La curiosa que receta que da lugar a la cera de oído incluye cabello y piel
La curiosa que receta que da lugar a la cera de oído incluye cabello y piel - ABC

Los raros beneficios para el cuerpo de la cera de oído

Varios estudios publicados en los últimos años han determinado que esta molesta sustancia tiene propiedades antibacterianas

Madrid Actualizado: Guardar
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Nos da más problemas (o nos plantéa más dificultades) que las ventajas que nos aporta a primera vista. Sin embargo, y a pesar de lo que pensamos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, la cera de oído tiene una serie de funciones ocultas que muy poca gente conoce. Entre otras, destaca que (en palabras de algunos expertos) cuenta con propiedades antibacterianas y que, según se cree, sirve para lubricar la orerja.

Tal y como afirma la versión digital de la « BBC», las curiosidades con respecto al cerúmen comienzan ya en el momento en que se forma. Y es que, esta sustancia es producida en la parte más externa del conducto auditivo y lo crean entre 1 y 2.000 glándulas sebáceas (que permiten que el pelo esté graso) y varias glándulas sudoríparas modificadas. Sus repugnantes secreciones se suman a otros «ingredientes» como cabellos, restos de piel y suciedad acumulada.

«El cerúmen es una sustancia integrada por la mezcla de las secreciones de las glándulas sebáceas, de las glándulas sudoríparas y de una modificación de estas últimas: las glándulas ceruminosas. Además, el cerúmen contiene los productos propios de la descamación de la piel del conducto auditivo, y partículas procedentes del ambiente que puedan introducirse en el propio oído», explica Héctor Vallés Varela en su obra «Lecciones de otorrinolaringología».

¿Para qué sirve?

Sin embargo, el misterio no está en las sustancias que lo forman, sino en el verdadero uso que tiene. Durante años, por ejemplo, se ha considerado que su función principal es lubricar el oído. De hecho, como bien explica la BBC, los primeros bálsamos labiales se elaboraron con esta repugnante sustancia. Sin embargo, también se cree que su función puede residir en evitar que los insectos entren en las cavidades internas de la cabeza.

Con todo, estas no son las únicas teorías que existen. Y es que, en 1980 salieron a la luz varios estudios de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. en los que se explicaba que el cerúmen contaba con propiedades antibacterias. Así lo determinaron después de recoger cera de oído de 12 personas diferentes, diluirla en alcohol y -tras introducir en la mezcla algunas bacterias- percatarse de que el resultado lograba acabar con el 99% de varias cepas.

Un estudio germano llegó a la misma conclusión en 2011, cuando lograron comprobar que el cerúmen logró evitar el crecimiento de las bacterias y los hongos. Con todo, a día de hoy imposible corroborar su efecto antibiótico. Y es que, en el año 2.000 un estudio realizado en España determinó que el efecto de la cera de oído era neutro cuando actuaba sobre una cepa de estafilococo y que, incluso, podía facilitar el crecimiento de bacterias.

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