RETINOPATÍA DIABÉTICA

Desarrollado un fármaco capaz de frenar la progresión de la retinopatía diabética

La molécula ‘NAV-2729’ es capaz de inhibir la proteína ARF6, directamente implicada en las fugas y formación de nuevos vasos sanguíneos que causan la retinopatía diabética

Retinopatía diabética ARCHIVO

M. LÓPEZ

La diabetes es una enfermedad ocasionada por la incapacidad del organismo para producir –diabetes tipo 1– o utilizar correctamente –diabetes tipo 2– la insulina, esto es, la hormona responsable de que las células capten la glucosa de la sangre para producir energía. En consecuencia, el torrente circulatorio porta un exceso de glucosa, lo que a la larga acaba provocando lesiones en numerosos órganos del cuerpo. Es el caso de los ojos y de la retinopatía diabética, enfermedad causada por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina y que constituye la primera causa de ceguera en la población en edad laboral. Y es que a día de hoy aún no existe ningún tratamiento que pueda curar esta patología que provoca una pérdida progresiva de la visión. O así ha sido hasta ahora, dado que investigadores de la Universidad de la Salud de Utah en Salt Lake City (EE.UU.) parecen haber descubierto una proteína cuya inhibición detiene la progresión de la retinopatía diabética y, lo que es más importante, un fármaco capaz de inhibirla.

Como explica Weiquan Zhu, co-autora de esta investigación publicada en la revista « The Journal of Clinical Investigation », «lo realmente interesante de nuestro trabajo es que hemos identificado un compuesto que, bautizado como ‘NAV-2729’, inhibe la proteína ARF6, que juega un papel crucial en el desarrollo de la retinopatía diabética ».

Pérdida de visión

El exceso de glucosa en la sangre provoca un deterioro progresivo en los vasos sanguíneos de la retina, que acaban teniendo fugas de líquido y sangre. El resultado es que el ojo, mal irrigado, no puede cumplir adecuadamente su función. Pero aún hay más. Para ‘compensar’ este deterioro, el organismo acaba formando nuevos vasos y cicatriza los lesionados –o lo que es lo mismo, los ‘parchea’ con tejido fibroso, lo que también daña la visión puesto que las imágenes que llegan al cerebro, ante tal cantidad de ‘obstáculos’, se vuelve borrosa.

La proteína ARF6 podría también estar implicada en otras enfermedades en las que tiene lugar la activación del receptor VEGF, caso del cáncer

Como explica Dean Li, co-autor de la investigación, «ARF6 actúa como un policía en un cruce con mucho tráfico dentro de la célula. Y es que esta proteína orquesta múltiples señales inflamatorias que contribuyen a la inflamación común a muchas enfermedades, caso de la retinopatía diabética».

Y llegados a este punto, ¿qué hacen ARNO y GEP100? Pues de acuerdo con los resultados, parece que ARNO es responsable de activar a ARF6, que a su vez introducirá el receptor de VEGF en el interior celular para amplificar su señal. Por su parte, GEP100 activa a ARF6 para que recupere el receptor de VEGF y lo vuelva a exponer en la superficie celular, para que así el proceso pueda volver a empezar.

Entonces, ¿qué se puede hacer? Pues básicamente, inhibir esta ARF6. Y para ello, los autores han diseñado una nueva molécula, ‘NAV-2729’, que parece funcionar muy bien. De hecho, la inyección de ‘NAV-2729’ en los ojos de los animales provocó una reducción de las ‘fugas’ de los vasos sanguíneos y de la formación de nuevos vasos . Además, y cuando menos en los ratones, parece que esta ‘NAV-2729’ es más eficiente a la hora de controlar las fugas que el tratamiento que a día de hoy se emplea en los seres humanos –la inyección mensual en el ojo de un anti-VEGF, procedimiento que solo resulta eficaz en un 40% de los pacientes.

Más allá del ojo

En definitiva, el descubrimiento de la proteína ARF6 y, principalmente, el desarrollo de su inhibidor ‘NAV-2729’, podrían ser la solución para la retinopatía diabética. Como refiere Mary Elizabeth Hartnett, co-autora de la investigación, «la retinopatía diabética se puede desarrollar con el paso del tiempo, provocando una dramática pérdida de la visión que no siempre puede ser corregida con gafas. Necesitamos nuevos tratamientos, pues la retinopatía diabética está creciendo en todo el mundo y cabe esperar que crezca aún más en las próximas décadas ».

Sin embargo, es posible que el daño causado por esta ARF6 no se limite a la retinopatía diabética. Y es que esta proteína también podría jugar un papel crucial en otras muchas enfermedades inflamatorias.

Como concluye Shannon Odelberg, directora de la investigación, «creemos que nuestros resultados son importantes porque describen un mecanismo por el que ARF6 controla la señalización del receptor VEGF, lo que podría tener implicaciones mucho más amplias. Y es que esta ARF6 podría también estar implicada en otras enfermedades en las que tiene lugar la activación del receptor VEGF, caso del cáncer ».

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