Terapia de estimulación manual controlada con guante
Terapia de estimulación manual controlada con guante - CASE WESTERN RESERVE UNIVERSITY
ICTUS

Nueva terapia domiciliaria para recuperar la destreza manual perdida tras un ictus

El uso de un guante en la mano ‘sana’ permite al paciente estimular de forma controlada la movilidad de la mano paralizada por un ictus

MADRID Actualizado: Guardar
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Cada año, más de 17 millones de personas de todo el mundo y en torno a 120.000 españoles padecen un ictus o accidente cerebrovascular, episodio que ya sea por una disminución u obstrucción del flujo sanguíneo en el cerebro –ictus isquémico –o por una hemorragia tras la rotura de un vaso sanguíneo cerebral –ictus hemorrágico–, constituye una de las primeras causas de mortalidad y discapacidad en todo el planeta. No en vano, cerca de un 30% de las personas que sufren un ictus fallece a consecuencia del mismo y hasta un 40% adquiere una discapacidad grave, caso de la paralización de un lado del cuerpo –hemiplejia–, que entre otras consecuencias imposibilita la utilización de una de las manos. Y en este contexto, un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve en Cleveland (EE.UU.) constata la eficacia de un nuevo dispositivo de estimulación eléctrica controlada a la hora de recuperar, cuando menos parcialmente, la movilidad y destreza manual perdidas tras un ictus. Un dispositivo que, además y para comodidad del paciente, puede ser empleado en el propio domicilio.

Como explica Jayme S. Knutson, director de esta investigación publicada en la revista « Stroke», «la terapia en el domicilio es cada vez más importante no solo para reducir los costes crecientes de la atención sanitaria, sino para que los pacientes puedan recibir las necesarias ‘dosis’ elevadas de tratamiento que posibilitan la obtención de unos mejores resultados. Y es que cuanto mayor es la terapia que recibe el paciente, mejores son los resultados que puede llegar a alcanzar».

Guante ‘estimulador’

Concretamente, los investigadores han diseñado un guante que se pone en la mano ‘sana’ y que, a través de un dispositivo de estimulación eléctrica, se conecta con el brazo y la mano afectados por el ictus a través de un conjunto de sensores. Así, al abrir la mano ‘sana’ se estimula a través del dispositivo, y siempre de forma controlada por el propio paciente, la apertura de la mano afectada.

Como indica Jayme Knutson, «partiendo de los hallazgos, ciertamente positivos, alcanzados en nuestros estudios previos, queríamos ver si la nueva terapia de estimulación manual contralada con el guante resultaba más eficaz que el tratamiento convencional a la hora de mejorar la destreza manual en pacientes que habían sufrido un ictus hacía más de seis meses».

Para ello, los autores contaron con la participación de 80 pacientes supervivientes a un ictus que, además de someterse a 10 horas semanales de estimulación eléctrica en su domicilio y de practicar durante tres horas a la semana ejercicios de destreza manual con un terapeuta en un centro de rehabilitación, recibieron tratamiento con el nuevo guante –40 pacientes– o terapia convencional –administración de corriente eléctrica de baja intensidad para estimular los músculos paralizados– durante 12 semanas.

Es posible que la nueva terapia esté modificando las conexiones neuronales cerebrales que controlan la destreza manual
Jayme Knutson

Concluida la fase de tratamiento, los autores evaluaron la destreza manual de los participantes. Y para ello, les solicitaron que durante 60 segundos cogieran cuantos bloques pudieran de una mesa, los levantaran y los depositaran en otra zona de la misma mesa.

Los resultados mostraron que los pacientes tratados con el nuevo guante tenían una mayor destreza manual que aquellos que recibieron la terapia convencional. Y es que mientras la cifra promedio de bloques ‘trasladados’ en el primer grupo se estableció en 4,6, en el caso del segundo fue de solo 1,8. Tal es así que hasta un 97% de los participantes que utilizaron en guante aseguró haber experimentado una mejoría en el uso de su mano gracias al tratamiento.

Y llegados a este punto, ¿qué sucedió con aquellos pacientes que, a consecuencia del ictus, habían perdido la movilidad de la mano y todos los dedos? Pues que el guante posibilitó una mejora significativa en el movimiento, si no de la mano, del brazo afectado.

Aún habrá que esperar

Y este nuevo dispositivo, ¿para cuándo estará disponible? Pues aún habrá que esperar, dado que se requiere un estudio más grande y con la participación de un mayor número de centros para confirmar los resultados.

Además, como concluyen los autores, «también es posible que la nueva terapia pueda estar modificando las conexiones neuronales en el cerebro que controlan la destreza manual, por lo que lo que necesitamos más estudios para establecer qué tipo de efectos se pueden estar produciendo en el sistema nervioso central»

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