La investigación apunta a varias negligencias del cazador que mató de un tiro a un niño en Guillena

Se salió de su puesto unos 20 metros y disparó hacia el sitio que ocupaba otro tirador y donde se encontraba el pequeño

Exterior de la finca La Lapa donde ocurrió el accidente EFE

Silvia Tubio

El cazador investigado por la muerte de un niño de cuatro años en una montería celebrada en Guillena el pasado fin de semana disparó directamente al puesto donde se encontraba el pequeño. Poco a poco se van conociendo más detalles de lo que pasó hace cuatro días en la finca La Lapa , durante una cacería de jabalíes que tuvo un resultado fatal.

Uno de los asistentes era L. A. G., de origen italiano, nacionalidad argentina y vecino de El Puerto de Santa María . En la localidad gaditana tiene un estudio de arquitectura junto a su esposa. Ambos son militantes de Podemos y están muy ligados a la vida social portuense, donde la noticia de su detención apenas ha trascendido.

El evento cinegético del sábado se anunciaba en redes sociales los días previos como una oportunidad para cazar jabalíes y llevarse a casa la pieza abatida (lo que se llama en el argot de los cazadores mata-cuelga). La organización ofertaba 25 puestos y garantizaba que habría oportunidad de disparar a cambio de 350 euros.

El autor del disparo que alcanzó al menor ocupaba el puesto 1 y en el puesto 2 se encontraba el pequeño con su padre. También estaban en el evento un tío y el abuelo del pequeño. Según los datos recabados por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil y que obran en poder del juzgado, L. A. G. sí se salió del puesto al ver movimiento tras la maleza y el ruido de la rehala (perros que persiguen a las presas). Durante su declaración ante el juzgado de Instrucción 16 de Sevilla admitió este lunes que se adelantó del puesto, se giró 90 grados y disparó hacia la derecha. En esa dirección se encontraba el segundo puesto donde estaba el pequeño.

Ante el juez insistió que nunca vio al niño y que tampoco sabía que había un pequeño en la montería. En cambio sí conocía, según su declaración, que había cinco puestos ocupados por dos personas en cada uno. En su caso estaba junto a un amigo.

Puestos 1 y 2

La investigación apunta a que no sólo se adelantó del puesto, sino que se salió y subió una cuesta unos 20 metros, buscando una mejor posición de tiro y desde allí disparó. El tiro alcanzó en la cabeza al pequeño, que no tuvo oportunidad de sobrevivir. Aunque lo trasladaron a un centro de salud y los facultativos estuvieron dos horas intentándolo reanimar, sólo pudieron certificar su muerte.

De confirmarse esa secuencia de los hechos, el cazador habría incurrido en varias imprudencias. En el ámbito de la caza hay una serie de normas básicas que se suelen recordar al inicio de cada evento para que las tengan en cuenta los cazadores. Algunas de ellas son: no disparar sin tener a la vista la presa ; asegurarse que el disparo se entierra para evitar que la trayectoria continúe y alcance a alguna de las personas que participan en la cacería y no salirse del puesto para no invadir el campo de tiro de otro cazador o desorientarse y dirigir el tiro hacia donde está otro tirador.

Este tipo de imprudencias suelen cometerse cuando el cazador se precipita para hacerse con un buen trofeo, incumpliendo normas básicas de seguridad

Este tipo de imprudencias suelen cometerse, según varios cazadores consultados por este periódico, al precipitarse el tirador para hacerse con un buen trofeo.

Del otro lado, el atestado de la Guardia Civil, señalaba este lunes la agencia EFE, apunta a que cada puesto debía estar ocupado por una persona. Esto significaría que había demasiadas personas en el sitio donde cayó la víctima. Hay que recordar, como viene informando ABC, que l a presencia de menores en estos eventos no está prohibida. Sí está regulada su participación directa y el uso de armas. Así el límite legal que establece la norma andaluza son los 14 años.

Todas estas circunstancias llevaron a los agentes de la Guardia Civil a detener al cazador por la supuesta comisión de un delito de homicidio por imprudencia. El lunes quedó en libertad provisional aunque el juez le ha impuesto la prohibición de participar en cacerías y le ha retirado las armas mientras dura la investigación.

El próximo 8 de febrero prestará declaración el padre del pequeño junto al resto de participantes en la montería.

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