«Pasapalabra», casi una década de éxitos y batallas legales

Telecinco dejó de emitir esta semana el «concurso perfecto», que negocia su continuidad en pantalla

Antena 3 recupera Pasapalabra después de ser cancelado en Telecinco

Christian Gálvez, presentador de Pasapalabra TELECINCO

Federico Marín //Helena Cortés

Desde el miércoles, hay más de dos millones de aficionados a los programas culturales casi huérfanos. Con más de 3.000 emisiones en Telecinco -y casi 1.300 en Antena 3 entre 2000 y 2006- a sus espaldas, el Tribunal Supremo ordenaba a Mediaset retirar de su parrilla el decano «Pasapalabra» tras un litigio sobre propiedad intelectual de casi una década entre Mediaset e ITV, la cadena británica dueña del formato en el que se basa, «The Alphabet Game». De momento, «Sálvame banana» ha sido el parche con el que Telecinco ha cubierto un hueco difícil de llenar, y no solo en términos de audiencia, donde también se ha demostrado casi imbatible: sumaba centenares de minutos de oro, mantenía un 18,4% de la audiencia y dejaba al informativo nocturno una buena legión de fieles.

Prácticamente ningún programa puede presumir de haber repartido más de 18 millones de euros en premios. «Saber y ganar», como decía su presentador, Jordi Hurtado, es de esos concursos que «da prestigio mientras otros reparten dinero». «Pasapalabra» ha entregado, solo en Telecinco, 49 botes. Sin embargo, el mayor premio de la historia del concurso lo ganó Eduardo Benito en Antena 3 en el año 2006: 2,1 millones de euros. El récord en Mediaset lo tiene David Leo García, que tras embolsarse 1,86 millones de euros (menos el correspondiente pico que se queda Hacienda, casi la mitad) hizo un viaje a Japón y publicó un nuevo libro: «Nueve meses sin lenguaje». «Pasapalabra» también ha permitido vivir con holgura a Juan Pedro Gómez (1.674.000 euros), Francisco José González (1.542.000 euros), César Garrido (1.524.000 euros) y Paz Herrera (1.310.000 euros), la primera mujer de la lista, entre otros. Mención especial merece la armenia Lilit Manukyan, que consiguió en 2014 llevarse más de 300.000 euros y completar las 25 palabras del Rosco en un idioma que solo llevaba estudiando siete años. El récord de permanencia lo tiene Jero Hernández, que nunca se ha llevado el bote. Ojalá descubramos más pronto que tarde si Orestes o Rafa, los últimos dos grandes duelistas a los que vimos en «Pasapalabra», se incorporan a esta prestigiosa lista. En total, han participado en el programa cultural presentado por Christian Gálvez cerca de 3.000 cerebritos, de los más de 16.000 que se han presentado a las pruebas.

El inventor del Rosco

La desaparición de la pantalla de «Pasapalabra», que a terrizó en Telecinco en 2007 , está motivada por un conflicto que comenzó en 2009, cuando Mediaset negoció con ITV la renovación de los derechos del programa que, pese a la mudanza de Antena 3 a Telecinco, funcionó bien desde el principio. Entonces, la cadena británica planeaba aterrizar en España, por lo que aprovechó esta negociación por «Pasapalabra» para realizar también un acuerdo de producción de tres años que incluía la compra de 450 horas de otros programas y la producción de dos pilotos al año, tal y como ha podido saber ABC.

Sin embargo, en 2010, hubo un giro de guión inesperado. Mediaset se percató de que el Rosco , la prueba estrella y diferencial del programa, era parte de una tercera empresa, la holandesa MC&F. Tampoco el nombre «Pasapalabra», venía del formato original, sino de la adaptación italiana «Passaparola» . Entonces, el grupo presidido por Paolo Vasile decidió romper su contrato con ITV y demandarla.

Comenzó así casi una década de litigios por la propiedad intelectual de un formato, batalla que Telecinco perdió tanto en primera instancia en 2014 como en la Audiencia Provincial dos años más tarde, en 2016. Las diferentes instancias judiciales no divergieron en el fondo de la cuestión, aunque sí en las indemnizaciones que Telecinco debía abonar a ITV, que pasaron de casi 15 millones de euros a más de 7 millones. Estos dictámenes judiciales también prohibían a Telecinco emitir «formatos idénticos o similares», así como emplear el nombre de «Pasapalabra». Ahora, la sentencia del Supremo confirma los dictámenes anteriores: «Pasapalabra» es una versión de «The Alphabet Game» y no un espacio construido en torno al Rosco de MC&F.

La propiedad intelectual del Rosco y «Pasapalabra» no solo ha generado conflictos legales en España, sino también en Holanda e Italia, donde MC&F se ha personado como parte en sendos juicios que califican como una lucha de «David contra Goliat». Esta empresa fue creada por dos amigos (un creativo televisivo y un hombre de negocios que prefieren preservar su identidad, según sus abogados) en torno a su exitosa creación, en un principio parte de un concurso llamado «21x100». Pese a tener una idea millonaria, «MC&F es una empresa pequeña con recursos limitados», dicen sus representantes. MC&F también ha logrado vender, a la misma productora italiana de «Pasapalabra», otro formato: «Ritorno al presente».

¿Y ahora?

Más allá de la batalla legal, la preocupación de los espectadores y el equipo de Xanela, empresa que produce «Pasapalabra», es saber si el espacio volverá a la televisión y cuándo. De momento, siguen las negociaciones. TVE, según adelantó «ECD» hace unos días, se interesó por el formato como una posible solución para resolver los problemas de sus informativos, en tercera posición en términos de audiencia desde la llegada a la cúpula directiva de Rosa María Mateo. Tampoco sería descabellado que Antena 3 se interesase por un formato de éxito comprobado. Solo queda, como dice la canción de Guns’N Roses que compartió hace unos días Christian Gálvez, tener «paciencia».

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