INTOXICACIONES ETÍLICAS
Borracheras del fin de semana: Sube el número de menores atendidos en urgencias
Médicos advierten de los efectos para la salud del consumo de alcohol, prohibido por la ley
El consumo de alcohol por parte de menores, lejos de disminuir, está aumentando en los últimos años.
Pero no solo el consumo sino, concretamente, lo conocido como «borrachera del fin de semana» que deriva en intoxicación etílicas y en la intervención de los servicios sanitarios de emergencias que tienen que derivarlos a las urgencias hospitalarias.
De esta forma, y según datos ofrecidos por la Consejería de Salud a ABC, en 2014, los menores atendidos en las urgencias hospitalarias de Sevilla y su provincia fueron 181, número que subió a 190 en 2015 y a 232 en 2016. En 2017 siguió subiendo, levemente, a 234.
Esos datos son los únicos que se barajan en Sevilla para constatar el aumento de menores que beben alcohol en la calle, y podrían estar apoyados por el informe del Ministerio de Sanidad «Estudes 2016/2017» que asegura que es la droga consumida por un mayor número de estudiantes de entre 14 y 18 de edad y que en 2016 lo bebieron 1.160.200 del 1.541.937 que hay en España.
También, en el último congreso de la S ociedad Andaluza de Oncología Médica se presentó un estudio que ponía de relieve cómo la provincia de Sevilla es la que cuenta con mayor consumo diario de alcohol (un 63%) de toda Andalucía. Los números avalan cómo los médicos están detectando el problema en Sevilla.
Algunos, como el especialista en Aparato Digestivo Felipe Martínez Alcalá están «horrorizados» con el alcohol que toman los menores los fines de semana—como ya dijo, recientemente, a ABC—, y alertan de que es de una toxicidad tal que, puntualmente, puede provocar la muerte o enfermedades graves.
No salen de su asombro porque, para más inri, que los menores consuman alcohol en la calle está prohibido por ley.
Efectivamente, el abogado sevillano Antonio Álvarez-Dardet Lama destaca la Ley 7/2006 prohíbe su consumo a menores y la Ley 4/1997 la venta y suministro. Aunque sean menores, «actualmente los padres no tienen responsabilidad penal alguna, salvo que sean ellos los que suministren las bebidas a sus hijos, pudiendo incluirse esta conducta en los casos de abandono del menor del artículo 229 del Código Penal, con penas que van desde los 18 meses a los 4 años según el caso».
Por tanto, según señala, «la única responsabilidad de los padres actualmente es la responsabilidad subsidiaria o solidaria que regulan las distintas comunidades autónomas, esto es, responsabilidad administrativa para el pago de las sanciones que sean impuestas a los niños».
Agrega que el pasado mes de abril el Gobierno presentó un proyecto de ley que prevé sanciones administrativas a los padres e, incluso, la modificación el Código Penal para tipificar la actuación de los progenitores que permitan el consumo de alcohol a menores, si bien está todo en el aire».
Pero ¿cómo afecta, concretamente, el alcohol a la salud de los menores?
El neurólogo del Virgen Macarena José Manuel García Moreno explica que el cerebro de los adolescentes se encuentra en una auténtica etapa de neuromodelado y de maduración.
Es un proceso que se denomina «poda sináptica», una función que persigue «eliminar conexiones poco utilizadas para asegurar que la capacidad cerebral esté disponible para conexiones utilizadas de forma frecuente».
«Se sabe —explica— que el alcohol puede alterar dicha poda sináptica permitiendo que persistan conexiones que no van a ser útiles en la adultez e impidiendo el fortalecimiento o potenciación de las empleadas con frecuencia. Es más, se sabe que el consumo excesivo de alcohol impide un desarrollo adecuado de los hipocampos y del córtex prefrontal . El primero, imprescindible para la memoria y el aprendizaje; y el segundo para las llamadas funciones ejecutivas: planificación, toma de decisiones, control de los impulsos y procesos de atención, entre otros. Una inadecuada maduración de estas estructuras, al alterar la toma de decisiones, el control de los impulsos y el aprendizaje tendrá inmediatas consecuencias que derivarán, a su vez en fracasos profesionales, afectivos y sociales».
Este experto en la materia, que considera el alcohol un tóxico, incluso en dosis pequeñas, apunta que hay descritas más de 200 enfermedades relacionadas con su consumo (entre ellas hasta seis tipos de cáncer, problemas cardiovasculares, hemorragias digestivas, diabetes tipo 2, demencia— y que en España el 6% de los comas etílicos se producen en menores de 14 años. «En 2016 —termina el doctor García Moreno— una niña falleció en Madrid por un coma etílico y el año pasado otra de 13 años ingresó en Murcia en un hospital en estado de coma por lo mismo».
El control de la Policía Local
El Ayuntamiento de Sevilla no dispone de datos sobre los partes que levanta la Policía Local a menores que beben en la calle aunque asegura que los agentes acuden de manera regular a las zonas de concentración para controlar el cumplimiento de la ordenanza municipal. Además, ha realizado un plan de prevención de hábitos, sensibilización y ocio alternativo que se ha desarrollado en diferentes actuaciones dirigidas a disuadir a los ciudadanos de determinados hábitos precisamente en los puntos donde se puedan registrar concentraciones, sobre todo en horario nocturno, y llama la atención sobre el consumo de alcohol y otras sustancias. Otra medida es la convocatoria a finales del pasado mes de abril de subvenciones a proyectos e iniciativas juveniles correspondiente a 2018, con un presupuesto global de 50.000 euros . Una de las cuestiones que se ha tenido en cuenta es el fomento de hábitos saludables y la prevención del consumo de sustancias tóxicas.
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