La vacilada que dejó fría a una comensal de First Dates

Segundo día de la celebración del segundo aniversario de First Dates . Para festejarlo, el dating show de Cuatro está sentando a cenar en su restaurante a parejas que se conocieron en el programa y, desde entonces, han mantenido una relación. Esas parejas veteranas de First Dates aprovecharon la ocasión para agradecerle a Carlos Sobera y a todo su equipo que les hayan dado la oportunidad de enamorarse.

Pero el amor es inagotable, como bien dijo ayer el presentador en su monólogo inicial, que es lo mismo que decir que First Dates es inagotable . Nuevos solteros llegaron este martes al programa y todos tuvieron que enfrentarse a un reto extra : tener la cita con los ojos vendados y no poder ver el rostro de su pareja hasta haber respondido si quieren o no una segunda cita con ella. Como es comprensible, pudieron verse unas caras de sorpresa mayúsculas, y no siempre agradables.

El encargado de romper el hielo fue Jesús, un tatuador murciano de 48 años que ya había tenido una cita fallida en el programa. Con larga barba, tatuajes y dilataciones, Jesús quiso volver a probar suerte en First Dates con la esperanza de que hubiese más feeling en esta segunda ocasión . Su pareja fue Amaya, una asturiana con un estilo muy semejante al de Jesús, pero una edad bastante más baja: 31 años gasta Amaya, 17 menos que su pareja. Amaya reconoció que eso era algo que «le echaba para atrás». Aunque la conversación fue animada y divertida, Amaya acabó echándose atrás por la edad de su pareja.

Luego le llegó el turno a una pareja de lesbianas con la mayoría de edad recién cumplida, María, sevillana, y Carolina, de Cáceres. Esta última le explicó a Sobera que su rutina consistía en ir «de la cama a comer y de comer a la cama . Y salir solo si me apetece y no hace ni frío ni calor». También demostró su carácter guasón vacilando a su pareja al poco de sentarse a la mesa. Como llevaban los ojos vendados, cuando María le dijo que tenía 18 ella se hizo la sorprendida diciendo «¿solo 18? ¡Pero si yo tengo 40! Me han buscado a una niña» . La sevillana se quedó fría, sin dar crédito a lo que oía, pero pronto Carolina la tranquilizó diciéndole su verdadera edad. Al final fue Carolina la bromista la que se echó atrás a la hora de dar la respuesta final mientras que María sí quiso darle una segunda oportunidad. Sin embargo, una vez que se quitaron las vendas María retiró su sí porque dijo que Carolina «no le atraía físicamente».