Alejandro Macarrón: «La natalidad no sólo aumentará con rebajas fiscales»

El autor de «El suicidio demográfico» advierte de la necesidad de un cambio de valores para aumentar la natalidad

Alejandro Macarrón, autor del «Suicidio demográfico en Occidente y medio mundo» VALERIO MERINO
María Jesús Pereira

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«Si queremos aumentar la natalidad no bastan las rebajas fiscales. Hace falta un cambio de valores», según Alejandro Macarrón, presidente de la Fundación Renacimiento Demográfico , quien disertó este martes sobre «Occidente, en vías de suicidio demográfico: causas y consecuencias» en el Foro Ángel Herrera, que organiza la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) en colaboración con la Fundación San Pablo Andalucía CEU . Este ingeniero de telecomunicaciones y consultor empresarial acaba de publicar su último libro, «Suicidio demográfico en Occidente y medio mundo», en el que vuelve a dar la voz de alarma sobre el grave problema de natalidad en el mundo desarrollado.

¿Cómo está la salud demográfica de España?

Pachuchilla (risas). Primero hay que ver cómo estamos y hacia dónde vamos. Somos un país envejecido pero no tanto como otros países europeos, como Italia o Alemania, porque aquí la natalidad cayó más tarde, aunque luego cayó con más fuerza y nuestras perspectivas son peores. Considerando la tasa de fecundidad como el número de hijos por mujer, España ha tenido la fecundidad menor de todo el mundo desde 1989 a 2014 y nadie ha hecho ni caso a ese dato. Los países con más problemas demográficos en Europa son los del Este porque tienen una natalidad muy baja y las personas se mueren antes porque la sanidad es muy mala. Nosotros envejecemos más aunque al ser un país relativamente próspero podemos atraer inmigración y eso suaviza nuestro declive demográfico siempre que la integremos bien porque, de lo contrario, estaremos creando otros problemas.

¿Los datos demográficos en Sevilla son mejores o peores?

Los datos de fecundidad son algo mejores que la media nacional aunque se están deteriorando. De hecho, Sevilla tiene una de las poblaciones más jóvenes de España y el número de hijos por mujer es más alto, aunque por desgracia se está acercando a la media nacional. Si la tasa de fecundidad en España es de 1,3, en Sevilla puede ser de 1,5, aunque en este caso los decimales cuentan mucho por el factor multiplicador a lo largo de los años, ya que si tienes menos hijos en una generación, la siguiente generación tendrá aun menos.

No sólo se tienen pocos hijos sino que se tienen tarde, precisamente cuando declina el ciclo de fertilidad de la mujer ¿Qué implicaciones tiene eso?

Hay gente que quiere hijos pero empieza demasiado tarde y al final nos encontramos con que muchas mujeres no pueden quedarse embarazadas, se pierden muchos niños por abortos espontáneos y a lo mejor no se pierde el niño pero el embarazo es muy difícil, con lo que al final dices: Uno y no más, Santo Tomás. La fecundación in vitro no sólo cuesta dinero, sino que la mujer que se somete a ello realmente quiere tener un niño porque es un proceso muy duro. El problema es que no nos han contado o no nos hemos dado cuenta de que los niños hay que tenerlos antes.

El indicador coyuntural de fecundidad en España es hoy de 1,3 niños por mujer, lo que no garantiza el crecimiento vegetativo. ¿Qué consecuencias tendrá a corto, medio y largo plazo?

A corto plazo nacen menos niños y eso implica que todos las empresas o instituciones que atienden a la infancia tendrán cada vez menos usuarios, con lo que habrá que cerrar colegios, guarderías... y se verán menos niños en la calle, lo cual es triste. Luego veremos menos jóvenes y más tarde habrá menos trabajadores, actuando todo ello como una ola de vaciamiento de la población, de modo que dentro de 35 años habrá menos mujeres en edad fértil que en edad fértil. Cada generación es un 35% o un 40% menos numerosa que la anterior, por lo que cada vez habrá más ancianos, llegando a una espiral de la muerte lenta pero inexorable.

¿Qué población tendrá España a final de siglo?

Sin inmigrantes que vengan o se vayan, perderíamos la mitad de la población española y dos terceras de la población en edad laboral. ¿Cuándo desaparecería España? Pues a lo mejor tardaríamos siete u ocho siglos.

Usted pinta un panorama apocalíptico.

Ahora no lo es pero las perspectivas sí. Vamos al precipicio pero el precipicio no es mañana y tampoco caemos de golpe, sino lentamente.

