«Omega», el milagro irrepetible del flamenco

«¿Por qué quieres destrozar mi carrera?», le preguntaba Enrique Morente a Antonio Arias en 1996. Su hija Estrella le animaba a seguir adelante: «¡Papa, esto es fantástico, es bestial!». El cantaor granadino no sabía que estaba creando, junto al grupo de rock Largartija Nick, la última y más incendiaria bomba de la historia del flamenco: «Omega».

Aquel disco en el que se unieron la poesía de Federico García Lorca y la música de Leonard Cohen fue un «milagro irrepetible». Así califica Arias a esta aventura musical que tuvo tantos detractores como admiradores en el momento de su publicación. «Estuvimos un año pidiendo perdón por él, como si hubiésemos hecho algo malo», recuerda el bajista de Lagartija Nick sobre la mala acogida que tuvo al principio. «En tu mundo nos van a matar y en el nuestro no nos hacen ni caso», le repetía al cantaor.

«Morente, sin embargo, estaba convencido de que había hecho un disco importante, a pesar de que nunca estaba contento con sus trabajos. Este es el único cuyo resultado le dejó satisfecho», asegura a ABC José Sánchez-Montes, codirector del documental nominado a los premios Goya, que Movistar + estrena la noche del 25 al 26 de febrero a partir de las 0:00 horas. Un total de 80 minutos en los que el propio cantaor y su familia, los guitarristas Tomatito, Vicente Amigo y Lee Ranaldo (Sonic Youth), el mismo Leonard Cohen, la sobrina del autor de «Poeta en Nueva York», Laura García Lorca, y los miembros de Lagartija Nick cuentan la génesis y los esfuerzos por sacar adelante «Omega».

Un camino difícil e intenso en el que Morente perdió a su madre y los compañeros de Arias abandonaron el grupo, echando en cara al bajista que estaba tirando por la borda la carrera de Lagartija Nick por un álbum sin futuro. «Y era verdad, estaba obsesionado», reconoce el responsable, que también perdió el pelo y a su novia. Pero se repusieron a todo y lo publicaron. Y mientras en el extranjero recibieron buenas críticas allí donde actuaban, en España, solo rechazo. No sintieron la aceptación de aquella obra magna hasta su concierto en el Espárrago Rock de 1998, ante 25.000 espectadores jóvenes enfervorecidos, que lo convirtieron en un clásico. «La verdad es que yo tenía que haber sido rockero. Me he equivocado», confiesa Morente en el documental.