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900 kilos de cocaína: el mayor alijo de la historia incautado en Sevilla

La droga fue introducida en el país por el puerto de Algeciras hasta llegar a una nave de la Carretera Amarilla

Sevilla Actualizado: Guardar
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Una fortuna de 31,5 millones de euros en cocaína llegaba a primeros de agosto al puerto de Algeciras escondida entre cajas que guardaban bananas. La mercancía iba en un contenedor que fue descargado en el gigante portuario andaluz el pasado 8 de agosto. La Brigada Central de Estupefacientes (BCE) del Cuerpo Nacional de Policía y Vigilancia Aduanera lo tenían «marcado».

Semanas atrás les había llegado la información de que dos contenedores importados por una empresa dedicada al comercio internacional de frutas, con sede social en Sevilla, iban a llegar a territorio nacional con algo más que la mercancía declarada legalmente. Puestos sobre la pista, indagaron en esa sociedad y llegaron a la conclusión que podía estar funcionando como tapadera para introducir droga en grandes cantidades. Así se gestaba la incautación del mayor alijo de cocaína de la historia intervenido en Sevilla: 900 kilos, cuatro veces más que la aprehensión más grande realizada por la Guardia Civil en 2010 y que ostentaba hasta ahora el récord sevillano.

A diferencia de otras operaciones antidroga, los agentes decidieron en esta ocasión esperar a que el contenedor llegara a destino y no abrirlo en Algeciras, que acumula año tras año en las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior gran parte de la droga requisada en España.

La información que manejaban los investigadores les permitía llegar un paso más, ya que en no pocas ocasiones los cuerpos policiales realizan importantes incautaciones en los puertos españoles, pero sus pesquisas no consiguen identificar a algún implicado en el alijo.

«Product of Colombia»

De los dos contenedores que Vigilancia Aduanera y la BCE tenían información previa de que podían venir cargados, pudieron confirmar en la misma dársena algecireña que en uno había casi una tonelada de cocaína, distribuida en tabletas que a su vez estaban guardadas en cajas de cartón en las que se podía leer: «Product of Colombia». La droga iba camuflada entre el cargamento legal de frutas.

Con la correspondiente autorización judicial para realizar una entrega controlada, los funcionarios dejaron que la mercancía saliera del puerto, aunque sin perderla de vista.

La droga fue transportada por carretera en un camión que la llevó hasta las instalaciones de la empresa investigada. Los agentes querían coger con las manos en la masa a algunos de los supuestos responsables del alijo millonario.

Los agentes dejaron que la mercancía saliera del puerto algecireño y llegara a destino en una entrega controlada

La denominada «Operación Calima» se acercaba al momento de la aprehensión. Cuando el camión llegó a una nave de la avenida de la Industria, en el Polígono Carretera Amarilla, los agentes intervinieron. Según el comunicado remitido ayer a los medios, en ese momento fueron detenidas dos personas cuando se disponían a descargar la droga. Se trata de dos ciudadanos españoles que habían actuado como transportistas. Fuentes cercanas al caso confirmaron que tras pasar a disposición judicial, quedaron en libertad aunque mantienen la condición de investigados en el procedimiento.

Aseguraron ante el juez que desconocían qué contenía el contenedor y que creían que estaban trasladando mercancía legal. Fuentes judiciales señalaron a este periódico que hasta este momento no se han encontrado indicios contundentes de su participación en los negocios del dueño de la empresa. Además, en esta ocasión, la droga estaba oculta entre filas de cajas que sí guardaban bananas por lo que es posible que los dos investigados desconocieran que además de fruta estaban transportado droga. Para la Policía Nacional son dos miembros de un grupo organizado.

El gigante portuario de Algeciras, uno de los de mayor tráfico del mundo
El gigante portuario de Algeciras, uno de los de mayor tráfico del mundo - ABC

Tras la intervención en la Carretera Amarilla, los agentes procedieron a detener al administrador único de la empresa: J. P. R. R., de 42 años. En la nota de prensa se especifica que «en dos ocasiones viajó a Colombia a fin de negociar con los proveedores de la droga». A diferencia de los otros dos detenidos, su implicación es mayor ya que «parece muy complicado» que no supiera que un cargamento de una tonelada de cocaína viajaba en un contenedor que entraba en el país bajo su licencia de importador.

Aunque la instrucción de la «Operación Calima» la está llevando el juzgado 4 de Algeciras de la mano de la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar, J. P. R. R. fue arrestado en la capital hispalense y puesto a disposición de un juzgado de Sevilla. Las mismas fuentes confirmaron que en estos momentos se encuentra en prisión provisional acusado de un delito contra la salud pública.

El administrador

La empresa investigada dispone de página web donde se vende como una firma especializa en la comercialización al por mayor de frutas y hortalizas nacionales y exóticas. La BCE investiga si nació ya como tapadera e instrumento de los narcotraficantes o si bien tiene un origen legal pero su responsable aceptó ceder su infraestructura como importador a los traficantes a cambio de una comisión.

Si se indaga en la figura de este empresario en la información disponible en el Registro Mercantil se comprueba como dato llamativo que en octubre de 2014 fue nombrado administrador o socio único de hasta tres sociedades distintas, una de ellas la que está implicada en el transporte de drogas.

Los dos transportistas quedaron en libertad con cargos y el administrador fue enviado a prisión

La incautación de los 900 kilos es histórica en Sevilla porque por primera vez se interviene en la capital un cargamento completo. Este tipo de actuaciones policiales son más comunes en las ciudades portuarias o en capitales con nudos de comunicación importantes como Madrid y su aeropuerto, que es una de las principales vías aéreas de entrada de cocaína en el país.

Lo habitual en las operaciones que llevan a cabo los cuerpos policiales en la provincia es atajar el pequeño y mediano tráfico de drogas. En estos operativos los estupefacientes que se intervienen son para abastecer el mercado más próximo.

Sin embargo, los 900 kilos requisados constituyen un salto cualitativo porque esa cantidad sólo se maneja a nivel de grandes organizaciones. La sospecha de los agentes es que el alijo de la Carretera Amarilla tenía varios propietarios, que a su vez la iban a poner en circulación a través de distintas redes de distribución hasta llegar al consumidor final.

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