Macarrón es ingeniero de telecomunicaciones y consultor empresarial ÁNGEL NAVARRETE

¿Se soluciona el problema con inmigración porque ellos son más prolíficos que los españoles?

No. Además, los inmigrantes son cada vez menos prolíficos.La inmigración sólo tiene sentido si falta mano de trabajo, es decir, cuando hay un paro del 5%. Hay quien plantea la inmigración para garantizar las cotizaciones y el crecimiento vegetativo de la población pero la experiencia de todos los países demuestra que lo que está pasando es que eso se consigue sólo a medias con el actual sistema de bienestar. Antes, los inmigrantes que se quedaban en el paro se iban del país, ahora ya no. Ahora vienen a trabajar pero si tienen mala suerte saben que tendrán subsidios y se quedan.

Gobernantes sin hijos

Nuestros dirigentes europeos o no tienen hijos o, como mucho, uno o dos. El francés Emmanuel Macron no tiene hijos. La británica Theresa May tampoco tiene hijos. El italiano Matteo Renzi no tiene descendencia, ni tampoco la alemana Angela Merkel. Mariano Rajoy sólo tiene dos hijos y los tuvo mayor. Y si nos acercamos a Andalucía, la presidenta de la Junta, sólo tiene uno y ha sido madre añosa.

Es impresionante que los representantes de los cuatro primeros países de Europa occidental no tengan hijos. Pero es que los primeros ministros de Holanda, Irlanda, Luxemburgo y Suecia no tienen hijos, así como la presidenta de turno de Suiza y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Que entre muchos gobernantes haya un presidente de Gobierno o de una República que no tenga hijos es normal y ha pasado toda la vida. De hecho, hace 80 años, de todos esos países sólo había dos que tenían un presidente sin hijos, que era Alemania con Hitler y España con Azaña.

Sigue cayendo la natalidad a nivel español pesar de que llevamos tres años consecutivos de crecimiento del PIB.

Decir que la gente no tiene hijos por falta de dinero es como hacerse trampas en el solitario. Si fuese así, los países muy ricos tendrían una natalidad desbordante y, por esa regla, en España tendríamos más hijos que hace cien años porque, pongamos como nos pongamos, ahora tenemos un nivel de prosperidad muy superior. El dinero es importante en una sociedad que lo valora mucho, pero no es lo fundamental en la decisión de tener hijos, donde prima más querer tenerlos y formar familias con vocación de estabilidad.

Nos encontramos con profesionales de 34 años con más de diez años de experiencia ganando 1.100 euros. ¿No será que las parejas no tienen hijos porque tienen sueldos mileuristas?

Eso es un drama pero es que hay gente que no está en esa situación y tampoco tienen hijos.

¿Una de las causas de que haya bajado la natalidad es porque supone un freno para la promoción profesional de las mujeres?

Eso influye, sin duda. Si lo único que importa es el dinero y la profesión, evidentemente es imposible tener hijos. El reto de nuestra sociedad es compaginar el cambio del papel de la mujer, que tiene su efecto para la natalidad, con la necesidad de tener hijos, y hacer que la natalidad no sea penalizada en la vida laboral de una mujer. Por ejemplo, habría que educar en valores porque hoy se ve como «marujas» a las mujeres que no trabajan fuera del hogar y tienen más hijos que las demás.

Países más igualitarios

Las mujeres que trabajan en la calle tienen menos hijos. ¿No será que los hombres no se han incorporado a las tareas de la casa?

Puede ser que el hombre tenga que hacer un esfuerzo pero esto es un problema de sociedad. También es verdad que en los países más igualitarios de mundo no se tienen más hijos.

En España se producen siete rupturas por cada diez matrimonios. Eso tampoco ayuda mucho a la fecundidad.

El divorcio y la baja nupcialidad tienen un efecto directo sobre la fecundidad. Tener hijos es de las cosas más arriesgadas que se hace en la vida, es una de las decisiones que más te compromete. Si sale bien es algo que se completa la vida y si sale mal te crucifica con disgustos, dinero... ¿Qué pasa en una sociedad en la que la mayoría no se casa y la que se casa se divorcia en un porcentaje alto? Pues que la gente piensa que mejor no meterse en líos. Las parejas de hecho son menos estables aún que los matrimonios y tienen menos hijos en todos los países.

Usted dice que las mujeres y hombres no quieren tener hijos por un cambio de valores, más que por falta de dinero. ¿Es entonces una cuestión de egoísmo?

