«El árbol de los deseos»
«El árbol de los deseos» - TVE
«EL ÁRBOL DE LOS DESEOS»

Edu Soto: «Siempre he dado una imagen poco seria y madura de mí»

El presentador presenta «El árbol de los deseos», que se estrena esta noche en La 1

Madrid Actualizado: Guardar
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Este sábado (23.40) llega a La 1 «El árbol de los deseos», un espacio familiar producido por Shine Iberia para RTVE que recorrerá el país para visitar, por sorpresa, a niños entre 6 y 12 años de escuelas en las que crecerá un árbol donde colgarán los deseos. La única condición es que las sorpresas no sean para ellos, sino para alguien a quien quieran hacer feliz. Edu Soto es el presentador y ABC ha hablado con él ante este nuevo reto televisivo y esta vez... con niños.

P - -¿Es usted niñero?

-No tengo niños, pero me gustan mucho. La paciencia suprema del niñero real es cuando tienes los tuyos y no te queda otra.

P - -Tras el rodaje de «El árbol de los deseos», ¿hay algo en especial que destacaría de los más pequeños?

R - -Sobre todo la simpleza de pensamiento. Al no tener toda la información ni todas las reglas sociales llegan a una forma de pensar muy natural y muy limpia. Nosotros, los adultos, llegamos a la misma conclusión de una manera más contaminada.

P - -¿Son tan complicados y exigentes como se dice?

R - -Todo lo contrario, son más sencillos. Esa sencillez y sinceridad puede que a los adultos nos moleste cuando, por ejemplo, un niño se queja de que quiere algo. Cuando estoy trabajando y llega la hora de comer y no puedo parar, no me quejo, aunque en mi interior tengo ese niño al que le gustaría hacer lo que quiere.

P - -¿Había trabajado antes para público infantil?

-He hecho teatro y también he sido monitor teatral a modo de asignatura extraescolar y siendo muy joven estuve en un campamento. Todo esta experiencia me ha servido y me ha venido muy bien para saber cómo iba a funcionar con los niños. Siempre he tenido bastante conexión con ellos...

P - -¿Qué es el árbol de los deseos? ¿Cuál es su misión?

-Es un programa cuya misión es conseguir que los niños pidan deseos, pero no para ellos... Mi misión es hablar con ellos y que me cuenten con qué quieren sorprender. Voy a mostrar mi lado más personal, siempre me he visto dando una imagen poco madura y seria de mí y este programa ha sido una oportunidad muy bonita de las que me acordaré toda mi carrera.

P - -¿Cómo ha sido el rodaje?

-Muy intenso. Muchas horas de trabajo, madrugones, a veces frío, tiempos de espera... Cada deseo tiene su tiempo y cada uno es diferente al anterior. De todas las maneras, con lo que me quedo es con el excelente ambiente que ha habido durante el rodaje entre todos y cada uno de los miembros del equipo. Estoy convencido de que ese buen rollo se va a ver reflejado en todos y cada uno de los programas.

P - -¿Los niños de hoy son menos inocentes?

-Al hacerte mayor recuerdas la niñez de una manera y se va distorsionando esa idea en la cabeza a medida que te vas haciendo mayor. Cuando somos niños todos somos muy parecidos. Cambian las tecnologías, y todo aquello que nos rodea y eso afecta en el comportamiento de los niños; pero la esencia es idéntica. Lo que si es cierto es que los niños de antes tenían otro tipo de respeto hacia sus mayores. Ahora hay mucho gallito de corral, pero también hay niños buenos.

P - -¿Alguna anécdota?

-Cada niño, cada deseo ha sido una vivencia increíble. Hubo un niño que lo hicimos súperhéroe por un día y conoció a «Batman»... Era evidentemente un hombre disfrazado, pero el niño se lo creyó tanto que incluso el señor que estaba bajo el disfraz acabó creyéndose su personaje. No se me olvida la cara de asombro del pequeño.

P - -¿El programa va a emocionar y a la vez divertir?

R - -Un sí rotundo a las dos cosas. Por un lado, la emoción de un padre que se reencuentra con su hijo, el abuelo y el nieto y por otro están mis chascarrillos.

P - -¿Cómo era Edu Soto de niño?

-La gente está convencida de que era un trasto, pero tengo que decir que era un buen niño. Mis recuerdos infantiles son en casa, imitando a «Cruz y Raya» o a Joaquín Arozamena en el Telediario... No era gamberro, sino muy responsable y bastante noble.

P - -¿Por qué cree que no hay que perderse este programa?

-La televisión está huérfana de contenidos blancos y bonitos. Es un programa muy necesario en la parrilla televisiva. Hacen falta programas como este, donde imperan la bondad, el regalo, las buenas intenciones. Espacios llenos de valores que son muy necesarios en nuestro día a día. La gente que empiece a ver cómo un niño expresa su deseo de hacer feliz a su abuelo dirá «yo me quedo y lo veo».

P - -¿No estamos ante un programa infantil?

-Para nada. Este es un programa familiar para verlo y disfrutarlo todo. Ellos, los niños son el motor de arranque de nuestro programa. Ellos inician la petición del deseo, pero luego se ve la reacción del adulto.

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