First Dates

El hachazo de una comensal a su pareja por su falta de estudios

La cita entre Abraham y Anna no empezó con buen pie y terminó con el resultado esperado: ambos se volvieron solos para su casa

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First dates

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«First Dates» , el programa de citas que presenta Carlos Sobera en Cuatro, volvió este lunes, y ya lleva 889 noches. Rompió el hielo este lunes Abraham, un camarero sevillano de 19 años que llegó al programa con una caja de fresas para obsequiar a su pareja. «Soy un chico guaperas , y con la labia suelo triunfar», presumió el joven. Su pareja, también de 19 años, fue Anna, una estudiante barcelonesa que se lamentaba de que «en el amor me ha ido mal y nunca he tenido novio. Como con los catalanes no me ha ido bien quiero probar ahora con un andaluz».

Sobera presentó a los comensales frente a la barra y las primeras impresiones no fueron muy positivas. « Me ha parecido mono », reconoció ella, «y me gusta que sea andaluz, pero no es de Huelva como aquí me gusta, sino de Sevilla». A Abraham, en cambio, lo que le echó para atrás que Anna no fuese « tan risueña como yo lo buscaba. La he visto sequita».

Se sentaron a la mesa y ella empezó a hablar sobre su desaforada pasión por Huelva , ciudad de origen de sus padres. «No entiendo esa pasión por Huelva, la verdad», se extrañó el sevillano, «la ciudad es bonita y tiene sus cosas, aunque tampoco es el paraíso». Luego ya empezaron a charlar sobre sus vidas y planes de futuro. Abraham le contó que ya hacía un tiempo que había dejado de estudiar para hacerse dependiente y luego camarero.

Eso no le hio ninguna gracia a Anna, que reconoció que prefiera «una pareja que tenga estudios para poder llegar a ser algo importante y tener una buena vida importante». La catalana le contó a Abraham que le gusta «lo tradicional, y quiero casarme, tener hijos, mi pisito y vivir bien económicamente...Y para eso hay que estudiar». Esta última coletilla cayó como un jarro de agua fría sobre la cabeza de Abraham, que puntuliazó que para vivir también «hay que trabajar». En el confesionario el andaluz contó que él es «menos tradicional y más de disfrutar la vida y ya Dios dirá». El desenlace fue el esperado , y ninguno de los dos quiso tener una segunda cita.

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