First Dates

Un comensal, sobre su pareja y las redes sociales: «Me está engañando como a una perra»

Marcos negó que utilizase aplicaciones para ligar y Davud tenía muy claro que le estaba mintiendo

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First dates

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Una vez más, y ya van 884 noches, «First Dates» no ha faltado a su cita con los solteros más necesitados de nuestro país. Carlos Sobera recibió en primer lugar a Marcos, un reponedor madrileño de 30 años que contó en su presentación que le encantan « los vampiros por la sutileza , la seducción, el juego...No es que quiera estar todo el día chupando sangre». Además, los fines de semana trabaja como actor en un género de películas que trata sobre « cómo sobrevivir una noche a un apocalipsis zombie en una ciudad cualquiera».

«No tengo prototipo de hombre», contó Marcos, «pero me gustaría que tuviese un carácter fuerte y a la vez cariñoso y romántico. Que tenga apariencia de tipo duro pero en el fondo sea más blandito». Para cenar con él llegó David, un toledano de 42 años que trabaja en una empresa aeronáutica y en una orquesta los fines de semana. «Reconozco que soy muy gruñón, gruño a todas horas», reconoció en la presentación.

La primera impresión de Marcos no fue demasiado positiva: «Hay algo en David que me gusta, pero otras cosas que no me acaban de gustar ». Los compases iniciales de la conversación fueron tensos y renqueantes, con silencios incómodos. «Pues aquí he venido, a pasar la noche haciendo algo diferente», comentó Marcos. «Me suena tu cara» , le dijo de pronto David, «alguna vez hemos hablado seguro». Marcos, sin prestarle mucha atención, dijo que sí, pero que no recordaba de qué se conocían.

Se sentaron a cenar y la cosa fue destensándose. Al poco rato charlaron sobre cómo usaban sus teléfonos móviles y las redes sociales. «Yo creo que hablamos por Instagram o algo de eso», insistió David, a lo que Marcos replicó diciendo que no usaba redes sociales ni tampoco «esas aplicaciones de ligar». «Pues yo sí las tengo», reconoció David. «Me parece que me está engañando como a una perra », dijo este último en el confesionario, «no me creo que siendo soltero y viviendo solo en Madrid no tenga esas aplicaciones».

Un poco más adelante Marcos le reconoció a David que era muy celoso, algo que no le gustó nada al toledano: « Eso me cayó fatal , no me gusta nada». Después del postre, cuando se hacían fotos en un fotomatón, Marcos intentó besar a David en la boca, pero él se apartó. «No quiere darme un beso, ¡cabrón!», se quejó el madrileño, que luego se desahogó en el confesionario: «Me ha hecho una medio cobra, pero luego va y me agarra de la cintura . Que se aclare». Cuando llegó la hora del desenlace, ninguno de los dos quiso darse una segunda oportunidad aunque prometieron seguir viéndose como amigos.

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