Arahal

La lista de regalos de boda de una pareja de Arahal invertida en solidaridad por los enfermos de Alzhéimer

Una pareja emplea el dinero recaudado para ayudar a los enfermos gracias a una perrita de pocos meses con la que hacen terapia

La perrita Bimba saluda a una usuaria enferma de Alzhéimer C. G.

C. González

Pepita mira a Bimba y echa todo el cuerpo hacia atrás. Encarni Villalba, adiestradora canina y experta en intervenciones asistidas con animales, habla con la anciana y la convence para que toque a su perra, una cachorra de raza golden retriever que pone su hocico sobre las piernas de esta mujer, quien acaba finalmente sonriendo y acariciando al animal.

Cada usuario de la asociación de Alzhéimer y otras demencias de Arahal reacciona de una manera ante la presencia de Bimba, pero lo que es seguro es que acaban todos riéndose, llamándola y acariciándola porque, aunque la mayoría ha perdido la memoria, sigue en ellos viva la necesidad de cariño.

Eso ya lo saben las cuidadoras de esta asociación. También lo sabe Encarni, quien ha estado trabajando aquí once años como trabajadora social , hasta que decidió seguir otro camino profesional. Desde entonces, se ha preparado para ayudar a las personas con Alzhéimer y otras demencias de una manera diferente a como lo hacía antes.

Y después de buscar distintas entidades, decidieron hacerlo a beneficio de personas mayores , ya que esta joven, educadora social, lleva dos años trabajando con este colectivo, pues ha sido durante este tiempo la responsable del programa para mayores de Cruz Roja en siete pueblos de la provincia de Sevilla. El otro condicionante para invertir el dinero era que la asociación fuese de Arahal, lugar de residencia de la pareja.  

Y el resultado ha sido dar una oportunidad a Bimba de demostrar cómo es capaz de identificar en solo un día de terapia, cuál es el anciano con especial disposición para los animales . Pero también ha conseguido ganarse a otros que, en principio, estaban algo «quisquillosos» por los mismos efectos de la enfermad.

Manuel, Carmen, Ana, Dolores, Gume, Francisco, Emilio, José Manuel y Mercedes han participado en esta especie de juego en el que Bimba ha sido la protagonista . Ella ha obedecido saludando uno a uno con las dos patas. Y se ha sentado o levantado según los usuarios del centro han ido sacando del chaleco de lana del animal una tarjeta con el juego propuesto.

El grupo de personas mayores del centro de Arahal C. G.

Las primeras tarjetas eran fotos de partes del cuerpo de Bimba que tenían que nombrar. Con más o menos acierto, la perra pasaba de unos a otros, a veces provocando momentos divertidos porque el jugador en ese instante no tenía claro si lo que estaba viendo era un ojo, un rabo, una oreja o la cara de la perra.

Después la peinaron y la acariciaron mientras «le hablaban de lo guapa que era». Han sido dos talleres en los que han comprobado que los animales no distinguen entre quién tiene o no memoria , sólo en si las caricias se hacen con verdadero cariño.

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