Palomares del Río

Carmen Pichardo se convirtió hace 40 años en la primera alcaldesa de la democracia en Andalucía

El próximo 3 de abril se cumplen cuatro décadas de las primeras elecciones municipales

La alcaldesa de Palomares del Río, Carmen Pichardo, con el presidente de la Diputación, Manuel del Valle en 1982 ABC

Martín Laínez

Cuando Esperanza habla de su tía Carmen se le vienen enseguida muchos recuerdos a la mente. Difícilmente es capaz de resumir con un solo adjetivo a una persona que en 1979 marcaba un hito en la lucha de las mujeres por abrirse un hueco no ya en el complicado mercado laboral del postfranquismo, sino en la incipiente política democrática del país. Carmen Pichardo Casado escribió el 3 de abril de ese año su nombre con letras mayúsculas.

En las primeras elecciones municipales de la democracia salieron elegidas en todo el territorio nacional 103 mujeres como alcaldesas de sus respectivos municipios. Se les conoce como «las 103 del 79». De ese centenar, destacó en Andalucía el nombre de Carmen, la única alcaldesa electa en la región . La mayoría ellas representaban a pequeños municipios españoles, como Palomares del Río , donde Carmen Pichardo fue regidora durante dos legislaturas seguidas bajo las siglas del PSOE.

El avance de la mujer en las Alcaldías ha resultado lento, puesto que a día de hoy de las 103 primeras alcaldesas democráticas se ha pasado a unas mil quinientas en todo el territorio español en la actualidad sobre un total de algo más de ocho mil ayuntamientos.

Un avance significativo que empezó gracias a una mujer nacida en 1927 y que falleció en 2003 tras enfermar de azúcar, hecho que le provocó que se le amputara una pierna. Tres días después, y a la edad de 76 años moría en el hospital.

Palomares del Río contaba en 1979 con una población que apenas superaba el millar de habitantes . El urbanismo de este pequeño municipio del Aljarafe empezaba a dibujar lo que a día de hoy representa esta comarca sevillana.

Carné de la UGT ABC

Un núcleo urbano que fue creciendo gracias a las urbanizaciones incipientes que empezaron a construirse a su alrededor. Así, su población fue creciendo hasta sobrepasar hoy día los ocho mil habitantes.

Entre olivos

Su padre hacía las labores propias del campo y su madre trabajó en un almacén de aceitunas en Triana . Carmen quedó huérfana de padre cuando tan sólo contaba con 20 años. Tenía otros cuatro hermanos, pero los dos varones murieron muy pequeños, con seis años uno y en la cuarentena el otro.

En casa de Carmen, que falleció soltera al igual que su hermana Josefa, no había antecedentes políticos pero d esde su juventud mostró un cierto interés por la lucha de igualdades entre hombres y mujeres . Almacenera-deshuesadora en un almacén de aceitunas en Coria, pronto fue elegida por su compañeros enlace sindical en la etapa de la dictadura de Franco.

Su hermana Josefa confesó en su día que su hermana ya «mostraba cierto interés en ser alcaldesa de su pueblo «para defender a las mujeres» . Y este hecho no tardó en suceder.

Se inició en la política a los 50 años, en 1977 cuando su padre ya falleció. Fundó la agrupación socialista en Palomares y fue elegida candidata por el PSOE en 1979 encabezando una lista que acabó siendo la más votada en las primeras elecciones municipales de la democracia, obteniendo cuatro concejales gracias al apoyo conseguido por 264 vecinos. LA UCD logró 185 votos para tres ediles; y el PCE, dos representantes gracias a 144 votos.

Palomares del Río le dedicó una calle como homenaje a Carmen Pichardo M.L.

Sustituyó a José Toro, quien estuvo once años ejerciendo como alcalde en la época franquista. Nombró primer teniente de alcalde a Manuel Molero, líder de la oposición , mostrando así un talante de consenso. Esta primera legislatura fue convulsa protagonizando incluso «una pelea» con el anterior regidor, José Toro.

Cuatro años más tarde revalidó la Alcaldía con mayoría absoluta , si bien tuvo que afrontar en esta etapa diferentes episodios polémicos con el resto de partidos de la oposición incluso con sus propios compañeros de partidos, tres de los cuales pasaron a la oposición. Fue en esta segunda etapa cuando Carmen perdió a su madre y al no tener descendencia estrechó su vínculo familiar más si cabe con su hermana, como rememora a ABC su sobrina, Esperanza, quien se encargó de cuidar hasta el final de sus días de sus dos tías.

A pesar de todo, Carmen dejó un legado importante en Palomares del Río en aspectos urbanísticos. Se arreglaron las principales vías de comunicación, se amplió el cementerio municipal y se dio luz verde a una incipiente construcción de urbanizaciones , entre otras actuaciones.

Como reconocimiento a su labor, el pueblo le dedicó una calle durante el último mandato del alcalde Antonio Peñuela, una vía en la que hay construidas 21 viviendas adosadas.

Palomares es el municipio sevillano «más femenino» , puesto que de los siete alcaldes que ha conocido a lo largo de la democracia, cinco han sido mujeres , Carmen Pichardo, Concepción Moreno, Lola Rodríguez (en dos etapas), Juana Caballero y la actual regidora, la socialista Ana Isabel Jiménez.

Para Juana Caballero (IU), «Carmen fue fundamental en Palomares porque abría el camino de la mujer en los ayuntamientos. Aquí casi siempre hemos gobernado mujeres, quizás porque tenemos una sensibilidad diferente a los hombres para gobernar ».

«Carmen luchó durante toda su vida por la igualdad , dando un importante, valiente y responsable paso presentándose como candidata a las elecciones municipales de 1979 en Palomares, abriendo y allanando el camino a las mujeres que hemos ido llegando después», recuerda la actual alcaldesa, Ana Isabel Jiménez .

Carme Pichardo junto al cardenal Bueno Monreal en el año 1981 ABC

«Como mujer socialista es un gran privilegio ocupar el puesto donde hace años estuvo mi compañera Carmen Pichardo, mujer fuerte, de firmes convicciones y siempre dispuesta a ayudar a los demás», detalló Jiménez.

Por su parte, el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos , como máximo responsable de los municipios de la provincia recuerda que la llegada de la mujer a los ayuntamientos «supuso una revolución, algo sorprendente y un cambio muy acertado. Hoy día es normal que una mujer lidere una candidatura, a lo que hay que sumar que lo hacen con una sensibilidad especial».

Cuarenta años más tarde, la sociedad recuerda cómo una mujer además de afrontar los avatares de la política local tuvo que vencer las barreras invisibles de los prejuicios de una sociedad dominada por hombres.

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