Santa María del Mar, una playa en estado impresentable

Fue tras persistentes demandas de los vecinos y usuarios de la zona que consideraban que la escalera daba poca seguridad a los ciudadanos , lo que llevó a la junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Cádiz a repararlas.

La temporada del año pasado fue una zona más bien obsoleta, pues los bañistas se veían obligados a acceder a la playa por otras bajadas. De hecho, fue en octubre de 2021 cuando comenzaron las obras.

Bajo estas premisas, vuelve la temporada veraniega gaditana y siendo Santa María del Mar una de las playas más transitadas de Cádiz, algunos de los problemas anteriores siguen estando presentes, aun habiéndose rehabilitado la escalera de caracol.

Si bien la escalera sigue siendo un lastre para muchos, este verano se cuenta con una importante pérdida de arena sin que las administraciones que se ocupan de estas competencias hayan hecho algo para remediarlo.

María, vecina de Varela y bañista asidua de Santa María, cada vez le cuesta más saltar las piedras que hay en la bajada de la escalera de caracol y confiesa que «colocar una toalla en un espacio tan reducido y que falte arena, hace que se complique cada vez más ponerse en esta tranquila zona». Además, María explica que siempre ha sido fiel a la bajada de la escalera de caracol porque se respira tranquilidad y el agua está mucho más limpia «Esto ya no tiene la misma esencia», asevera.

Para los chiringuitos, esta negligencia también ha tenido su repercusión. Paco, hostelero de la zona, explica que «muchos usuarios ponen sus sombrillas y toallas cerca de nuestras mesas por básicamente falta de arena y eso no tiene que ser cómodo para nuestros clientes».

La realidad es que, las aportaciones extras de arena mediante dragados que se venían haciendo desde años años en los meses previos a la temporada estival, este año no se han realizado, por lo que se ha generado descontento y alerta ciudadana por una playa con poco volumen de arena.

Manuel, otros de los vecinos del barrio, que frecuenta esta playa admite que «el equipamiento de la ciudad está cada vez más desgastado». Aunque la naturaleza mande y a veces se complique luchar contra ella, Manuel piensa que este problema siempre ha tenido remedio. «Hay que cuidar el litoral, sí, pero también hay que mirar por los gaditanos y gaditanas que quieren disfrutar de su playa», relata.

Pese a que las escaleras de caracol aparentemente estén arregladas, cuando se llega al último escalón, nos encontramos con un salto al vacío, con un suelo sin la suficiente arena para saltar sobre ella.

Laura, con sus dos hijos pequeños y con todos los bártulos que ello conlleva, cuenta que su zona de playa desde siempre ha sido el trozo que está entre la escalera y la playa de Santa María. «Por su tranquilidad, su poca aglomeración de gente y por su intimidad». No obstante cada vez le supone un reto bajar por los dos motivos principales: «una vez bajadas las escaleras, resulta misión imposible saltar todas esas piedras con dos niños pequeños y todo lo que llevamos», explica. Con respecto a la falta de arena y a la cantidad de piedras, Laura reconfirma que esta zona pronto dejará de ser su habitual lugar de paz y declara que «ni hay arena suficiente para poner la sombrilla ni creo que sea adecuado para dos niños de 3 y 6 años».

Lo que hay que tener claro es que las zonas cercanas a la playa de Santa María del Mar, también son de los gaditanos, por muy escondidas que parezcan estar, y estas necesitan con mayor urgencia ayuda de los operarios de Costas para que la situación de la bajada de las escaleras y la falta de arena pueda hacer disfrutar al máximo a los bañistas frecuentes de esta zona que siempre han encontrado su lugar de tranquilidad absoluta pero que ahora topan con alguna que otra traba.