RENFE DICE QUE LLEVABA BOTIQUÍN

«Me dan en el AVE alcohol y algodón para un viajero con un posible infarto»

Un médico relata la falta de medios en el tren y cómo el paciente se tuvo que ir en taxi desde la estación al hospital

Andén de la estación de Santa Justa JUAN CARLOS SOLER

AMALIA F.LÉRIDA

Es la tercera vez que le pasa en un tren al doctor Rafael Martínez de Fuentes y sigue sin dar crédito a lo que tuvo que vivir el lunes pasado en el trayecto del AVE Madrid-Sevilla pasadas ya las seis de la tarde.

Este profesor universitario regresaba de Madrid en el tren de las cuatro de la tarde cuando pasadas dos horas oyó por megafonía que necesitaban a un médico en el vagón 6 . Se levantó del asiento y se dirigió al lugar.

Vio a un hombre de unos 40 años junto a una muchacha, que se encontraba cerca y se percató de la indisposición del viajero, que le informó de los síntomas que tenía: dolor en el pecho y sudoración fría, fundamentalmente.

El doctor le preguntó para confirmar estos extremos y para descartar si el hombre tenía antecedentes familiares.

Entonces le pidió al revisor un botiquín para auscultarlo y tomarle la tensión, «porque tenía síntomas de posible infarto, pero también podía ser una bajada de tensión y cuál fue mi sorpresa que me dio algodón y alcohol, porque era lo único que había».

No comprende cómo en cualquier negocio de la calle Niebla, por ejemplo, exigen tener un botiquín e, incluso, en la facultad donde imparte clases, un desfibrilador por planta y que en un AVE no haya siquiera «urbasón para posibles alergias, que eso salva una vida; un tensiómetro para tomar la tensión, oxígeno» y hasta alguien de la tripulación entrenado en primeros auxilios y reanimación algo que es cuestión de dar un curso y cualquiera puede hacerlo porque, si pasa algo en mitad de la Mancha, lo más cerca es Puertollano a 30 kilómetros».

Afirma que el viajero «tenía dolor precordial , un posible infarto» y que «es vergonzoso que no haya lo más mínimo para que, cuando solicitan nuestra ayuda, podamos hacer algo».

Tampoco había, según destaca, una ambulancia o un servicio médico en la estación de Santa Justa, esperándolo —«y eso que yo le dije al revisor lo que podría tener por los síntomas»—, por lo que «este hombre, que viajaba solo, tuvo que coger un taxi y marcharse al hospital que es lo que le aconsejé».

El profesor afirma que le ha sucedido algo parecido dos veces más en tren y otras dos en avión y que «en una ocasión en un vuelo, pidió el botiquín y tenían la medicación caducada».

Experiencias similares

La experiencia la ha contado en Facebook en donde varios usuarios le han mostrado su apoyo y refieren que han tenido experiencias similares.

Una de ellas relata que en el tren el supervisor la presionó y le advirtió de que si creía necesario parar el tren pensara en las consecuencias económicas que tendría por el retraso.

Asegura que r egistró un escrito denunciando la situación y que todavía está esperando contestación.

Por su parte, fuentes de Renfe han dicho a ABC que no les consta lo sucedido en el trayecto Madrid-Sevilla del lunes en donde sucedieron los hechos que denuncia el doctor y que el AVE debe llevar y lleva un botiquín con gasas, alcohol, esparadrapos y todo lo indicado para primeros auxilios tanto para la tripulación como para los viajeros.

Explican que el personal de la tripulación no está entrenado para auxilios y que, cuando hay una emergencia, se avisa al 112 y se para el tren en la parada más cercana, la tenga prevista o no en su itinerario.

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