Arte para la primavera en Sevilla: el ruido de los carteles

La variedad de los carteles de primavera que cada año se editan en Sevilla suscita también opiniones encontradas en torno a ellos de críticos y artistas

Los carteles de las Fiestas de la Primavera y de los toros en Sevilla ABC

Francisco Robles

Un cartel es un grito en la pared según el comunista José Renau. Si eso fuera exactamente así, Sevilla sería lo que es: un griterío en medio de la primavera que estalla en el tópico real de los azahares que embriaga la razón. La ciudad se ha llenado de carteles en los últimos años. Es curioso que esto haya sucedido en la era de Internet, cuando las imágenes ya no necesitan el soporte del papel. Sin embargo, en Sevilla se publican más carteles que nunca. Carteles que versan, en su inmensa mayoría, sobre las grandes fiestas de la ciudad : la Semana Santa en primer lugar, las fiestas primaverales, los toros…

Hemos elegido cuatro carteles recién estrenados para analizarlos desde el punto de vista de los expertos en el asunto. Para Andrés Luque Teruel , profesor de Historia del Arte en la Universidad de Sevilla, «la mayoría de los carteles son cuadros. Un cartel es otra cosa». Pone como ejemplo el de Manuel Cuervo para la Macarena . Señala que el de Isabel Sola sobre las Fiestas Primaverales «destaca por la exactitud de la composición».

Volumetría y movimiento

El de de Fernando Vaquero para la Semana Santa de Osuna «tiene un planteamiento fotográfico, capta el volumen de forma tridimensional como un objetivo, lo que convierte la obra en actual, no en una reminiscencia del Barroco». Sin embargo, el cartel taurino que ha pintado María Gómez para la Real Maestranza de Caballería le parece que «reduce una suerte en movimiento -la chicuelina- a la quietud del plano, lo que obliga a simplificar la imagen». Este cartel no ha gustado a la familia de Chicuelo, como el de Cuervo no ha sido de la complacencia del público capillita que lo ha criticado en las redes sociales.

El cartel de la Macarena y el de la Semana Santa de Osuna ABC

Nuria Barrera y José Cerezal , dos artistas especializados en carteles de Semana Santa, ponen de relieve que lo primero que tiene que hacer un cartel es informar. Para Nuria Barrera, «de forma directa al espectador, sin necesidad de un manual de instrucciones». En cuanto a los carteles de hoy, Barrera ve «un nivel muy bueno y muy variado». Cerezal, por su parte, cree que tan importante como la información que suministra un cartel es la emoción que provoca en el espectador. «Un cartel tiene que dar un pellizco en quien lo mira, no puede dejar indiferente a nadie. Además debe estar pintado con sentido común en cuanto a la composición y a la armonía de sus distintos elementos». ¿El color que derrochan sus carteles? Forma parte de la vida de Cerezal y va más allá de lo artístico.

Un especialista que se muestra muy crítico con los carteles que se exhiben en la Sevilla actual es Francisco Ros , secretario académico del departamento de Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla. Como teniente de hermano mayor de la hermandad de la Hiniesta, Ros tuvo mucho que ver en el encargo del cartel que Manuel Cuervo realizó para la cofradía de San Julián. Por eso afirma rotundamente que «el cartel de la Macarena que ha realizado este pintor va en línea con la incorporación del arte contemporáneo a la Semana Santa , una celebración que está falta de eso».

En cuanto a los restantes, Ros cree que el de Sola «va con su estilo, realista con elementos del realismo mágico, y que ha cumplido con las expectativas del encargo». El taurino le parece valiente, como los que encarga la Real Maestranza. Lo aplaude y aprueba. Sobre el de Osuna piensa que Fernando Vaquero posee un estilo propio que crea efectos ilusionistas. Es un estilo un poco agotado que al público le gusta. La capacidad técnica del autor le parece «altísima, aunque el resultado plástico final sea otra cosa».

Repetición de fórmulas

Podría llamar la atención de los que dividen la ciudad en dos bandos la actitud de un teniente de hermano mayor cuando denuncia el nivel tan pobre que sufre la cartelería sevillana de nuestro tiempo. Para Francisco Ros, el panorama de la Semana Santa «es muy pobre, la repetición de las fórmulas que juegan con el costumbrismo y el hiperrealismo es algo superado. El mundo cofradiero no va con el arte contemporáneo». En cuanto al parecido del cartel macareno con el que le encargó su hermandad a Cuervo, Ros critica a los que han resaltado esto: «Como buen pintor del estilo pop art, Cuervo realiza series como las que llevaba a cabo Warhol con el rostro de Marilyn. Hay que conocer la obra de Cuervo para no caer en el error de señalar que esto es un autoplagio. El punto de vista de la imagen es el mismo, pero el cartel resulta distinto».

La pregunta cae por su propio peso cuando vemos los carteles que se pintaban hace un siglo. ¿Sevilla avanza en el mundo de la cartelera o vamos hacia atrás? ¿Son más modernos aquellos carteles de hace cien años que los que se pintan hoy? Hay sus opiniones, como decía Núñez de Herrera. Pero a veces se ve tan moderno lo antiguo, y tan anticuado lo de hoy…

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