El triclosán es común en muchas pastas de dientes
El triclosán es común en muchas pastas de dientes - WIKIPEDIA
SALUD BUCODENTAL

Un antimicrobiano presente en los dentífricos no afecta a la flora oral o intestinal

El triclosán, presente en muchos productos para la limpieza del hogar, la higiene bucal y el aseo personal, es seguro y no altera la composición de nuestra microbiota

MADRID Actualizado: Guardar
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El triclosán es un potente antibiótico y antifúngico presente en numerosos productos para la limpieza del hogar y la higiene personal y oral, caso de muchos jabones, pastas de dientes y colutorios. Tal es así que un estudio llevado a cabo en Estados Unidos en 2008 constató la presencia del triclosán en hasta un 75% de las muestras de orina humanas analizadas. Sin embargo, ¿es seguro el uso de un antimicrobiano tan potente? Es decir, si bien se ha demostrado que, por ejemplo, actúa frente a la placa dental y previene la gingivitis, ¿no podría tener un efecto negativo sobre otras bacterias indispensables para el organismo, caso de aquellas que componen la flora intestinal y el microbioma oral? Pues según concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (EE.UU.) y publicado en la revista « mSphere», órgano oficial de la Sociedad Americana de Microbiología (ASM), no hay tal efecto negativo.

Como explica Julie Parsonnet, directora de la investigación, «hay mucha gente preocupada por el triclosán, pero en nuestro trabajo no hemos encontrado ninguna evidencia que avale esta preocupación. Es cierto que cuando administras la mayoría de antibióticos a los humanos estos son como una bomba atómica para la microbiota del organismo, pero nuestros resultados muestran que la exposición al triclosán a través de los productos que se emplean normalmente para la limpieza y la higiene no tiene un efecto significativo sobre nuestros microbiomas».

Desde los años 60

Desde su aprobación a principios de la década de los años 60, el triclosán ha formado parte de la composición de numerosos productos para el hogar y el aseo personal. Sin embargo, su amplio uso no ha mitigado la preocupación, lógica, sobre los efectos que puede conllevar su uso. Y es que como han demostrado numerosos estudios publicados en los últimos años, los cambios en la microbiota humana –esto es, los microorganismos que forman parte de nuestro cuerpo, caso de la flora oral e intestinal– pueden provocar la aparición de distintas enfermedades, entre otras la diabetes y la obesidad. Todo ello sin olvidar el riesgo potencial de aparición de resistencias bacterianas.

En consecuencia, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) propuso en 2013 a los fabricantes de jabones y productos de aseo con triclosán que demostraran, en un plazo de un año, que sus productos eran más eficaces que aquellos sin el antimicrobiano a la hora de prevenir enfermedades. ¿Y qué hicieron las empresas estadounidenses? Pues en su gran mayoría dejaron de utilizar el triclosán, lo que no hizo sino aumentar la preocupación sobre su uso. Pero no todas. De hecho, todavía se encuentra en muchos productos de limpieza y dentífricos. Y es que el triclosán, entre otros beneficios, recude el impacto de la placa dental y la gingivitis.

Nuestro estudio debe tranquilizar a aquellas personas preocupadas con el uso del triclosán
Julie Parsonnet

La pregunta entones es si su uso resulta o no seguro para la microbiota humana y, por tanto, para nuestra salud. Y para responderla, los autores llevaron a cabo un estudio con 13 voluntarios que, según un criterio totalmente aleatorio, utilizaron jabones, dentífricos y detergentes líquidos con o sin triclosán durante ocho meses –cuatro meses con productos con triclosán, tras el cual cambiaban alternativamente a aquellos sin el antimicrobiano, y viceversa.

Impacto mínimo

Concluidos los ocho meses, los autores evaluaron distintos marcadores metabólicos y endocrinos en la sangre de los participantes, así como la presencia de triclosán en su orina y la composición de su microbioma oral.

Los resultados constataron la presencia del antimicrobiano en la orina de los participantes. Sin embargo, los valores de sus marcadores metabólicos y endocrinos y la composición de su flora oral fueron similares a los que presentaban antes de comenzar el estudio.

Como concluye Julie Parsonnet, «los resultados mostraron que algunos microorganismos habían cambiado un poquito, pero no hubo un impacto significativo sobre el microbioma oral ni sobre la flora intestinal. En definitiva, nuestro estudio debe tener un efecto tranquilizador para aquellas personas que están muy preocupadas con el triclosán».

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