Feria 2018

La buena temperatura depara una de las ferias más multitudinarias de los últimos años en Alcalá de Guadaíra

En el real el debate ha sido más sobre la fecha de la fiesta que sobre política

El real de San Juan ha mostrado estos días gran animación A.M.

ALBERTO MALLADO

En la Feria de Alcalá, el debate no ha ido de política estos días. El real de San Juan era una burbuja ajena a la tormenta desatada estos días entre los partidos. Pero había debate y discusión, sobre la fecha de la fiesta . Y es que la discusión sobre el calendario ferial es ya en sí misma una de las señas de identidad de la Feria alcalareña.

En los días previos se ha planteado una encuesta a los socios de las casetas. Por ahora va ganando los que son partidarios de dejarla donde está. Las otras opciones son adelantarla a principio de mayo o ponerla en septiembre. Los que van quieren que se quede como está. Los argumentos en contra de la fecha actual están en las coincidencias. Este año se pisa en fechas con la celebración del Corpus el domingo. El pasado fue con el Rocío. Pero también y es lo  más importante en materia numérica con los exámenes de muchos jóvenes, entre ellos los universitarios. Este año han sido ellos los encargados de encender la portada. Son los jóvenes con mejores expedientes académicos en los institutos y los ciclos superiores el año pasado. Este año son universitarios y puede que tras encender el alumbrado hayan tenido que enclaustrarse a estudiar.

Pero el gran elemento que condiciona la Feria de Alcalá es la temperatura. Si es alta la Feria se queda despoblada. Estos días era sencillamente perfecta. Eso ha deparado jornadas de Feria de mucho público, de las más multitudinarias de los últimos  años. Muchas flamencas y un paseo de caballos algo más animado que en otros años, pero falto de calidad y cuidado en estos primeros días. El domingo será la jornada en la que tengan protagonismo por el concurso convocado al efecto.

El público de esta feria es mayoritariamente joven, pero que vive la Feria al modo clásico en líneas generales, pero que aporta también algunas notas distintivas. Una de ellas está en la música. Tarde y noche en muchas casetas se programa la actuación de grupos. Poco o nada de flamenco y mucho rock and roll. Con enorme despliegue de instrumental y de vatios. Las sevillanas quedan abolidas de la noche.

Son mayoría los jóvenes pero los mayores también tiene su sitio . El Ayuntamiento organiza una recepción para ellos en la Caseta Municipal a la que este año han acudido 350 personas. El acto ha servido también para rendir homenaje a una persona muy reconocida y querida en Alcalá como es Eulogio Montero , fundador del grupo Los Bombines que durante muchos años ha hecho bailar a los alcalareños en la Feria y en las festividades de la ciudad.

Aunque la esencia permanece y esta es una feria de modos clásicos en general, hay también modas y novedades. Una de ellas afecta a una cuestión «patriótica» alcalareña porque tiene que ver con el albero . Los feriantes vuelven ahora a casa sin la pátina de albero en los zapatos que da certificado de presencia en el ferial. Se impone el entarimado en las casetas y la tierra dorada se oculta bajo una tablazón con ascendencia de parqué nórdico.

Se mantienen elementos destacados y que definen a esta feria como el cuidado en la ornamentación de las casetas que da origen a una sana competencia y que lleva a contemplar su diseño con notas originales sin caer en lo kitsch. La que ha recibido el premio a la más alcalareña por ejemplo recrea la Casa del Pósito, un edificio del siglo XVIII.

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