienen como referencia, al menos cuando van en grupo, pero todo se andará.

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