Operación Fénix
Golpe policial a una red de estafas tecnológicas en Cádiz: once detenidos y un botín de más de 400.000 euros
delitos tecnológicos
Los arrestados enviaban SMS falsos y suplantaban bancos para robar dinero a víctimas en toda España | Los arrestos se llevaron a cabo en San Fernando, Chiclana y Trebujena
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Caen en Cádiz los cerebros de una red nacional de estafas por SMS y llamadas falsas
Suena el móvil. Un SMS de «mi banco» me alerta: «Hemos detectado un cargo no autorizado. Pulse aquí para verificar su identidad». Me entra el nerviosismo. Pulso. A los pocos minutos me llama un gestor muy convincente: conoce mi nombre, mis movimientos, incluso mi número de cliente. Le doy la información que me pide para «bloquear el fraude».
La realidad: no era mi banco. Era una estafa. Acabo de caer en una cadena perfectamente calculada de smishing, vishing y spoofing, tres técnicas que hoy afectan a miles de personas en España.
Y precisamente ese método delictivo es el que la Policía Nacional ha conseguido desactivar en la Bahía de Cádiz. Agentes del Grupo de Delitos Tecnológicos han desarticulado en San Fernando una organización criminal especializada en estafas bancarias a través de estos métodos. La Operación «Fénix» se ha saldado con once detenidos y el esclarecimiento de 145 denuncias presentadas en distintas provincias españolas, con un perjuicio económico superior a 400.000 euros.
Denuncias
La investigación comenzó tras varias denuncias de víctimas que habían sufrido robos de dinero en sus cuentas bancarias tras recibir mensajes fraudulentos en sus teléfonos móviles. Los estafadores enviaban SMS masivos a usuarios cuyos datos obtenían a través de mensajería cifrada.
En los mensajes se hacían pasar por bancos, empresas de paquetería u organismos oficiales, buscando generar confianza. Al pulsar el enlace fraudulento, accedían a información sensible y poco después la víctima recibía una llamada de un falso gestor que solicitaba datos personales para «resolver un problema». Con esta información, tomaban el control de las cuentas y realizaban transferencias sin autorización.
Para reforzar la estafa, la organización suplantaba incluso el número real de la entidad bancaria (técnica conocida como spoofing) y empleaba el bizum inverso en operaciones de menor cuantía.
Cerebros y mulas
La red estaba integrada por tres responsables principales, considerados los cerebros del entramado, y ocho colaboradores —las llamadas mulas—, que prestaban sus cuentas bancarias para canalizar el dinero robado, retirar efectivo en cajeros y usurpar identidades.
En la fase final de la operación, agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) realizaron un registro domiciliario en el que se intervinieron teléfonos móviles, tarjetas SIM, documentación falsa y material digital con datos de posibles víctimas. También se detectaron operaciones con criptomonedas, utilizadas para blanquear el dinero obtenido.
Los arrestos se llevaron a cabo en San Fernando, Chiclana y Trebujena, y los detenidos están acusados de pertenencia a organización criminal, estafa, falsedad documental y blanqueo de capitales. Los tres principales implicados han ingresado en prisión tras pasar a disposición judicial en San Fernando.
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