Descuentos ABCDos métodos infalibles para devolverle la vida a tus zapatillas blancas

El peligro de comprar cualquier prenda o complemento de este color es la facilidad con la que se ensucian y lo evidentes y difíciles de quitar que son las manchas

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Ya lo decían nuestras madres: «El blanco es un color muy sufrido». El peligro de comprar cualquier prenda o complemento de este color es la facilidad con la que se ensucian y lo evidentes y difíciles de quitar que son las manchas. Pero es tan difícil pasar por alto la tentación de hacerse con unas bonitas zapatillas blancas... Esta temporada es lo que más se lleva, y decenas de tiendas ofrecen descuentos en calzado que no puedes dejar escapar, como el código promocional Sarenza. Sería una pena no poder darles todo el uso que quieres tan solo por miedo al resultado de meterlos en la lavadora... Si has relegado tus zapatos blancos favoritos al olvido porque no sabes cómo hacer que vuelvan a lucir como antes, presta atención a estos dos trucos para devolver el blanco a tus zapatos a mano y con utensilios que, seguro, tienes en casa:

1. Bicarbonato

Primero de todo, cepilla las zapatillas con un cepillo de dientes viejo para eliminar los restos de suciedad más superficiales. A continuación, mezcla una cucharadita de bicarbonato, media de agua y otra media de agua oxigenada en un recipiente hasta conseguir una masa uniforme. Sácale los cordones a las zapatillas y aplica la mezcla en la superficie del calzado en dos capas y déjalo secar al sol durante unas tres o cuatro horas, hasta que la mezcla esté seca y agrietada. Haz lo mismo con los cordones por separado. Para finalizar, cepilla de nuevo los zapatos y elimina por completo todas las capas hasta que el zapato quede limpio de todo rastro de mezcla. Si te queda alguna duda, puedes ver un ejemplo ilustrado en algún vídeo en YouTube.

2. Jabón

Empieza por frotar la superficie de las zapatillas con un paño suave para lograr, como en el método anterior, eliminar la suciedad que no ha penetrado en el tejido. Seguidamente, enjuaga las zapatillas en agua tibia. Este paso es imprescindible, pues con agua fría no conseguirás nada y, si abusas del agua caliente, las fibras se abrirán y permitirán que la suciedad penetre todavía más. A continuación, con un cepillo de cerdas gruesas de toda la vida, aplica una mezcla de agua y jabón. Para este propósito puedes utilizar tanto jabón de manos como de lavavajillas o lavadora. Y ahora, ¡a frotar! Frota enérgicamente con el cepillo hasta que vayan desapareciendo los rastros de suciedad. Vuelve a enjuagar los zapatos en agua tibia e introduce en éstos toallas de papel (el periódico dejará manchas oscuras) para que absorba la humedad. El siguiente paso es tener paciencia y esperar a que se sequen. Para entonces, ¡tus zapatos estarán como nuevos!

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