First Dates
El comentario homófobo de First Dates: «No tengo feeling con los gays, son bastos»
Diego, un gallego de 20 años, le preguntó a su pareja si tenía amigos gays
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First dates
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Es difícil encontrar un programa capaz de suscitar más pasmo en el espectador que First Dates . El espacio de Cuatro para las noches de entre semana es garantía de sorpresas y situaciones divertidas .
Ya las formas de presentarse de los aspirantes suelen ser bastante estrambóticas. «Yo busco a una chica que me haga un zumo de naranja por las mañanas», aseguró Álvaro. El ojo de los emparejadores falla muchas veces, sentando a cenar juntas a personas totalmente imcompatibles. «Es mejor que no te empecines con nada, mucho menos con el amor», aconseja Sobera sabiamente.
Siempre se preocupan los guionistas por garantizar diversidad . Hay parejas de jóvenes y viejos, de «normales» y raritos, y siempre alguna pareja homosexual .
Carolina , una de las aspirantes de la noche, acudió con la estrategia de avasallar a su pareja , freírla a preguntas, buscarle contradicciones...Su acompañante, Juan Manuel, que ya entró al programa bastante nervioso, se vio superado e incómodo durante la cita, aunque sometiéndose a la voluntad de Carolina y asintiendo a sus preguntas.
«¿Me acompañarías a de compras?», «¿me ayudarías a limpiar?», «¿me dejarías salir de copas?»...y él a todo sí, sí, sí . «Es que yo espero muchas cosas de ti», le advirtió Carolina, que parecía buscar más un criado que una pareja . El interrogatorio fue intenso y hostil. «¿Con qué me sorprenderías por tu cumpleaños?, ¿qué detalle tendrías conmigo?», llegó a preguntarle. El final fue el previsible: él querría haber tenido una segunda cita, pero ella no quiso saber nada de él.
Muchas veces los emparejadores unen a dos personajes que comparten una afición o un gusto poco común , como fue el caso de Yadira y Borja: ella aficionada al trap, él artista de trap. Pero el amor es imprevisible, y un afición en común no garantiza nada. En todo lo demás no tenían nada en común: a uno le gustaba jugar muchas horas al FIFA, ella prefiere pasear y caminar por el monte.
El elenco de personajes se engrosó con Diego, orensano de 20 años, «pijo, de derechas y católico» se presentó. Y así le gustaría que fuese su pareja. Estudiante de filosofía, sorprendió cuando reveló su pasado religioso: «Yo estuve en el seminario, pero por diversos motivos se rompió la llamada del Señor». Aún así, «el Señor es como mi colega» .
«Con 18 años tenía novia, lo dejé y me metí en el seminario », fue la sorpresiva confesión que le hizo a su pareja. «Bueno, yo soy católica, pero no de las que va a misa todos los domingos», se asustó ella.
Diego sacó luego su peor cara. Le preguntó a Paula si tenía amigos gays, «yo no, no tengo feeling con los gays, son bastos» , asesuró él. A ella no le gustó nada su comentario, y dijo que había que conocer y respetar a todas las personas-
Además, al final él tuvo un gesto muy feo con su pareja. Tras la cena, en el salón, a ella le tocó el reto de darle a Diego «un beso de película». Diego le dijo luego a la cámara que «en cuanto vi que salió lo del beso, me fui al baño. Con eso te lo digo todo».
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