«Crónicas marcianas»: Así fue el programa que revolucionó las madrugadas

Rememoramos el mítico late night que supuso un antes y un después en la televisión española

Javier Sardrá presetando «Crónicas marcianas» MEDIASET

Manuel Campillo

Cuando hablamos en televisión de la franja del late night, no podemos evitar acordarnos de «Crónicas marcianas». El espacio, presentado y dirigido por Javier Sardà , revolucionó la televisión hace más de 20 años. El programa fue evolucionando con el paso del tiempo, convirtiéndose en un espacio completamente distinto al que se presentó a la audiencia en un primer momento.

La idea del formato fue de Joan Ramón Mainat , que recibió el encargo de Telecinco. La intención era conseguir replicar el éxito de Pepe Navarro con «Esta noche cruzamos el Mississippi», que marchó a Antena 3. Los creativos tenían total libertad para hacer el espacio y decidieron apostar por un formato que ofreciera una opción culta en dicha franja.

«Hubo un "Crónicas" experimental, uno mucho más salvaje, otro que se adentró mucho en el corazón, otro que prestaba mucha atención a "Gran hermano"... La idea era provocar y sorprender todos los días, pero las líneas al principio no estaban claras», recuerda Jordi Roca , subdirector y guionista de «Crónicas marcianas» en una entrevista a La Vanguardia. En un primer momento, consiguieron ofrecer un formato lleno de entrevistas y debates , pero con el tiempo el late night fue derivando en algo mucho más diferente.

Junto al buen resultado del programa, también vivieron cómo «La sonrisa del pelícano» de Pepe Navarro fue cancelado en poco tiempo. Desde entonces «Crónicas marcianas» se quedó sin competencia en una franja que consiguieron liderar de manera holgada. Llegaron a lograr datos de hasta el 40% de cuota de pantalla, algo a día de hoy verdaderamente complicado de conseguir.

El espacio se convirtió en un formato en el que todo podía pasar. Aunque desde el mismo afirmaban que no había nada preparado, muchas veces la audiencia llegó a pensar que ciertas sorpresas se orquestaban desde dirección. «Nosotros no sabíamos que eso iba a suceder. La mayoría de las situaciones surgían, nosotros s olo juntábamos los elementos para que sucediesen cosas», afirmaba Roca. Uno de estos inesperados momentos llegó cuando Sofía Cristo entró en «Crónicas marcianas» para llamar a su padre «maltratador» en directo.

Otro de los mitos del programa llegó de la mano de Boris Izaguirre . En un primer momento. se coartaba ante las cámaras, pero, con la confianza que le ofreció Javier Sardá, empezó a quitarse ropa en directo. La primera vez que se bajó los pantalones fue durante una entrevista a la actriz Concha Velasco y desde ese momento se convirtió en un contenido más de «Crónicas marcianas».

«Crónicas marcianas» no solo fue un espacio de entretenimiento. Cuando la situación lo requería, Javier Sardá decidía darle un giro al contenido para informar en situaciones especial. Su «pulsión periodística» le llevó a hacer de «Crónicas marcianas» un especial informativo tras los atentados del 11-M en Madrid .

Con el paso de los años, el programa fue mutando y nuevos rostros entraron en «Crónicas marcianas». Con Javier Cárdenas , se abrió la puerta a una enorme cantidad de personajes que pasaron a la cultura colectiva. Leonardo Dantés con su «Baile del pañuelo», «El Pozí» o Paco Porras fueron tan solo algunos de los más míticos del late night de Telecinco.

La llegada del año 2000 trajo consigo «Gran Hermano» irrumpiendo en la vida de los españoles, y «Crónicas marcianas» fue también un ejemplo de ello. Desde que el reality comenzó, el espacio de Javier Sardá fue dando cabida también a todos los habitantes que salían de la casa. Poco a poco, el programa se fue convirtiendo en un espectáculo de personas gritando, con Boris todavía en paños menores, provocando que muchos empezaran a considerar el programa como «telebasura».

«Crónicas marcianas», poco a poco, fue agotándose, pero hubo tres hechos que marcaron definitivamente el final del late night. El primero fue la muerte de Joan Ramón Mainat. El creador del programa, junto a Javier Sardá, era el que aportaba todas las ideas al espacio. A esto se le sumaba el cansancio del presentador por las exigencias del formato. Además, en Antena 3 la llegada del late night de Andreu Buenafuente supuso que acordaran que el final de «Crónicas marcianas» fuera inminente. En el año 2005, llegó el punto y final del programa, que en sus ocho temporadas consiguió mantener una media de audiencia muy buena, superando con holgura el millón y medio de espectadores.

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