Felipe Cortés en su ciudad natal, Utrera
Felipe Cortés en su ciudad natal, Utrera - ALBERTO FLORES
UTRERA

Un mostachón de oro para un biólogo celular

El investigador Felipe Cortés, que ha trabajado en Suecia y en el hospital general de San Francisco, dice a los jóvenes que no tengan miedo de salir fuera de España

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Investigar para mejorar la humanidad. Ese es el lema que ha recorrido la vida del científico utrerano Felipe Cortés Benavides, una persona muy querida en la localidad que recientemente ha sido distinguido con el Mostachón de Oro 2015 a toda su trayectoria, el galardón más importante que se entrega en Utrera a lo largo del año, que recibía emocionado, asegurando que si «pudiera reencarnarme, volvería a nacer en Utrera».

La trayectoria de este utrerano, catedrático de Biología Celular, es realmente impresionante, ya que es uno de los científicos españoles que más ha destacado en este campo en las últimas décadas. Desde muy joven sabía que su camino estaba en la ciencia y en la investigación, por lo que no desaprovechó las oportunidades que el destino le brindó para poder completar su formación en el extranjero, conocer otras culturas y entrar en contacto con los mejores laboratorios del mundo.

Su primera aventura se situó en Suecia, en la Universidad de Uppsala, lugar que sirvió de puente aéreo para volar a Estados Unidos, el objetivo que él siempre se marcó, concretamente en la Universidad de California para trabajar en el Hospital General de San Francisco.

Años en los que este utrerano no dudó en trasladarse al extranjero con su familia, viviendo experiencias muy enriquecedoras de la mano de su mujer y de su hijo y que han sido claves para su posterior carrera profesional. Tuvo oportunidades y ofertas para quedarse, pero le tiró la tierra y decidió retornar a su país, donde ha seguido dando pasos muy destacados en el campo de la investigación.

En momentos en los que en España se habla con amargura de la denominada «fuga de cerebros», que obliga a numerosos jóvenes sobradamente preparados a emigrar en busca de un futuro que aquí ni siquiera vislumbran, Felipe Cortés afirma que «en España hay muy buenos sitios para que un investigador pueda desarrollar su oficio. Creo que el hecho de tener que salir fuera no se debe considerar nunca como una tragedia, la tragedia es que luego se quiera volver y no se pueda, tenemos que abrir las puertas para que esos investigadores que hoy se van, dentro de unos años puedan volver».

Con puesto fijo

Su caso es paradigmático de lo que siente, ya que en su momento este utrerano tenía su puesto fijo en la Universidad de Sevilla, pero decidió salir fuera para vivir experiencias distintas y formarse como persona y como investigador. Cortés ha formado parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, su campo de acción se ha centrado principalmente en el estudio de las posibles causas medioambientales que provocan mutaciones en las células humanas, ha participado en más de 30 proyectos de investigación oficiales y es autor de más de cien trabajos publicados en revistas científicas internacionales.

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