La boca es un buen chivato de nuestra salud cardiovascular
La boca es un buen chivato de nuestra salud cardiovascular - ABC

Una óptima salud oral es buena para el corazón

Las enfermedades de las encías, entre las que se encuentran la gingivitis o (en un estadio más avanzado) la periodontitis, afectan a más del 80% la población adulta

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Las crecientes evidencias que relacionan las enfermedades de las encías con las enfermedades del corazón invitan a cambiar los hábitos de vida, así como a replantear las estrategias de prevención y tratamiento en pacientes cardiovasculares y también en personas con enfermedad periodontal. «Si las encías están sanas, se reduce el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular», afirma Adrián Guerrero, vicepresidente de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA). Tal y como explica, «los hábitos de vida saludables, recomendados por los cardiólogos, tienen un impacto positivo sobre el control de las patologías de la boca. Al mismo tiempo, una óptima salud oral es buena para el corazón. Además, los hábitos de vida saludables recomendados por los cardiólogos tienen un impacto positivo sobre la salud oral, de forma que todo está relacionado».

El Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), con la colaboración de DENTAID, ha elaborado el primer documento de consenso en este ámbito, con consejos prácticos para la población, así como para los propios odontólogos y cardiólogos. Los responsables de este informe son Juan José Gómez Doblas y Gonzalo Barón (SEC) y Blas Noguerol, Adrián Guerrero y David Herrera (SEPA), que no sólo recalcan que la enfermedad periodontal es un factor de riesgo cardiovascular sino que, además, destacan la necesidad de que cardiólogos y odontólogos colaboren de forma activa y conjunta.

«El objetivo es aportar recomendaciones de prevención para cardiólogos, médicos de Atención Primaria y dentistas que permitan ayudar a la prevención conjunta de las enfermedades cardiovasculares y de las enfermedades periodontales, en base a la evidencia científica disponible», indica Blas Noguerol, de la Universidad Complutense de Madrid.

«Es la primera vez en que cardiólogos y periodoncistas se sientan para consensuar recomendaciones que se puedan aplicar al manejo clínico de nuestros pacientes», destaca Adrián Guerrero, quien señala como «imprescindible» que ambas especialidades trabajen unidas para trasladar esta información tanto a la profesión médica y odontológica como a la población general.

Evidencias reales

Este informe, como reconoce Gonzalo Barón, del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla), «aporta un gran valor y es innovador», ya que «hasta ahora en España no se había hecho nada parecido, a pesar de la evidencia existente». Además, «sienta las bases de una colaboración estrecha entre profesionales sanitarios aparentemente muy alejados en su ámbito de conocimiento, como son los cardiólogos y los odontólogos», según añade Juan José Gómez Doblas, presidente de la Sociedad Andaluza de Cardiología.

Ambos grupos de profesionales atienden al mismo paciente desde patologías distintas, pero claramente relacionadas. Por eso, aclara Gómez Doblas, «es básico que el mensaje que cale en la población sana en riesgo o ya enferma sea un mensaje claro, único y directo y enfocado hacia la prevención de ambas enfermedades».

Los médicos deben ser conscientes de que la periodontitis es un factor de riesgo para desarrollar enfermedad cardiovascular aterosclerótica

Los organismos científicos y profesionales reconocen ya el impacto de la relación entre enfermedades periodontales y algunas enfermedades cardiovasculares, insistiendo en la necesidad de emprender actuaciones para la prevención de ambas patologías. Así, la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) reconoce a la enfermedad periodontal como factor de riesgo cardiovascular y, por su parte, la Federación Europea de Periodoncia (EFP) ha divulgado un manifiesto en que se subraya que «los médicos deben ser conscientes de que la periodontitis es un factor de riesgo para desarrollar enfermedad cardiovascular aterosclerótica y deben aconsejar a los pacientes sobre el riesgo de la inflamación periodontal para la salud general, así como para la salud oral».

En este informe se demanda que los cardiólogos informen a los pacientes de esta relación entre el sistema cardiovascular y la salud de la boca, así como de los cuidados que deben seguirse; por su parte, se exige a los dentistas que valoren entre sus pacientes a aquellos que puedan tener un riesgo cardiovascular mayor, les identifiquen y recomienden unas medidas básicas.

Factor de riesgo

Según aconseja Guerrero, vicepresidente de SEPA, «los cardiólogos deben valorar la periodontitis como un factor de riesgo cardiovascular más, teniéndolo en cuenta en su manejo integral del paciente y derivándolo a un periodoncista para que trate este problema». De la misma manera, «los periodoncistas deben tener especiales precauciones a la hora de tratar a un paciente con problemas cardiovasculares y pueden ser de gran ayuda para prevenir o detectar precozmente trastornos relacionados con la esfera cardiovascular».

De lo que ya no cabe duda es que hay una relación clara entre enfermedad periodontal y cardiovascular, como han demostrado múltiples estudios observacionales. «Existen datos contrastados de relación causal entre ambas patologías, de la influencia que tienen en la enfermedad periodontal y en la cardiovascular los mismos factores de riesgo (obesidad, tabaco, síndrome metabólico), así como de la mejoría de ambas con el control de la otra patología», destaca Barón.

Los pacientes con encías enfermas tienen un riesgo superior de padecer un trastorno cardiovascular pero, en cambio, el tratamiento periodontal podría ayudar a reducir ese riesgo. Sin duda, afirma Gómez Doblas, «el control de la enfermedad periodontal supone un beneficio en el control de la inflamación sistémica, que se relaciona con eventos cardiovasculares agudos de alto impacto».

Bacterias de la boca

Cardiólogos y odontólogos atribuyen, en gran parte, esta estrecha vinculación entre corazón y boca a la gran cantidad de bacterias que se sitúan bajo la encía y que pueden pasar a la sangre y afectar a otras zonas del organismo, además de aumentar el nivel de inflamación de todo el cuerpo.

Las enfermedades de las encías, entre las que se encuentran la gingivitis o (en un estadio más avanzado) la periodontitis, afectan a más del 80% la población adulta. Junto con la caries, estas enfermedades son las más frecuentes del ser humano y, a pesar de su aparente inocuidad y curso asintomático, provocan graves consecuencias para la salud.

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