DEFENSA
Beatriz Sanz, jefa de Meteorología para la Defensa: «El reto es traducir el lenguaje del cielo al de los militares»
La meteoróloga relata su experiencia a bordo en el buque 'Galicia': «Cada misión es más interesante»
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Pasadas las 21:00 horas de la noche del pasado jueves, a muy poco de que terminara la travesía del buque 'Galicia', Beatriz Sanz, jefa del Centro Español de Meteorología para la Defensa, atienda a LA VOZ para contar su experiencia durante estos dos meses. «Nosotros conocemos la situación meteorológica, pero hay que trasladarla a las necesidades de los militares».
Desde el puente de mando del 'Galicia', Sanz resume así su labor en una misión marcada por huracanes, desembarcos y decisiones críticas. Además, ella encabeza el asesoramiento meteorológico del Grupo Anfibio de la Armada Española, una tarea que va mucho más allá de leer mapas. «No es lo mismo lo que puede necesitar una lancha de desembarco, que un helicóptero o la tropa. Para cada unidad hacen falta diferentes datos», detalla.
Su papel es clave cuando el tiempo marca el límite de una operación: «Si el oleaje máximo permitido es de 1,7 metros y el pronóstico da 1,6 o 1,8, ahí está el reto. Te esfuerzas por dar un asesoramiento bueno porque sabes que de esa decisión depende una misión».
La meteoróloga confiesa que su trabajo tiene tanto de ciencia como de responsabilidad: «A veces lo más difícil no es saber qué va a ocurrir, sino ser capaz de trasladárselo al almirante para que tome la decisión adecuada. Depende mucho de cómo se lo informes. Y eso es un reto impresionante, porque hablamos de la seguridad de la gente».
Predicciones decisivas
Durante la travesía, Beatriz vivió dos huracanes: «Fue terrible. Yo estaba dormida y veía cómo se movía el barco. Veía levantarse la cortina y decía: '40 grados, esto va mal'. Sabía que estábamos en el mejor lugar, pero los huracanes son imprevisibles». Esa experiencia le reafirmó en la importancia del contacto directo con las operaciones. «Cuando luego das apoyo desde tierra, entiendes mejor la importancia de tus predicciones. No es lo mismo decir 'dos metros de oleaje' cuando no vas a bordo, que decirlo después de ver cómo una LCM vuelca. Eso te cambia la perspectiva».
Sanz continúa explicando su rutina de trabajo. El día a día a bordo exige una vigilancia constante. «Damos un briefing por la mañana y otro por la tarde, con predicciones a cinco o siete días. Estamos pendientes del oleaje, de los avisos aeronáuticos, de todo. No se puede embarcar a diez meteorólogos, así que intento abarcar desde la vigilancia a corto plazo hasta el pronóstico a largo».
AEMET: Apoyo vital
Sanz también destaca la colaboración científica y tecnológica de AEMET: «El modelo del Centro Europeo es magnífico, impresionante cómo calcula la trayectoria de los huracanes. Creo que es mejor que el americano». Además, subraya que cada misión es una oportunidad para mejorar las herramientas: «A veces necesitamos un nuevo producto, como uno de luminancia para gafas nocturnas, y AEMET lo desarrolla. Es un apoyo vivo».
En todos estos años, asegura, la suerte ha acompañado a las operaciones: «No hemos tenido que suspender ninguna misión. Solo un huracán nos obligó a reposicionarnos. Hemos tenido borrascas enormes detrás, pero nunca nos alcanzaron».
Beatriz Sanz lleva desde 2006 embarcándose con distintas unidades de la Armada y del Ejército del Aire. «Empecé en la base aérea de Morón porque quería predicción, no climatología. En unas maniobras con tormentas enormes dije: 'Esto es un trabajo vivo'. Desde entonces no he parado. Cada misión es más interesante, siempre un reto. La Armada siempre nos proporciona un reto», se despide con una sonrisa.
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