Gipsy Kings

«Los Gipsy Kings» preparan la gran puesta de largo gitana

El programa de Cuatro acompaña a cuatro familias gitanas muy diferentes entre sí

Las Muñoz son una dinastía gitana formada por ocho mujeres CUATRO

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Los Gipsy Kings

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Por si no hubiera suficientes acontecimientos, los Gipsy Kings vivieron la noche del viernes una nueva aventura de mano de las Reinas del Rastro: las Muñoz, una dinastía gitana liderada por mujeres bellas, fuertes, con personalidad y con las ideas claras, tan claras como arrolladoras. ¿Su objetivo? Celebrar la mayoría de edad de Celia , la hija mayor, o lo que es lo mismo: organizar su gran puesta de largo gitana, una celebración que hizo palidecer otros grandes eventos del universo gipsy .

Las Muñoz son una dinastía formada por ocho mujeres de las que quitan el hipo: Celia, la homenajeada ; Dolores, la madre; Yeya, la abuela; Celia, la tía; Débora, la prima, y Juncal, Adriana y Libana, el resto de hermanas. Para esta entrega todo comenzó con una comida de domingo en la casa familiar . Tras la reunión, la prima Débora llevó a las más jóvenes de la familia al estudio de un fotógrafo profesional, una sorpresa que ninguna de ellas podía esperarse y que disfrutaron todas juntas.

Por su parte, la familia Fernández Navarro, después de barajar infinitas ideas para alcanzar el éxito con su gipsyton, creyeron dar con la clave de la fortuna grabando todos juntos un videoclip . Joaquín, Mariano y los chicos de la familia grabaron las imágenes al revés para ver el final en el principio, aunque los experimentos audiovisuales no acabaron de salirles muy bien.

Con muchísima ilusión se pusieron a trabajar todos en su proyecto, pero pronto les salió un proyecto mucho más apetecible: un viaje a lo que llaman «la cuna del flamenco», es decir, a Japón . Ya se sabe que en las familias gitanas funciona el sistema gerontocrático, y la posibilidad de viajar a Asia era solamente para los mayores de la familia: padre y madre. Pero como no se fiaban de sus hijos, que habían aprovechado otros viajes para montar fiestas en casa, mandaron a El Charro, patriarca de la familia y suegro de Joaquín, para vigilar a los traviesos hijos.

Los Jiménez, en cambio, pasan por un momento muy delicado y esperaban ansiosos la llegada de la Rebe, la princesa de la casa, después de que escapase con José, su novio, sin informar a sus padres de su paradero. Su regresó, aunque alivió a la familia , fue más bien agridulce, ya que Rebe no está dispuesto a dejar a su amado y sus padres deberán asumirlo les guste o no.

Por último, en Madrid, las Salazar disfrutaron de una tarde rodeada de lujos. Acompañadas de sus amigas las pijitanas (pijas gitanas) Raquel decidió celebrar su aniversario de casada a la manera pija. Además, tras ver el comportamiento de su perro Toby, tomó también una gran decisión para él: le buscaría novia por internet para que deje de comportarse tan mal . Pero los problemas de los Salazar no terminan ahí, pues la familia se da cuenta de que ellos solos no pueden hacer frente a las obras de la casa de Noemí. Las Reinas del Brillo no se conforman con una reforma cualquiera, y tendrán que pedir ayuda si quieren seguir adelante con la obra.

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