SERVICIOS SOCIALES

Carmen «la canaria»: «Me he caído muchas veces en casa y sin ayuda habría muerto aquí»

Esta modista jubilada de 84 años, que vive sola en un «piso-cárcel» junto a la Carretera de Su Eminencia, agradece a Cáritas y la Junta su ayuda pero alerta de que hay muchas personas que no la tienen

Carmen, asomada al balcón de su piso, desde donde ve pasar el último tramo de su vida ROCÍO RUZ

JESÚS ÁLVAREZ

Carmen «la canaria», como la conocen en Su Eminencia , tiene 84 años y se mudó a Sevilla «por amor» hace más de 35. Vivió con su pareja durante 22 años hasta que murió de un cáncer de pulmón. «Lo pasó muy mal y lo estuve cuidando hasta el último día —cuenta a ABC— pero a las dos semanas de morirse, me dio un ictus que me ha dejado recluida en la casa y así llevo trece años».

Vive sola en un tercero sin ascensor que se ha convertido en una cárcel de la que no puede salir. Hace casi toda su vida en el sofá aunque puede cocinar. «Puedo más o menos cocinar pero para ducharme, las paso canutas. S in ayuda, no puedo », confiesa.

No tiene hijos ni familiares en Sevilla pero sí vecinos que hace un par de semanas escucharon sus gritos y llamaron a una ambulancia: se había caído y no podía levantarse. « Me ayuda una mujer que viene de Cáritas todas las tardes una hora a acompañarme en todo lo que necesito. Y de la Junta viene una mujer todos los días a limpiar una hora porque yo no puedo».

Cuenta con un servicio de teleasistencia desde que está impedida en casa y lo ha tenido que utilizar muchas veces. «Me he caído mucho y me mandan la ambulancia y se portan muy bien. Sin ayuda me habría muerto», asegura.

También se portan muy bien de su parroquia. « Viene gente a visitarme de la Iglesia porque amigas con vida ya no tengo . El cura viene a darme de vez en cuando la comunión a casa y alguna vez hasta me ha hecho aquí una misa. El día de mi cumpleaños vinieron seis catequistas y el cura a felicitarme», cuenta.

Carmen se siente afortunada y agradece a Cáritas , la parroquia y los servicios sociales de la Junta de Andalucía su ayuda pero alerta de que hay muchas personas en su situación que no la tienen.

Los días se le hacen muy largos pero cuenta con un balcón para acortarlos. «Mi balcón es muy novelero porque me asomo y veo toda la calle con los bares, veladores , con gente pasando y eso me entretiene mucho. Estoy un ratito en el balcón y del balcón al sofá, cuando ya hace frío », dice.

¿Tiene miedo por las noches? « Estoy muy sola hasta las 14,30, que viene la chica de la Junta , pero estoy acostumbrada y ya no me desespero. Duermo bien con una pastilla que me recetó el médico y no tengo miedo por las noches», asegura. Le entretiene la televisión, pero no puede leer por las cataratas. «No me voy a operar. Con 84 años donde voy a ir yo ya. Estoy para el arrastre », se lamenta.

¿Echa de menos no haber tenido hijos que ahora se ocuparan de usted? «Sí, lo he pensado muchas veces y en por qué Dios no me los dio, pero he visto tantas cosas en vecinas y amigas, con hijos drogadictos o malos que no miran por sus padres, que me consuelo pensando que igual podría haber sido peor », dice.

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