First Dates

Saltan chispas en una cita en «First Dates»: «Pensé que quería levantarse y romperme una silla en la cabeza»

Mari Carmen y Rafael chocaron desde el primer instante de la cita y la cena terminó con un duro intercambio de descalificaciones: «Prefiero quedarme soltera antes que estar con un hombre como tú»

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First dates

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Este lunes «First Dates» , el espacio de citas presentado por Carlos Sobera en Cuatro, emitió su programa número 910 acogiendo a otra docena de solteros ansiosos por encontrar el amor. Uno de los primeros en afrontar su cita este lunes fue Rafael, un gaditano de 29 años que trabaja como vigilante de seguridad, además de tener una empresa de alquiler de coches de lujo . «Yo soy un triunfador y lo seré siempre», advirtió en su presentación. Le contó a Sobera que lo había pasado mal en el amor y que había por ahí «mucha pendeja» . El gaditano buscaba una pareja activa y a la que le gustase el cine.

Su pareja iba a ser Mari Carmen, una camarera malagueña para quien la primera impresión de Rafael no fue muy positiva. Él, un tanto fanfarrón , rompió el hielo hablándole de su empresa de alquiler de coches de lujo. «A mí que no me intente impresionar con cohes de lujo», contó Mari Carmen en el confesionario, «prefiero un coche no tan de lujo y una persona más humilde dentro». No empezaba con buen pie la cita de Mari Carmen y Rafael.

«Tú eres un poco malote, ¿eh?», dijo ella nada más sentarse a la mesa. «Pues dentro de este malote hay un corazón muy sensible y muy bueno», contestó él muy meloso, aunque acto seguido cambio el tono: «¿A que me he ganado el Oscar por esto?», dijo entre risas. «Pues sí», le secundó la malagueña, que comentó en un aparte que ambos « somos muy chulos y chocamos ». Rafael, pese a este primer revés, intentó remontar la cita y sacarle temas de conversación a Mari Carmen.

Pero ella se mostraba impasible y solo daba respuestas evasivas y cortantes. «He intentado que estuviese cómoda , pero desde el primer momento estaba retraída y muy tajante, iba al cuello», se quejó el gaditano. La cita entró entonces en un bucle de vaciles y dardos mutuos en el que quedó confirmado que cada uno acabaría yéndose por su lado.

Aunque ella estaba con las uñas fuera, Rafael intentó divertirse un poco insinuándole a Mari Carmen que iba a ser su pareja. «Yo contigo estaría media hora , la de la comida. Y para de contar», se revolvió la malagueña. Al poco él intentó ponerse serio: «Tú le estás dando la vuelta a la situación, porque yo soy muy buena persona». Nada ablandó a Mari Carmen, y él se quejó por su actitud agresiva: «Me miraba de una forma que parecía que quería levantarse y romperme una silla en la cabeza, me daba miedo».

Las cosas emperoraron poco después, cuando él pidió que le cambiasen un plato porque no estaba hecho a su gusto. A ella no le gustó nada esa actitud, «pues yo sé lo que es trabajar como la camarera o el cocinero y sé que lo están haciendo lo mejor que pueden». Él, con la chulería y la suficiencia que le define, le dijo que «si yo voy a pagar por algo quiero que me lo traigan bien hecho , ¡por que yo pago!», concluyo dando un fuerte golpe sobre la mesa que hizo girarse a los comensales de las mesas vecinas.

«Eso del golpe en la mesa me ha matado», se sinceraba ella en el confesionario, «¿dónde va?, ¿quién se cree que es? ». d

me has parcido un poco prepotent,e y yo a ti?

me has aprccido siesa, esperaq eu me pegases y todo

prefiero que quedarme soltera a encontrar a un hlombre como tu, yo tampoc creo que encuentres a una muejr que te aguante mucho,s iendo tu como tu eeres te vas a quedar solito

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