Cómo ser registradora de la propiedad con sólo 26 años

María Luisa López Fernández ha superado las oposiciones más duras de España después de tres años de esfuerzo y sacrificio

María Luisa es una de las registradoras más jóvenes de España y la primera de su ciudad, Alcalá de Guadaíra A.M.

Alberto Mallado

Esfuerzo y éxito. El esfuerzo ingente, tres años de estudio y sacrificio. Un tiempo entregado a los libros y hurtado a la familia, los amigos, a gustos y aficiones. La recompensa es un futuro lleno de expectativas. El reto es haberse enfrentado a las oposiciones más duras de España las de registrador de la propiedad. El éxito aprobarlas a la primera, con sólo 26 años, una de las más jóvenes de España y la primera registradora de la propiedad nacida en Alcalá. El nombre que encabezará los documentos registrales, María Luisa López Fernández.

Esta joven alcalareña estudió en la Universidad de Sevilla Derecho y Gestión y Administración Pública. No tenía claro lo del Derecho cuando tuvo que elegir opción para la carrera, así que el doble grado le daba dos opciones. Pero cuando empezó a estudiar cuenta que encontró en el Derecho una vocación. Está convencida de su importancia, tanto que considera que debería enseñarse en los colegios nociones de Derecho, «muchas personas no conocen cuáles son sus derechos y no reclama cuestiones que les corresponde por ejemplo».

Tras terminar la carrera hizo las prácticas en un bufete de Alcalá. «No fueron las prácticas de hacer fotocopias , sino que tuve contacto directo con la esencia del Derecho y desde dentro». Aquí y en su entorno la animaron a estudiar una oposición, veían madera y capacidad. Se decantó por las de Registrador de la Propiedad. Contactó con el Colegio de Registradores y allí le ofrecieron todo lo necesario para empezar y le pusieron un preparador.

También le dieron un consejo, que ha cumplido a rajatabla: «disciplina». Eso lo ha concretado en jornadas de catorce horas de estudio al día. Algunos días llegaba a las 15 horas. Nunca menos de doce. Seis días de estudio. Uno de ocio. Al final ni eso. Estudiaba todos los días para no perder el ritmo, le costaba volver a conectar tras una jornada sin abrir los libros.

Su experiencia es una buena guía para opositores . Considera fundamental la figura del preparador, Paloma Villalobos, la registradora de Dos Hermanas en su caso, que ejerce de formador, pero que también se convierte en un elemento de apoyo en la dura travesía, en alguien que comprende a lo que se enfrenta el estudiante. Es necesario tener fortaleza mental, explica María Luisa, «que no te afecte ni lo bueno ni lo malo; ni estar eufórica cuando has demostrado que dominas los temas de esa semana, ni venirse abajo cuando ha ido mal». No caer en la tentación del «por un día que no estudies no pasa nada... sí que pasa», afirma. Una habitación ordenada y 378 temas por delante. El esfuerzo es clave, explica, pero más que eso se trata de «poner pasión a algo que te gusta, sacar lo mejor que está dentro de ti y ser crítica contigo misma». María Luisa confiesa que lo que más le costó fue introducirse en un método de estudio que requería aprender la literalidad de los artículos, ya que no era su fórmula de estudio anterior.

Luego está el examen. Eran 45 plazas y 790 inscritos. Tres exámenes. El último especialmente duro, escrito, seis horas. A este punto llegaron sólo 68 aspirantes. A su juicio las oposiciones de registrador evidencian que el sistema de oposiciones en España funciona y supone una oportunidad igualitaria para todos.

Y el objetivo: aprobado. Una puerta a un trabajo seguro, vocacional y bien remunerado. Su primera plaza será Algeciras. Allí se hará cargo de un registro con seis personas a su cargo. No sólo está el conocimiento, el Registrador de la Propiedad en España también tiene que actuar como empresario gestionando el funcionamiento diario del Registro y su personal. Entre sus funciones, muy desconocidas en España, están cuestiones muy importantes como dar garantía jurídica de las propiedades de los ciudadanos, el tráfico jurídico de los inmuebles, la protección de los consumidores en las operaciones hipotecarias, la garantía de los derechos de los ciudadanos en los procesos hereditarios o colaborar en la lucha contra el blanqueo

Ahora realmente comienza todo.« La gente tiende a pensar que aprobar unas oposiciones es el final de algo, que ya no hay que hacer nada más, cuando en realidad es a partir de ahí cuando se empieza la carrera profesional», afirma la Registradora. Es necesario, explica María Luisa, seguir formándose de forma permanente porque el mundo jurídico está siempre en evolución. Hace pocos días por ejemplo ha entrado en vigor una nueva Ley de Crédito Inmobiliario que supone cambios importantes en la materia que tiene que aplicar. Pero además a ella le interesa el mundo de la investigación y colabora con revistas especializadas.

También será el momento para desquitarse de estos tres años y dejar de echar de menos cosas que ha aprendido a valorar especialmente en este tiempo como ver una película, dormir la siesta, pasear el perro y sobre todo viajar.

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