Pesadilla en la Cocina

El reto imposible de Chicote: salvar «Casa Pili», el «crossover entre Pesadilla y Hermano Mayor»

El cocinero visitó un establecimiento de Castro Urdiales (Cantabria) para evitar su quiebra, aunque se topó con una misión muy complicada

Chicote trata de mediar entre Pili y su hermano Javi en un momento de altísima tensión en «Pesadilla en la cocina» LA SEXTA

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Este miércoles tuvo lugar la emisión de una nueva entrega de «Pesadilla en la cocina» en La Sexta . En ella, el cocinero Alberto Chicote visitó la localidad cántabra de Castro Urdiales para tratar de reflotar el restaurante «Casa Pili» . Un local regido por Pili, su propietaria, y coordinado gracias a la ayuda de su hermano Javi y su hijo, Christopher.

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Sin embargo, el ambiente que se respiraba en el lugar hasta la llegada de Chicote era de todo menos bueno. Apenas habían pasado cinco minutos de programa y el cocinero ya había asistido a la primera bronca entre Pili, muy impulsiva, y Javi. «Las cosas han ido de mal en peor y si no toma pronto tanto las riendas de su negocio como de su vida, “Casa Pili” tendrá los días contados», auguraban desde el programa, que argumentaban que «la mala organización, los gritos constantes y la ínfima calidad de la comida» eran los principales problemas del local. «El restaurante empezó sobre ruedas (cuando abrieron), pero ahora cae en picado», reconocía la propia Pili.

El bajo nivel de los alimentos del restaurante fue testado por el propio Chicote. Al ver uno de los platos que le sirvieron, el chef fue muy crítico con la dueña. «Me estás dando a comer algo que tú no te comerías ni de coña», le dijo a la mujer, a la que le emplazó a probarlo. Tras ello, a la propia Pili le entraron náuseas y arcadas, tras lo que fue al baño. «¿Cómo puede ser que la cocinera me de algo que a ella le hace vomitar?» , se preguntó el cocinero.

El momento más tenso llegó instantes después, cuando Chicote intentó un consenso entre Pili y sus trabajadores para buscar soluciones. Aunque solo encontró más problemas, pues la dueña y su hermano se enzarzaron a gritos en una fuerte discusión. «¡Te he recogido de la mierda!» , le gritó Pili a Javi. «¡Tú y yo hemos acabado! ¡Que te fol***!», le contestaba éste. «¡¿Qué?! ¡Eres un desgraciado!», le reprendía su hermana.

Pese a ello, Chicote estaba convencido de que el local podría tener «una última oportunidad» si se dejaba ayudar. Aunque las malas relaciones entre Pili con su hermano y su hijo debido a su fuerte temperamento era un escollo muy difícil de superar. Las redes sociales se hacían eco de ello e iban incluso más allá. «Qué guapo el crossover de Pesadilla en la Cocina con Hermano Mayor», escribía un 'tuitero'. «Los camareros en vez de darte la carta parece que te van a pasar medio gramo », comentaba otro. «Chicote es lo suficientemente listo como para saber que esto no tiene solución, que necesitan terapia. Y se le nota que sabe que no puede hacer nada por ellos», escribía una tercera.

Pese a ello, el chef y su equipo reformaron el local para buscarle una nueva vida, con nuevo aspecto, nuevas técnicas y nueva carta y el objetivo de «enderezar un barco en las últimas» . Pili y su equipo se mostraban entusiasmados. «¡Está buenísimo! Vamos a ponernos las pilas», comentaba la dueña, mientras que los suyos reconocían que no habían dormido en la noche previa a la reapertura, víctimas de la emoción.

«Casa Pili», así las cosas, volvió a abrir bajo el yugo de Chicote. Enseguida, el nuevo modelo de negocio comenzó a funcionar, aunque no tardaron en surgir las primeras tensiones entre Pili y Javi. «¡Me está volviendo loca!», chillaba desquiciada la dueña, hablando de su hermano. «El servicio ha empezado bien, pero se están empezando a despistar mucho. Si Javi no se centra y Pili no es capaz de ponerse en su sitio... ni “Casa Pili” ni “Casa Pola” », señalaba Chicote, visiblemente enfadado, ante sus cámaras.

En cambio, las aguas consiguieron volver a su cauce y, poco a poco, Pili y su equipo lograron superar el día. Chicote les felicitó y ellos mismos le presagiaban un buen futuro al restaurante. Aunque realmente no lo tuvo. El program a fue grabado hace más de un año y medio y el establecimiento cerró definitivamente en marzo del pasado año. En su lugar, hoy en día, se encuentra un restaurante asiático. «Otro fracasito de Pesadilla», comentaba un 'tuitero', refiriéndose al cierre del local. «No te equivoques: el fracaso no es de Pesadilla ni de Chicote –ellos van a ayudar– sino de los propietarios. Si no cambian ni ponen de su parte para mejorar el restaurante, se va a ir al garete», le contradecía otro. En cualquier caso, «Casa Pili» ya es historia.

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