SALUD

Nueve de cada diez jóvenes utreranos han probado alguna vez fumar en cachimbas

Los profesionales médicos y el Ayuntamiento han unido esfuerzos para concienciar a la juventud de los peligros de las pipas de agua

El Ayuntamiento y profesionales médicos han iniciado una campaña para advertir de los peligros de las cachimbas A. F.

Alberto Flores

En un tiempo asombrosamente corto, las cachimbas o pipas de agua se han convertido en un elemento importante en el ocio de los adolescentes sevillanos. Estos elementos se encuentran presentes en muchos locales y se ha puesto en marcha todo un mercado especializado de venta de los elementos necesarios para poder consumir tabaco de esta manera.

Ante los peligros que puede suponer para los jóvenes el abuso de las cachimbas, los profesionales de los diferentes centros médicos de Utrera y el Ayuntamiento, han unido sus esfuerzos para poner en marcha una campaña que ofrezca información real acerca de como se puede comportar su cuerpo al consumir tabaco en cachimbas.

Una campaña que ha tenido su inicio aprovechando la concentración de personas que acude cada miércoles al mercadillo de Utrera y ante la que María José Ruiz, concejal de Políticas Sociales e Igualdad, explicó que «estamos muy preocupados por las consecuencias negativas que provocarán en la salud de nuestros adolescentes el consumo de tabaco, y especialmente en la nueva moda de fumar con cachimbas».

El problema principal que acarrea el consumo de este producto es que escondido por una presentación atractiva y unos conseguidos sabores, muchos jóvenes no disponen de la información adecuada y piensan que esta práctica es menos perjudicial que el consumo de tabaco convencional. El fumador de cachimbas, también está aspirando, respirando y tragando al mismo tiempo elementos tan distintos como pintura, cera, combustible para cohetes, pilas, insecticidas y gas butano.

No se trata de la primera que vez que el tema de las cachimbas preocupa a algunos sectores en la localidad, que han visto cómo en los últimos años su consumo se ha disparado de una forma ciertamente llamativa. Es el caso del enfermero utrerano José Antonio García, quien junto a otra serie de profesionales realizaban hace algunos meses un estudio de campo sobre el consumo de cachimbas en los jóvenes utreranos.

Teniendo como campo de trabajo a unos 200 utreranos, con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años, aseguran que un 85,7% de los encuestados había probado este método para fumar . Una práctica que este profesional médico asegura que puede terminar generando «cánceres de pulmón, laringe, boca y esófago; enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (bronquitis crónicas y enfisema); así como embolias y hemorragias cerebrales».

Una lista de dolencias que se complementa también con las enfermedades de transmisión oral , que pueden estar asociadas al consumo de cachimbas, ya que se comparten elementos como las boquillas entre muchas personas distintas.

Así pueden transmitirse fácilmente a través de las pipas de agua, enfermedades como la Hepatitis C, tuberculosis y mononucleosis : «hace dos años hubo un pico de mononucleosis en Utrera y todo apuntaba al consumo de cachimbas», apuntaba García.

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