¿Puede el zumo de granada proteger el cerebro infantil?

Un estudio exploratorio evidencia un mejor desarrollo y conectividad cerebral en recién nacidos de madres que tomaron diariamente un vaso de zumo de granada

Científicos investigan si el zumo de granada en las embarazadas puede proteger el cerebro de los fetos ABC

ABC Salud

Investigadores clínicos del Brigham and Women's Hospital están explorando si la ingesta de zumo de granada durante el embarazo puede tener un efecto protector en el cerebro de los bebés . En un artículo que aparece en la revista «PLOS One», el equipo presenta sus hallazgos preliminares de un ensayo clínico en mujeres embarazadas cuyos bebés fueron diagnosticados con restricción del crecimiento inrauterino (RCIU).

El estudio exploratorio es prometedor, con evidencia de un mejor desarrollo y conectividad cerebral en bebés nacidos de madres que consumieron zumo de granada diariamente. Actualmente, se está llevando a cabo un segundo ensayo clínico más grande en el Brigham para validar estos hallazgos.

«Nuestro estudio proporciona evidencia preliminar que sugiere posibles efectos protectores para los recién nacidos expuestos al zumo de granada mientras están en el útero», señala la autora principal Terrie Inder, MBCHB, jefa del departamento de Medicina Pediátrica del Recién Nacido en el Brigham. «Estos hallazgos justifican una investigación continua sobre los posibles efectos neuroprotectores de los polifenoles en los recién nacidos en riesgo, como aquellos con lesión hipóxico-isquémica», detalla.

En los casos de RCIU, el bebé en el útero mide poco para su edad gestacional, a menudo debido a problemas con la placenta, que aporta oxígeno y nutrientes al feto en crecimiento. Se considera que uno de cada 10 bebés tiene RCIU. El proceso de nacimiento en sí mismo puede disminuir aún más el flujo de sangre u oxígeno al bebé, incluido a su cerebro. Si esto es muy grave, puede provocar una afección conocida como lesión hipóxico-isquémica , que contribuye a casi una cuarta parte de las muertes de recién nacidos en todo el mundo.

Los polifenoles , que incluyen ácido tánico y elagitaninos, son parte de una clase de antioxidantes que se encuentran en muchos alimentos y bebidas, como frutos secos, frutos rojos, vino tinto y tés. El jugo de granada es una fuente particularmente rica de estas moléculas. Se sabe que los polifenoles atraviesan la barrera hematoencefálica, y los estudios en modelos animales han demostrado efectos protectores contra las enfermedades neurodegenerativas. Hasta la fecha, ningún estudio clínico había evaluado los posibles efectos de dar zumo de granada a las mujeres embarazadas para proteger el cerebro de los recién nacidos en riesgo.

El presente estudio, aleatorizado, controlado y doble ciego, siguió a 78 madres de la clínica obstétrica Barnes-Jewish Hospital en St. Louis con diagnóstico de RCIU a las 24-43 semanas de gestación. De forma aleatoria, las mujeres tomaron diariamente unos 250 mililitros de zumo de granada o un placebo con el mismo sabor y calorías pero sin polifenoles hasta el día del parto. El equipo midió varios aspectos del desarrollo y las lesiones cerebrales, incluida la macroestructura cerebral infantil, la organización microestructural y la conectividad funcional.

Si bien el equipo no observó diferencias en la macroestructura cerebral, sí encontró diferencias en la microestructura de la materia blanca y la conectividad funcional.

«Estas medidas nos dicen cómo se está desarrollando funcionalmente el cerebro. No vimos ninguna diferencia en el crecimiento del cerebro y el crecimiento del bebé, pero sí vimos una mejora en la red de cableado y el desarrollo del cerebro medido por el flujo sanguíneo sincrónico y el desarrollo visual del cerebro», explica Inder.

Los autores señalan que los hallazgos justifican la necesidad de un ensayo clínico más grande y rigurosamente diseñado, que ya está en curso en el Brigham, para permitir una investigación continua sobre los posibles efectos neuroprotectores de los polifenoles. «Planeamos continuar investigando estos hallazgos emocionantes. Si bien la evidencia preliminar parece prometedora, se necesita un estudio y replicación adicionales», señala Inder.

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