CÁDIZ

Lucía Pardo y una partitura que acompaña para toda la vida: «Nacemos siendo musicales»

Profesora y pedagoga, esta gaditana lleva su profesión en la sangre por herencia de su padre, Julio Pardo, y una pasión enorme: «Mi mayor satisfacción es ver a pequeños que apenas se sentaban y que ahora con los años son capaces de interpretar una partitura»

Lucia Pardo, profesora y pedagoga musical francis jiménez
Rubén López

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La música nos acompaña durante la vida. Desde el mismo vientre de una madre, donde ya sentimos las palabras y el tarareo de nuestros progenitores, a que cualquier canción se convierta en banda musical de las diferentes etapas de la infancia, la adolescencia y lo que sigue.

Por ello no es de extrañar que cada vez se comprenda o se sienta más la música como un acompañante vitalicio. Y de ahí ver a bebés seguir un ritmo, cantando con su propio lenguaje partes de una canción o simplemente diciendo 'hola' acompañados de su nombre a modo de presentación

Sabe muy bien de todo ello una gaditana, Lucía Pardo Carrillo. Sus apellidos dan pistas de donde le viene una pasión que siempre ha sido su manera de vivir la vida. Pasión por las notas musicales y también por los más pequeños. Una mezcla sencillamente maravillosa que convierte a esta profesora y pedagoga en una referencia a la hora de enseñar todo lo que conlleva la música en los más pequeños.

«Llevo casi diez años trabajando como profesora de música. Estudié magisterio de educación musical aunando mis dos pasiones que son la música y la infancia. Una vez acabo me formo en la pedagogía musical infantil con diferentes tipos de formaciones con diferentes pedagogos y es a lo que ahora más me dedico con la Asociación Aula Sonora«, explica.

La tarea de Lucía es fomentar más que una pasión musical, una manera de interpretar las cosas. Ritmo, coordinación, trabajo en equipo, despertar los sentidos..., son algunas de las tareas que desarrolla «con bebés de hasta tres meses hasta niños que pasan al colegio y luego llegan a iniciarse con un instrumento. En estas edades tan pequeñas lo más importante es hacer que el bebé disfrute y se sienta cómodo con el entorno musical, a la par que crear ese momento disfrute con el papá y la mamá. Una atmósfera mágica con el vehículo de la música. Todos nacemos siendo musicales y si eso lo desarrollas y lo trabajas esa capacidad y habilidad musical puede dar muchos frutos«.

El trabajo que realizan en Aula Sonora es infinito. «Una vez que entran en el colegio los niños ya vienen solos a clase y hacen actividades a través del juego, ellos no son conscientes de lo que están desarrollando. Tras dos años entran en iniciación musical en la que aprendemos un instrumento por trimestre y también seguimos diferentes actividades relacionadas con el juego. La idea es que vayan descubriendo qué instrumento le gusta más y cual se le puede dar mejor. Son niños entre los 5 y los 7 años. Tras esos dos años de iniciación musical la idea es que elijan el instrumento de una manera más formal para que lo aprendan con el profesor especialista», manifiesta Lucía Pardo.

«Nuestra intención no es crear pequeños genios musicales sino niños que sepan disfrutar de la música y conozcan la enorme riqueza musical de cara a desarrollar habilidades musicales y otras como la coordinación, el ritmo y el trabajo en equipo que no tienen que ver con la música. Todo a través de un juego«, añade.

Un desarrollo en el que la música es el mejor acompañante para estos niños. «Ves a esos bebés que empiezas contigo con meses y en un solo curso escolar es sorprendente lo que un bebé puede dar musilcamente hablando. El desarrollo es tan enorme que en algunos momentos he tenido que contener las lágrimas con bebés que ni se sentaban y ahora saben seguir un ritmo o tocar el instrumento cuando toca. Increíble», reconoce.

El trabajo de Lucía y sus compañeros en Aula Sonora está obteniendo tantos resultados que hay muchas familias aguardando para llevar a sus hijos a las clases. «Tenemos mucha demanda en todos los cursos pero sobre todo con la música para bebés en la que hay listas de espera. Hace años era complicado montar un solo grupo y hoy en día hay muchos grupos», destaca.

«Mi banda sonora de la infancia era mi padre y Antonio Rivas componiendo en la habitación de al lado«

Y cuando a alguien le gusta lo que hace todo surge de una manera más natural. El caso de Lucía Pardo es la de una amante de la música porque «estoy criada así». Hija de uno de los mejores compositores que ha parido Cádiz, cuyas composiciones han trascendido el arte en el que más se ha desarrollado, el Carnaval, Julio Pardo Merelo siempre está presente en la vida de su hija Lucia.

«La música llega por herencia familiar. Recuerdo desde pequeña ir a conciertos de Julio Iglesias, Rocío Jurado, por ejemplo. Una cultura musical que ha hecho que los tres hermanos tengamos relación con la música. Mi amor a la música es por mi padre al cien por cien. Todos mis recuerdos de la infancia era ver a mi padre grabando un disco, una actuación en el Falla y mi banda sonora en la cama era mi padre y Antonio Rivas en el cuarto de al lado componiendo con sus charlas y debates».

De Julio Pardo queda un legado enorme, evidentemente carnavalesco que continúa su hijo Julio Pardo Carrillo, y que encontró durante algunos años otro coro con apellido Pardo que capitaneaba Lucía. «Nunca me he llegado a plantear formar parte del coro de mi padre. Mi camino en el Carnaval fue en un coro de mujeres y me encantaba componer. Todo sin olvidar que las grandes broncas ha tenido con mi padre era por el Carnaval. Yo le preguntaba por lo que iba haciendo y claro su sinceridad total a veces sienta regular«, explica.

Lucía no olvida que «lo de mi padre era amor a la música en general, sobre todo Carnaval, pero él me ha inculcado una cultura musical por todos los estilos. Mi modo de vida es la música, me acompaña en el día a día. Nosotros llevamos el apellido que llevamos y tenemos la herencia pero cada uno seguimos nuestro camino«.

Pasión por la música que ahora esta profesora y pedagoga transmite a los más pequeños en una ciudad tan musical como Cádiz. «De hace unos años a ahora nuestra escuela ha tenido mucha demanda. Puede ser porque sea en Cádiz pero también porque creo que se le da más importancia al disfrute de la infancia de cara a crear momentos con tu pequeño, algo que no se hacía antes».

Y es que no se puede ocultar que «cada vez se valora más lo que es la música y lo que puede enseñar y transmitir. Soy tan feliz con lo que hago, hay días en los que se crea una energía y una atmósfera increíble. Soy una afortunada más aún cuando ves que los niños te aprecian y te dan abrazos y besos. Todo es muy bonito», concluye a modo de partitura de la felicidad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación