Así trabajan los entrenadores de «La voz»

ABC presencia el último directo del concurso musical y descubre el trabajo de los profesores de canto

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Cada vez queda menos para la final de «La voz». En apenas dos galas se descubrirá la identidad del ganador de la cuarta edición del popular concurso musical de Telecinco producido por Boomerang. Y precisamente con una cuenta atrás orquestada por Jesús Vázquez, presentador del programa, empezaron los últimos directos, las galas que coronaron a Esperanza, Mayte, Mario, Carlos, Thais, Irene, Shara Lee y El Luiso como finalistas. Sin embargo, los jueces o coches del programa, Alejandro Sanz, Manuel Carrasco, Malú y Melendi, no son los únicos que sufren durante cada actuación de sus aspirantes. Entre bambalinas, y siguiendo muy de cerca los números musicales de cada programa, están los asesores vocales de cada equipo, profesores de los chicos.

Su trabajo empieza en el casting. «Estamos durante diez horas seleccionando a las voces que deben entrar en el concurso. Cuesta muchísimo elegirlos. Después cogemos el repertorio adecuado para cada uno de ellos y les hacemos un seguimiento. Somos un poco entrenadores y un poco psicólogos», reconoce Lucía Collado, que trabaja codo a codo con Malú. «Su ilusión es la misma con 7 años que con 40, y eso impresiona mucho. La diferencia es que después los niños se toman con más naturalidad y la derrota y se quedan con lo positivo», reconoce esta profesora de canto.

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Cuando llega el momento de las batallas y, sobre todo los directos, su labor es esencial. Empiezan a ensayar un mes antes de los duetos para que el día de la gala todo salga a la perfección. Eligen los temas de cada gala y preparan los arreglos para los jóvenes intérpretes y la banda que toca cada semana en directo. «Les pedimos que nos manden varias grabaciones antes de cada ensayo y cada gala. También nos cuentan sus miedos e inseguridades. Al llegar al plató ensayamos, probamos sus voces, calentamos, les preguntamos si han dormido... Somos los intermediarios entre ellos y los "coches" de cada equipo», detalla Rut Marcos, que ayuda al equipo de Melendi. «Ellos conocen el mundo del espectáculo y las discográficas a la perfección porque los cuatro están en activo, y tienen una visión mayor de la industria. Ellos aportan ese tipo de cosas y nosotros nos centramos más en las cuestiones musicales», añade la profesora, que empezó a trabajar en el programa tras presentarse como concursante y no ser seleccionada.

Pura emoción

«Además en el plató la emoción está a flor de piel, se ve mucho más grande que desde casa y todo se amplifica», confiesa Alicia Araque, ayudante de Manuel Carrasco.«Por televisión se pierde impacto sonoro, pero se gana calidad visual por la realización y las luces», reconoce Collado. Por ello, los amantes de la música en directo y del formato disfrutarán más del programa si acuden como público. De esta forma, además, se pueden palpar los nervios de los concursantes antes de cada actuación y descubrir el trabajo del equipo de producción, que prácticamente crea un escenario nuevo para cada actuación. Todo ello en apenas cinco minutos. Incluso es posible pedir un autógrafo a los jueces, siempre durante las pausas publicitarias o al final. Eso sí, también deben estar dispuestos a dejar los móviles en los bolsillos (norma fundamental del programa) y seguir a los incansables animadores, que durante cada gala dirigen a los invitados para que ningún momento estelar esté exento de aplausos.

A la caza de «la voz»

Incluso viviendo las actuaciones en directo, a veces es difícil descubrir qué concursante tiene el potencial necesario no sólo para ser «la voz», sino también para triunfar. «Tener más o menos voz es secundario, lo importante es afinar. Y saber transmitir. Quien logre transportar emociones, algo que muy pocos tienen, triunfará», confiesa José María Sepúlveda, del equipo de Alejandro Sanz. «Desde luego que los que están en esta fase están por algo, ya sea su voz, su carisma, aunque nos gusten más o menos, como todo», reconoce Marcos.

«Solo el 10% vienen formados, y eso no es nada bueno, porque estudiando logras cantar más y durante más tiempo», subraya Collado, que echa de menos una mayor profesionalización del gremio. En cambio, otros maestros, como Alicia Araque, valoran también la inocencia del principiante. «A veces quien es más puro transmite una frescura que es muy bonita», puntualiza.

Sobre las críticas que hablan de un exceso de concursantes «aflamencados», Sepúlveda es tajante. «Esto es España. En los niños, por ejemplo, no pasa esto porque muchos son bilingües. Hay que ser más abiertos. Nosotros hemos introducido distintos estilos, como el lírico o el jazz, y vamos evolucionando cada vez más».

Boom en la industria

Aunque todos coinciden en que es imposible que el mercado absorba a todos los cantantes que prueban suerte en programas musicales, también señalan que la televisión es «un escaparate incomparable». De hecho, cada semana se asoman al programa más de tres millones de espectadores. «Desde su estreno, "La Voz" fue un bombazo. No había un fenómeno así desde "Operación Triunfo". Todo se graba en vivo, con público, y eso les da experiencia y visibilidad. Luego depende de cómo lo gestionen», concluye Marcos.

«Irene es una diva, un toro miura»

Irene, la joven gallega del equipo de Malú, se ha ganado durante estos meses el apelativo de la «Adele» española. En su última actuación, no sólo logró que la líder de su equipo le diera la mayor puntuación, sino también el apoyo masivo del público. «Ella tiene una gran voz, enorme, y encima es de mi equipo, así que ojalá le quede mucho en el programa», confiesa Lucía Collado, su asesora vocal. José María Sepúlveda, del equipo de Sanz, va mucho más allá. «Ella es un miura y tiene un mundo sorprendente. Es una diva, y una firme candidata para ganar "La Voz"», reconoce.

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