El Hormiguero
La confesión más escatológica de Natalia Tena
Los actores protagonizan «Te quiero, imbécil», una comedia romántica que llega a los cines este viernes 24 de enero
¿Qué ha sido de los guays del instituto? ¿Dónde se ha metido la hermana pequeña (y pesada) de ese amigo? Quim Gutiérrez y Natalia Tena visitan el plató de «El Hormiguero» para presentar «Te quiero, imbécil» , una comedia romántica que hará que los espectadores se hagan alguna que otra pregunta entre risas y que llegará a las salas de cine este viernes 24 de enero.
«Te quiero, imbécil» cuenta la historia de Marcos (Quim Gutiérrez): su novia le ha dejado justo cuando iba a pedirle matrimonio, le han echado del trabajo y ha tenido que volver a vivir con sus padres. Su vida se ha convertido en un desastre, hasta que se cruza con una antigua amiga del colegio (Natalia Tena). «Ese imbécil soy yo. Se ve que hacer de un tío que sufre, que hace el imbécil, se me da bien», dijo Guitérrez entre risas.
Pero Marcos es diferente a los «pardillos» que Quim Gutiérrez ha interpretado antes. «Él antes molaba, pero lo hacía en los 98. Pero parece que por entonces se echó una siesta que se le ha hecho demasiado larga y se ha despertado a los 35. Sigue llevando la raya del pelo en el mismo lado y viste con las mismas camisetas de grupos. Lo único es que ahora esas letras se le deforman por la barriga que ha echado», explicó el actor. «Entonces, después de que le deje la novia y de que pierda su trabajo, va a hacernos de guía turístico del horror de lo que se supone que es un hombre del siglo XXI. Se va a depilar, va a cambiar de hábitos, va a probar las aplicaciones de citas...», añadió.
Hablando de cambios de «looks», Quim Gutiérrez confesó que él también llevó la raya en medio (como su compañero) cuando el tenía 16 años. «A mí me gustaba. Me quedaba bien. Creo», dijo el actor. «Yo me puse todo tipo de colores, me afeitaba a trozos y llevaba hombreras», comentó Pablo Motos. «Yo tenía piojos de verdad», añadió Natalia Tena, ante la mirada atónita de sus compañeros. «Tenía rastas y un piercing en la ceja, que me lo arrancaron jugando al fútbol. Me tuve que rapar porque tuve piojos. De hecho, un día se me movió una rasta y cuando todos los que estaban allí cogieron un cuchillo, una navaja, y me cortaron todas las rastas. Me dejaron un look muy raro», añadió.
Para presentar la película, Natalia Tena viajó desde Londres, su ciudad de residencia. «Acabo de llegar así que es mejor que me habléis un poco más despacio», dijo en un perfecto español. «Allí vivo en mi barco», añadió. Esta afirmación sorprendió a Pablo Motos. ¿Por qué vivir en un barco?, preguntó el presentador de «El Hormiguero». «Eres un capitán. Vives a tu honda, vives donde quieres vivir. Tienes una sensación de comunidad con la otra gente que vive en otros barcos. Londres es una sociedad bastante fría, pero en los barcos es diferente. Ahí sí conoces a tus vecinos», comentó.
Pablo Motos también repasó junto a los protagonistas de «Te quiero, imbécil» alguno de los momentos más señalados de su carrera. El presentador de «El Hormiguero» quiso saber cuál es el secreto de Natalia Tena para superar con éxito las audiciones. «Es como en las citas, siempre va mejor si tienes algo más en la cabeza. Si pareces muy obsesionado, como cuando tienes la sensación de que quieren follar si o si, te echa para atrás. Pues igual en las pruebas», reflexionó la actriz.
De Quim Gutiérrez consiguió otra peculiar confesión, y es que el actor prepara discursos de agradecimiento para premios que no le han dado. «Cuando empiezas con un proyecto, hay veces que te vienes arriba y piensas: 'esto va a ir genial'. Es entonces cuando empiezo el círculo del amor. Pienso en dar las gracias a ese auxiliar que me ha echado una mano ese día», comentó.
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