HALITOSIS

Dispositivo portátil que nos ‘chiva’ de la halitosis

El dispositivo es capaz de detectar concentraciones de tan solo 400 ppb de sulfuro de hidrógeno, principal responsable del ‘olor bucal desagradable’

La falta de higiene bucal es responsable de cerca del 90% de los casos de halitosis ARCHIVO

A. Otero

La halitosis o ‘mal aliento’ es un problema muy común entre la población. De hecho, la Asociación Dental Americana (ADA) estima que hasta un 50% de los adultos padecerá este ‘olor bucal desagradable’ en algún momento de su vida, ya sea de forma transitoria o crónica. Una halitosis que, si bien en la inmensa mayoría de las ocasiones no pasa de ser una leve ‘molestia’ –para los demás–, puede alertar de la presencia de enfermedades sumamente graves e, incluso, letales, como sería un cáncer de pulmón. Sin embargo, y más allá de los casos en los que este mal aliento es ciertamente ‘evidente’, su detección no siempre resulta fácil. De hecho, las personas que lo presentan no suelen ser conscientes del mismo, y en la mayoría de los casos –hasta un 58%– en los que acuden al médico lo hacen tras ser ‘informados’ por un prójimo. Es más; los médicos carecen de un test objetivo y adecuado para la halitosis. O así ha sido hasta ahora, dado que investigadores del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea en la Ciudad Metropolitana de Daejeon (Corea del Sur) han desarrollado un dispositivo portátil capaz de detectar el mal olor bucal por mínimo que sea.

Como explica Il-Doo Kim, director de esta investigación publicada en la revista « Analytical Chemistry », « el diagnóstico de la halitosis en el aliento exhalado requiere sensores capaces de detectar concentraciones de sulfuro de hidrógeno inferiores a 1 parte por millón (ppm). En este contexto, nuestro sensor puede detectar concentraciones menores a 400 partes por mil millones (ppb) en una humedad relativa del 90%, por lo que presenta un elevado potencial para constituirse como una plataforma de sensor colorimétrico de alto rendimiento para el diagnóstico de la halitosis».

Motivo de divorcio

En torno a un 90% de los casos de mal aliento tienen su origen en la boca y pueden ser un signo de una patología bucal o dental. Sin embargo, en un 8% de las ocasiones no deriva de la propia cavidad bucal y suele ser consecuencia de una enfermedad en la nariz, la garganta o el tracto digestivo. Sea como fuere, la halitosis supone en la mayoría de los casos una ‘molestia’ que, lejos de resultar inocua, puede tener un impacto nefasto sobre la vida social –y laboral – del afectado.

De hecho, y considerada como una de las tres razones argumentables –junto a la lepra y la no consumación del matrimonio– por las esposas galesas del Medievo para lograr el divorcio, la halitosis está considerada por las mujeres como el principal inhibidor físico de la libido. Y no resulta descabellado pensar que el mal aliento compromete, y mucho, el éxito de una entrevista para lograr un empleo.

La halitosis es consecuencia en hasta un 90% de los casos de una higiene bucal deficiente

Pero, ¿cuál es la razón por la que se produce este olor desagradable? Pues principalmente, por la emisión de un gas denominado ‘sulfuro de hidrógeno’ –o ‘ácido sulfhídrico’–. Un compuesto volátil y maloliente derivado del azufre que suele liberarse tras la descomposición por las bacterias de la cavidad oral de los restos de alimentos, la saliva, la mucosa oral e, incluso, la sangre. De hecho, cerca de un 90% de los casos de halitosis son consecuencia de una deficiente higiene bucal .

Para diseñar su dispositivo, los autores recurrieron al acetato de plomo (II), compuesto de color blanco que adquiere una coloración marrón tras entrar en contacto con el sulfuro de hidrógeno. Sin embargo, el acetato de plomo (II) no es lo suficientemente sensible como para detectar este gas maloliente en el aliento humano. Y es que cuando las concentraciones de sulfuro de hidrógeno son inferiores a 2 ppm, el compuesto no reacciona –y no hay coloración marrón.

Para uso clínico

Entonces, ¿qué se puede hacer? Pues diseñar una red tridimensional de nanofibras y llenarla de moléculas de acetato de plomo (II) para que reaccionen ante cualquier mínima presencia de sulfuro de hidrógeno. ¿Y funciona? Pues sí. Los autores fueron capaces de detectar concentraciones de sulfuro de hidrógeno de tan solo 400 ppb observando el cambio de blanco a marrón en su red de nanofibras . Un resultado, además, que fue posteriormente replicado tras analizar el aliento, previa contaminación con ácido sulfhídrico, de 10 voluntarios sanos.

Y este sensor del mal aliento, ¿para cuándo estará disponible para su uso por la población? Pues aún habrá que esperar. De hecho, y cuando menos en un inicio, su empleo estará reservado para la detección rápida y barata de la halitosis por los médicos.

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