MORÓN DE LA FRONTERA

El mejor jugador de futbolín de España es de Morón de la Frontera y tiene de 19 años

Juan Diego Manchado es campeón nacional, subcampeón del mundo y tiene un palmarés enorme para su corta edad

Juan Diego Manchado (primero por la izquierda) acumula un amplio palmarés en campeonatos de futbolín J. L. M.

JUAN LUIS MÁRMOL

Es campeón de España, subcampeón del mundo, tercero de Europa. Acumula varios trofeos de distintas competiciones celebradas en nuestro país. Es uno de los grandes referentes a nivel nacional e internacional , con tan solo diecinueve años. ¿En qué disciplina? En el futbolín .

Juan Diego Manchado es un joven de Morón de la Frontera que, en apenas siete años de carrera, ha dado el salto de ganar en torneos de bares a ser el mejor de España y uno de los mejores del mundo.

Su pasión por el futbolín le viene desde que, a los trece años , empezó a fijarse bien en la gente que jugaba en el bar de su padre, La Tasquita. «Cuando mi padre puso el futbolín, vi a los dueños jugar, que lo hacían muy bien», recuerda.

El gusanillo por esta actividad le entró fuerte, pues demostró tener talento. Tanto que empezó a disputar (y ganar) torneos. «Me gustaba el ambiente de estos torneos y, a día de hoy, sigo yendo a todos los que puedo». Su primera competición fue en Salteras . Ahí comenzó una carrera que le ha llevado a varios rincones de España y del mundo.

Aunque el futbolín es una actividad con mucha popularidad en España, son pocos los que llegan a alcanzar esos grandes niveles. Para Manchado, la clave está en «la habilidad» . «Te puedes apuntar a todos los torneos que quieras, pero para llegar lejos necesitas más habilidad que los demás», explica.

Además, otra de las claves es pegarse a «los grandes jugadores». En el caso de Juan Diego Manchado, jugar y entrenar con el pentacampeón del mundo, Manuel Amaya , vecino de Utrera. Porque Sevilla es la principal potencia de futbolín en toda España.

Para Manchado, jugar con Manuel Amaya fue muy importante. «Me vio jugar y me dijo que era muy habilidoso, así que empecé a jugar con él». Así comenzó una carrera meteórica .

El público está familiarizado con las rutinas de entrenamiento de futbolistas, de baloncestistas, tenistas… hasta los deportes más minoritarios. Pero, ¿cómo se prepara un jugador de futbolín del más alto nivel?

No solo se necesita de un talento natural para triunfar en esto: como todas las disciplinas en las que uno quiere afianzarse, se requiere esfuerzo y entrenamiento. Manchado y Amaya entrenaban juntos todos los días.

«Así es como se aprende: jugando con los buenos». En lo específico, la preparación para el futbolín no difiere mucho de otros deportes de grupo. «Lo básico es entrenar la coordinación con tu pareja . También hay que practicar mucho los marcajes, el golpeo…».

Llega el momento de sacar una cuestión que, seguramente, esté en la mente de algunos lectores: ¿es el futbolín un deporte? La respuesta corta es que, por el momento, no. «No es un deporte, pero está en camino de convertirse en uno, aunque para nosotros ya es un deporte», aclara. «Si lo es el ajedrez, ¿por qué no iba a serlo el futbolín?».

J. L. M.

En cualquier caso, cuando lo sea, Manchado podrá entrar en ese grupo de los deportistas campeones gracias a esa trayectoria que se mencionaba arriba. Su primer gran triunfo internacional tuvo lugar en 2016, cuando quedó tercero en Europa.

Ahí tenía 17 años y ya estaba en la máxima categoría del futbolín («hay primera, segunda y tercera categoría», aclara). El año pasado llegó la consagración al convertirse en el campeón de España y en subcampeón del mundo. Pero su hambre de títulos no ceja.

En cada ocasión que se dé, se presentará a un torneo y, con toda probabilidad, lo ganará. Cuando se desarrolló esta entrevista, venía de ganar en Granada, también había pasado por Asturias y ya tenía en mente futuros torneos .

La periodicidad del formato pueda explicar el por qué se juegan tantos, aunque añaden valor a los triunfos y la regularidad de Manchado. «Se juegan en fines de semana , en un mismo día. Dos, si hay muchas parejas».

Eso sí, es un fin de semana de competición pura y dura, haciendo hincapié en esto último. « Nos podemos tirar unas 14 horas jugando en un mismo torneo », afirma, para concluir con una sentencia reivindicativa: «eso es un deporte».

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