El nocivo efecto a largo plazo sobre la salud de la exposición al polvo tras la caída de las 'Torres Gemelas'

Muchos bomberos que acudieron tras el atentado en Nueva York presentan ahora importantes problemas cardiovasculares

Bomberos trabajando EPA

R. I.

El 9 de septiembre de 2011 se produjo uno de los mayores atentados terroristas de la historia: dos aviones ‘suicidas’ se estrellaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York y causaron 2.996 muertes. Pero sus efectos sobre la salud, especialmente sobre los profesionales de los servicios de emergencia que acu dieron los primeros al lugar del atentado, empiezan a ser más visibles transcurridos casi 20 años.

Un estudio llevado a cabo entre los bomberos de la ciudad de Nueva York acaba de descubrir que la exposición al polvo que se esparció debido al derrumbamiento de las torres está relacionada con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) a largo plazo. El estudio, realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein , el Sistema de Salud de Montefiore y el Departamento de Bomberos de la Ciudad de Nueva York (FDNY), descubrió que aquellos que llegaron primero al World Trade Center, cuando el polvo transportado por el aire era más grueso, tienen 44% más de riesgo de ECV en comparación con los que acudieron más tarde. El estudio se publica hoy en « JAMA Network Open ».

«El aumento en el riesgo fue significativo, incluso teniendo en cuenta los factores de riesgo conocidos de la enfermedad cardiaca como la edad, la hipertensión, el colesterol elevado, la diabetes y el tabaquismo», explica el coordinador del estudio David J. Prezant.

Los estudios han demostrado repetidamente que la exposición al polvo que se generó tras la caída de las torres se asocia con un riesgo inmediato y a largo plazo de efectos adversos para la salud, incluidos problemas respiratorios, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y diferentes tipos de cáncer. Sin embargo, no estaba definida la relación con la ECV.

Este trabajo reunió datos de 9.796 bomberos que se encontraban trabajando en el momento del desplome de las torres. La mayoría no había fumado nunca (74%), eran blancos no hispanos (94%) y su edad media era de 40 años. Todos eran hombres, ya que había muy pocas bomberas in situ para obtener datos significativos.

Los bomberos se dividieron en cuatro grupos : (1) los que llegaron por primera durante la mañana del 11 de septiembre (que se creía que recibían la mayor exposición al polvo); (2) los que acudieron por primera vez esa tarde; (3) los que llegaron por primera vez el 12 de septiembre; y (4) aquellos que llegaron por primera vez entre los días 3 y 14.

Los bomberos que acudieron durante e inmediatamente después de la destrucción del World Trade Center tuvieron un riesgo 44% mayor de experimentar eventos cardiovasculares

Los investigadores revisaron 16 años de registros médicos, exámenes médicos y cuestionarios para evaluar a los participantes en cuanto a su riesgo de eventos cardiovasculares primarios y secundarios. (Los eventos primarios de ECV se definieron como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, angina inestable, cirugía de arteria coronaria o angioplastia o muerte por ECV; los secundarios incluyeron ataque isquémico transitorio, angina definida como medicamento para angina o cateterismo cardíaco sin intervención, cardiomiopatía y otras ECV).

Los resultados mostraron que los bomberos que acudieron durante e inmediatamente después de la destrucción del World Trade Center (grupo 1) tuvieron un riesgo 44% mayor de experimentar eventos cardiovasculares primarios y secundarios en comparación con los que llegaron el 12 de septiembre o más tarde (grupos 3 y 4).

Del mismo modo, aquellos que trabajaron en el World Trade Center durante seis meses o más tenían un 30% más de probabilidades de haber experimentado un evento de ECV primario o secundario en comparación con aquellos que trabajaron menos tiempo. Estas asociaciones fueron estadísticamente significativas después de tener en cuenta la edad, la raza / etnia y las evaluaciones iniciales del índice de masa corporal, hipertensión, colesterol elevado, diabetes, tabaquismo y probable TEPT.

«Un mensaje importante es que el nuevo dolor en el pecho en este grupo no debe atribuirse automáticamente a enfermedades relacionadas con el desastre del WTC ya conocidas, como el reflujo o la enfermedad obstructiva de las vías respiratorias (EPOC). Es muy posible que se asocie con una ECV», advierte Prezant.

«Nuestros resultados enfatizan por qué es crucial controlar la salud a largo plazo de cualquier persona expuesta a desastres ambientales masivos, incluso muchos años después del evento», sostiene la coautora Rachel Zeig-Owens. «Al detectar y tratar los otros factores de riesgo de ECV, como el colesterol elevado, la hipertensión, la obesidad y el tabaquismo, podemos reducir el riesgo general de ECV en las personas más expuestas al desastre del World Trade Center».

Nuestros resultados enfatizan por qué es crucial controlar la salud a largo plazo de cualquier persona expuesta a desastres ambientales masivos, incluso muchos años después del evento

Muchos otros estudios han relacionado la exposición aguda y prolongada a la contaminación del aire con ECV. Los investigadores señalaron que la exposición al polvo y a los productos de la combustión podría haber desencadenado procesos persistentes de enfermedades que implican inflamación crónica que aumentaron el riesgo de ECV años después.

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