La historia de un gigante alcalareño hecha cuento para los niños

El empeño de la Cabalgata de Reyes Magos de Alcalá por alargar su labor para con los niños más allá de la noche del cinco de enero, la llevo a poner en marcha una laboral cultural que se ha convertido en una de las tradiciones de la Navidad alcalareña: l a edición cada año de un cuento que regala a todos los escolares de Primaria de la ciudad. Una obra con texto e ilustraciones originales que cada año se le encarga a un autor alcalareño. 

La labor cultural ha sumado con esta su edición número 21, más de 100.000 cuentos editados y regalados, a razón de 5.000  por año, «somos la Cabalgata con más cuento de España», proclama con sorna y orgullo su presidente Carlos García. Una biblioteca ofrecida a los niños de Alcalá que en conjunto ha creado un imaginario de personajes, paisajes, ilustraciones y fantasía que formará parte del acervo cultural de las futuras generaciones. 

Cada año se designa a los autores, siempre distintos, con el único requisito de que la obra sea original y de que tenga referencias alcalareñas. La labor este año ha recaído en Juan Alcaide Rubio que se ha cargado de narrar la historia con palabras, mientras que del relato gráfico se ha encargado Antonio Jesús González Sánchez . El resultado final es «El gigante Petulante», un cuento que tiene todos los elementos para despertar la fantasía infantil. 

La historia encaja en el esquema clásico de los cuentos. Dos niños que ante un misterio inician un camino de aventuras, que será también de transformación interior. Un periplo en el que encuentran personajes que les ayudan,  historias que amenizan el relato y un desafío final del que salen vencedores gracias a los consejos de la figura que encarna el valor de la sabiduría y la experiencia. U n reto que les permite sacar al gigante Petulante de su encantamiento y descubrir que en realidad era un niño transformado por su propio orgullo en un adulto enorme y triste.

Todo ello tiene la virtud de estar narrado en clave alcalareña. Los parámetros clásicos encuentran así escenario en el río Guadaíra, en su entorno natural y en sus molinos. De esta forma, el marco para la fantasía se sitúa en una realidad cercana y accesible a los niños y la transforma en campo de sueños. Y contado con un lenguaje pensando ex profeso para los niños, cargado de rimas y de juegos dialécticos que hacen amena su lectura.