Narcotráfico Cádiz

Vídeo: Trepidante persecución a plena luz del día de una narcolancha en aguas de Sanlúcar

La actividad de los narcotraficantes y los petaqueros en la zona de la desembocadura del Guadalquivir ha ido en aumento en las últimas semanas

Momento de la persecución. La Voz

M. Almagro

«No paran», «hay días que están entrando entre seis y nueve gomas». Ese es el mensaje que llega desde las aguas de la desembocadura del Guadalquivir que alertan que la actividad del narco en esta vía de entrada y salida de alijos de hachís va en aumento. Sobre todo en las últimas semanas.

Y de este mismo lunes es el vídeo que acompaña esta información donde se ve como un helicóptero de la Guardia Civil y una patrullera del Servicio Marítimo persiguen a una de estas potentes semirrígidas por estas mismas aguas. La velocidad que emplea la embarcación es frenética. Tanto que es capaz de plantarle cara y marcar distancia con la aeronave.

La escena se produce a plena luz del día cuando además esas mismas aguas están siendo también utilizadas por otras embarcaciones e incluso por personas que están haciendo deporte. Sin embargo, esta presencia no parece disuadir a los pilotos de la neumáticas que no dudan en poner los motores a la máxima potencia a pesar del riesgo que ello entrañe.

Ante el aviso de la navegación de la semirrígida -cuyo simple uso hay que recordar que el Gobierno prohibió por decreto- agentes del Servicio Marítimo se apresuran en sacar la patrullera y perseguirles, con el apoyo del helicóptero. Sin embargo, ante esta fuerte presencia policial, y a las evidentes señales de alto, estos presuntos delincuentes no hacen en ningún momento amago de parar. Todo lo contrario.

Según fuentes consultadas, estas persecuciones se están repitiendo con bastante frecuencia este último mes. Tanto en esta zona como en todo el área comprendida entre Chiclana y San Fernando. En ambos lugares se están interceptando en las proximidades a las zonas de alijo a personas con antecedentes que son vecinos de La Línea, Algeciras y ciudadanos marroquíes. Muchos de ellos, con asuntos pendientes por tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.

Se sospecha que las bandas que trafican con hachís desde Marruecos y que antes operaban por playas que conocían del Estrecho se han desplazado a otros puntos donde los canales del Guadalquivir les acerca a la Península para el posterior traslado de la droga hacia los puntos de distribución.

Esto se une a la incesante actividad de otras conocidas y reincidentes bandas locales que a pesar de haber sido desactivadas en más de una ocasión y tras pasar por los juzgados o incluso por prisión, vuelven a organizarse y a traficar. La violencia entre uno y otros grupos también mantiene en alerta a las fuerzas policiales que comienzan a advertir de una cierta impunidad descontrolada. Un nuevo aviso a navegantes.

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