En la sociedad moderna, a la mayoría de la gente les incomoda los hijos. Antes la gente era muy creyente, bastante patriótica, menos sofisticada que ahora, había grandes familias... era lo normal. Ahora tenemos más alternativas de vida y cada vez vemos a gente que no tiene hijos y eso se contagia porque el ser humano es muy imitativo. Si uno escucha a alguien decir que está fenomenal sin tener hijos, sin tener que levantarse temprano para llevarlos al colegio, ni tener que atenderlos por la noche cuando están malos, que se pueden ir a esquiar.... hay muchos incentivos para no tener hijos. Eso le pasa a los hombres y a las mujeres. Los españoles se casan menos y se emparejan menos. Y sin tener una pareja estable, tener hijos es demasiado trabajo para planteárselo.

Políticas de promoción de la natalidad

Si el problema se soluciona teniendo más niños. ¿Cómo podemos animar a las mujeres para que tengan más hijos?

Hay que revalorizar la maternidad y contar la verdad porque hay muchas mujeres, y también hombres, que están frustradas por no haber tenido niños porque priorizaron sus carreras y cuando quisieron tener hijos ya no podían. Es importante que haya para la mujer y para los hombres desgravaciones fiscales, desgravaciones en cuota a la Seguridad Social... porque están contribuyendo a la sociedad y los hijos cuestan dinero.

La gente asocia tener muchos hijos con ser de derechas y muy religiosos.

Es triste pero es así. Es España parece que si tienes muchos hijos tienes que ser del Opus Deis o de los Legionarios de Cristo, y por supuesto de derechas. Tener muchos hijos es una cosa muy buena y esas familias están haciendo un bien al país porque permitirán garantizar las pensiones. ¡Ojalá tuviéramos muchas familias numerosas porque compensarían a las que no tienen hijos!

«La natalidad no sólo se incrementa con dinero, sino también con un cambio de valores», según el experto en demografía Alejandro Macarrón MILLÁN HERCE

¿Los partidos del arco parlamentario están interesados por este problema?

Empiezan a estarlo, aunque hasta hace pocos años no hacían ni caso a pesar de que nos jugamos el ser o no ser. No recuerdo un sólo discurso de Nochebuena de Su Majestad el Rey hablando de este tema pero tampoco en debates del Estado de la Nación. Bueno, en el último Mariano Rajoy mencionó algo.

¿Qué país está haciendo las cosas bien en este sentido? ¿Cuál es el modelo a seguir?

Del todo bien no lo está haciendo ningún país. Y los que estaban haciendo bien están en retroceso, como Francia, Irlanda o países nórdicos, donde se está desplomando la natalidad porque han basado sus políticas de promoción de la natalidad en dar dinero o cosas equivalentes, como permisos de maternidad, pero con el dinero no se arregla todo porque es un tema de valores. No les ha importado nada si se divorciaba el 80% o el 8% de la gente, o si abortan 200.000 ó sólo 3.000 mujeres.

Abortos y adopciones

De un lado, cae la tasa de natalidad, y de otro, sabemos que en España abortan cada año más de 100.000 mujeres. ¿Qué piensa del aborto?

A mí me parece un mal moral y me parece malo para la mujer pero el debate de su penalización no está ahora mismo sobre la mesa. Insisto, no es lo mismo que aborten 100.000 mujeres en España cada año a que lo hagan 10.000. Si abortaran menos mujeres tendríamos más niños. Una de las mejores políticas de natalidad sería poner los medios para facilitar al máximo la adopción de los niños que otras mujeres no quieren tener. Yo creo que la mayoría de las mujeres a las que se le planteara darlo en adopción terminaría quedándose con el niño en los meses siguientes porque cuando una mujer se queda embarazada inesperadamente es un mazazo para su modo de vida pero al final el instinto maternal es muy fuerte.  

El genetista y biólogo evolutivo británico John Burdon Sanderson Haldane predijo en 1942 que para el 2074 solo el 30 % de los nacimientos iban a ser por reproducción humana como hasta ahora la conocemos. El resto dice que será por ectogénesis, de modo que un feto crecerá dentro de un útero artificial, como en Matrix.

De entrada me da espanto, otra cosa es que eso se pueda usar para una mujer que no pueda tener biológicamente hijos. La cuestión no es sólo fabricar niños, sino criarlos. Me parecería inmoral el fabricar niños que no tuvieran el cariño de unos padres.

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