Empleo
La cara frustrante del verano en Cádiz: turismo de récord y empleo precario
Mientras los turistas llenan los hoteles y las playas gaditanas, los contratos del sector continúan siendo temporales debido a la estacionalidad
Los apartamentos turísticos de Cádiz acogieron en agosto a más de 56.600 visitantes
Pinchazo del turismo hotelero en Cádiz con un claro culpable
Cádiz
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Iniciar sesiónCada verano, Cádiz se llena de visitantes atraídos por sus playas y su sol, que quedan cautivados por los rincones de la provincia, su rica y variada gastronomía y cultura. El turismo continúa siendo el principal motor económico de la región. En 2023, este sector representó aproximadamente el 16,7% del Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia, alcanzando un impacto económico total de hasta el 32% si se incluyen los efectos indirectos. En 2024, más de 8 millones de turistas visitaron la provincia, un auténtico récord.
No obstante, la estacionalidad y la precariedad laboral se han convertido en un sello del turismo en la provincia. Muchos trabajadores viven un ciclo constante de contratación y despido, con sueldos ajustados y pocas oportunidades de estabilidad. En julio, la provincia fue el territorio de España con un mayor descenso del paro en términos absolutos, con hasta 2.812 personas menos inscritas en las oficinal del Servicio Andaluz de Empleo. No obstante, en agosto, Cádiz cerró el mes con 78 parados más que en julio, a pesar de ser el mes estrella del verano, mientras que en septiembre Cádiz lideró la subida del paro nacional en un mes que dejó 3.683 desempleados más en la provincia.
La temporalidad sigue siendo el sello del empleo en el sector del turismo en la provincia de Cádiz. Según los datos recogidos por el SAE, el 57,45% de los contratos que se firmaron en el tercer trimestre de 2025 (julio-agosto-septiembre) fueron de carácter temporal, lo que significa que más de la mitad de estos trabajadores no cuentan con un trabajo estable a largo plazo, sino que son llamados únicamente como refuerzos para el verano.
En los meses de verano, se registraron en la provincia de Cádiz un total de 25.929 contratos en el sector turístico. De este modo, se ha dado un aumento con respecto al mismo trimestre del año anterior del 4,71%. En el segundo trimestre, el 56,76% de los contratos firmados fueron temporales. Por ejemplo, en el sector de la construcción la cantidad solo alcanzó el 28,92%.
Entre julio y septiembre, del total de contratos formalizados en la provincia, el 24,85% se dieron en el sector turístico y se registraron hasta 11.034 contratos indefinidos. A su vez, el número medio de demandantes de empleo en el sector en este trimestre asciende a 15.066 personas en el cierre del mes de septiembre. Con respecto al mismo trimestre del año anterior, se ha producido un descenso del 2,08%. Con estas cifras, se calcula que el 8,57% de los demandantes de empleo se encuadran dentro de este sector. Por otro lado, la cifra media de paro registrado en el sector turístico en este trimestre alcanza las 8.653 personas.
Perfil de contratación: camareros menores de 25 años
Los jóvenes representan el grupo de población más afectado por la temporalidad de los contratos de verano, un fenómeno especialmente marcado en el sector turístico. Sin embargo, es importante señalar que muchos de estos jóvenes son estudiantes que aprovechan los meses de verano para trabajar temporalmente y así generar una serie de ingresos adicionales para el invierno.
Durante el tercer trimestre del año, los menores de 25 años representaron un alto porcentaje del total de contrataciones en el sector en la provincia de Cádiz. Concretamente, 5.222 hombres y 5.514 mujeres firmaron un contrato temporal, lo que representa el 41,40% del total de contrataciones en la región. En contraste, la contratación de personas mayores de 45 años es bastante menor. Solo 1.841 hombres y 2.826 mujeres de este grupo de edad iniciaron un empleo en el sector turístico entre julio y septiembre, lo que supone únicamente el 17,99% del total de contratos.
En cuanto a las ocupaciones con mayor número de contrataciones, destacan claramente los camareros asalariados, con un total de 17.402 contratos, equivalentes al 67,11% del total. Es decir, dos de cada tres contratos en el sector turístico se centraron en esta actividad. Le siguen los ayudantes de cocina, con 3.234 contrataciones, y los cocineros asalariados, con 2.166 contratos. Otros perfiles con presencia en el mercado laboral estival incluyen al personal de limpieza de oficinas, hoteles y otros establecimientos (1.239 contratos); monitores de actividades recreativas y de entretenimiento (960 contratos); recepcionistas de hoteles (293 contratos); recepcionistas en otros tipos de establecimientos (138 contratos); preparadores de comida rápida (129 contratos) y azafatos de tierra (93 contratos).
Por otro lado, encabeza la lista de contrataciones el municipio de Jerez, con 3.970 contratos, seguido de Cádiz con 2.477 y 2.336 nuevos empleos. Otros municipios destacados incluyen El Puerto de Santa María (2.333 contratos), San Roque (1.560 contratos), Sanlúcar de Barrameda (1.355 contratos), Rota (1.232 contratos), Chipiona y Conil, ambos con 1.194 contratos, Barbate (1.104 contratos), Algeciras (1.007 contratos), Tarifa (963 contratos), San Fernando (884 contratos), La Línea de la Concepción (746 contratos) y Vejer de la Frontera (662 contratos).
«No puedo pedirle a mi padre 500 euros todos los meses»
Tamara es estudiante de Ingeniería Agrícola en Sevilla, ha comenzado a cursar el tercer año del grado, y ha trabajado como camarera en bares de El Palmar durante los tres últimos años en verano. «Comencé a trabajar cuando me matriculé de la carrera y ya estaba todo cerrado». Esta joven de 20 años quería ayudar en casa: «Mis padres me decían que no me preocupara por el dinero y que descansara, que saliera con mis amigos y fuera a la playa, pero yo quería ayudar en casa».
Relata que «no trabajo todos los días, casi siempre de jueves a domingo» durante los meses de verano. Su sueldo «es de unos 1.000 euros más o menos» que «me permiten pagar el alquiler durante todo el año y tener algún dinero para mis gastos». Señala que «pago 225 euros por una habitación en un piso compartido con dos compañeras más».
Reconoce que «no es un trabajo que me gustaría para todo el año», pero «ahora mismo me permite tener tiempo libre en verano porque tengo tres días para ir a la playa, salir con mis amigas, ir al cine o salir de fiesta», y «los días que trabajo no estoy las 24 horas poniendo cervezas, trabajo en el turno de mañana o de tarde, por lo que el resto del día también lo tengo para mí».
«En mi clase, la gran mayoría de los que no somos de Sevilla trabajamos en verano». En el caso de Tamara, «mi madre es ama de casa y mi padre sí trabaja. Es un único sueldo el que entra en casa y tengo un hermano seis años más chico que yo». Por tanto, «creo que tengo que trabajar, no puedo pedirle a mi padre que me de 400 o 500 euros todos los meses. Si yo puedo pagar el piso, es un gasto menos».
Enumera sus gastos: «el piso son 225 euros, pero hay que sumar las facturas de luz e internet, el dinero que me puedo gastar en apuntes de la universidad, el bonobús, la comida, el autobús hasta Conil y los gastos que tenga en el día a día», por lo que «sí, tengo que trabajar, pero no me cuesta».
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