Archivo Gráfico ABC

Así era el mercado de belenistas de Sevilla en el año 1959

Recordamos en nuestro Instagram esta imagen histórica de Sevilla rescatada de la hemeroteca de ABC

Mercadillo de Navidad con figuras de Belén Sin firma

Laura Liñán

Más de una vez habremos escuchado en estas fiestas aquello de «quien más disfruta de la Navidad son los niños» . Pero, ¿cómo no va a ser así? Dejando a un lado que con el paso de los años la mayoría de adultos caemos en cierto desencanto con estas fechas, no cabe duda de que estas son unas fiestas para los pequeños de la casa.

El compuesto para el hechizo navideño en la infancia es infalible : decorar la casa con el árbol, montar el belén con su figuritas y ese divertido mundo en miniatura, pasear por la calle bajo un cielo de luces muy llamativas, reuniones de juegos con familiares y amigos, cabalgatas, ¡los regalos de los Reyes Magos! … todo eso aderezado con unas larguísimas vacaciones escolares. ¿Quién no esperaba con impaciencia este mes?

La fotografía de la hemeroteca de ABC de Sevilla que hemos elegido para esta semana en nuestro serial de Instagram (pincha aquí para seguirnos) muestra una de las estampas que se repiten año tras año en nuestra ciudad: niños admirando las miniaturas que venden en el mercadillo de belenistas de Sevilla . Los alrededores de la Catedral de Sevilla y del Archivo de Indias , hace años en la Plaza de San Francisco, se pueblan al principio de diciembre de los tradicionales puestos con mil figuritas para los belenes. Cada año la originalidad y especialización de los artesanos que venden sus piezas atraen las miradas de grandes y pequeños.

En la imagen vemos como una abuela se ha acercado con sus nietos a ver los modestos puestecillos de entonces . Estos eran mucho más rudimentarios que ahora, una superficie para mostrar las artesanías y una silla bastaba. Tenemos pocas pistas, pero parece ser que la tiendecilla estaba en la Plaza Nueva. Ese día, de la Navidad de 1959 , la mesa estaba a la altura perfecta para que los niños, bien abrigados, no perdieran detalle de las figuritas. Excepto el más pequeño, que como no llegaba a mirar, dedica su tiempo a disfrutar de algún dulce o golosina que se está llevando en ese momento a la boca.

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