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NEUROLOGÍA

La contaminación también podría estar asociada a un mayor riesgo de alzhéimer

Un estudio publicado en PNAS encuentra nanopartículas resultantes de la contaminación en el cerebro donde podrían causar enfermedades neurológicas

MADRID Actualizado: Guardar
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Cada vez hay más evidencias científicas de los nocivos efectos de la contaminación sobre nuestro cerebro. Cáncer, alergias, enfermedad cardiovascular, trastornos del sueño y ahora un posible riesgo de alzhéimer, como asegura una investigación que se publica en «T he Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS). El estudio, realizada en la Universidad Lancaster (Gran Bretaña) pone en evidencia «la presencia de nanopartículas derivado de aire contaminado en el tejido cerebral humano. Ahora bien, el estudio no establece un vínculo entre la presencia de estas nanopartículas y el alzhéimer.

La magnetita mineral magnético está implicada en la producción de especies reactivas de oxígeno, que a su vez están asociadas con enfermedades neurodegenerativas el alzhéimer Alzheimer.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores coordinados por Barbara Maher analizaron muestraS de tejido cerebral de 37 personas fallecidas, de entre 3 y 92 años.

Y vieron que había presencia abundante de nanopartículas magnéticas en el tejido de la corteza frontal de los 37 individuos. El análisis espectroscópico posterior más completo identificó las partículas como magnetita. Y, a diferencia de partículas de magnetita que se cree que forman endógenamente en el cerebro, la mayoría de las partículas observadas eran esféricas, con diámetros de hasta 150 nm, y exhibieron superficies fusionadas características de la formación a altas temperaturas. Las partículas esféricas suelen ir acompañadas de nanopartículas de otros metales de transición, como platino, níquel, y cobalto.

Según los autores, las partículas de magnetita se asemejan a los «nanoesferas» que abundan en el aire contaminado característico de las grandes ciudades, como Ciudad de México, de donde eran 29 de los 37 individuos analizados. Las partículas menores de 200 nm, explican los investigadores, son lo suficientemente pequeñas para entrar directamente al cerebro a través del nervio olfativo.

Riesgo para la salud

Los resultados sugieren que las nanopartículas de magnetita en el medio ambiente pueden entrar en el cerebro humano, en los que podrían suponer un riesgo para la salud humana, según los autores. Ahora bien, ¿significa esto que la contaminación del aire puede ser causante de alzhéimer? Aunque su presencia en el cerebro sería particularmente tóxica, los investigadores reconocen que todavía queda mucho por examinar antes de poder concluir que desempeñan un papel en el Alzheimer.

Los resultados merecen una atención especial por parte de los epidemiólogos y responsables de políticas de calidad del aire
Barbara Maher

En este sentido, Jennifer Pocock, neuróloga del University College de Londres, ha señalado a través de un comunicado a Science Media Centre que aunque está de acuerdo en que la evidencia apunta a la magnetita contaminación transmitidas en el cerebro, se necesita más trabajo antes de que una conexión sólida con el alzhéimer se pueden extraer. «Es necesario que haya un mayor estudio en el que, por ejemplo se analicen las concentraciones de magnetita de pacientes que vivían en una ciudad, por ejemplo, y se comparen con los pacientes que viven en el área relativamente libre de contaminación».

Además, se han sugerido factores de riesgo ambientales para la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas, y no está claro cómo la magnetita encaja en el cuadro general de riesgo, o si hay un umbral de exposición que es especialmente peligroso. Aún así, los resultados merecen una atención especial por parte de los epidemiólogos y responsables de políticas de calidad del aire, dice Maher. «Es un factor de riesgo por desgracia plausible, y vale la pena tomar precauciones. Los políticos han intentado tener esto en cuenta sus leyes medioambientales, pero tal vez que deban ser revisadas».

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