¿Te lo vas a comer?

La pésima calidad de la comida en residencias de mayores: «Es un campo de concentración sin cámaras de gas»

Dos cocineras de una residencia de ancianos de la Comunidad de Madrid denunciaron que «no hay ni cantidad ni calidad en los productos utilizados en la cocina»

LA SEXTA

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¿Te lo vas a comer?

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La semana pasada Alberto Chicote le dedicó «¿Te lo vas a comer?» , su programa sobre comida en La Sexta, a lo que comen los militares en los cuarteles. Para su nuevo episodio, el chef se ha propuesto examinar cómo comen los mayores en las residencias después de que se conociesen nuevos casos de ancianos con comida indecente en sus centros . El mismo tema ya lo abordó Chicote en un capítulo de la primera temporada. Esta vez no se centra solamente en lo que se come en las residencias, sino también en la dramática situación que sufren las personas que reciben la comida a domicilio.

En España viven alrededor de siete millones de personas de entre 70 y 100 años y una buena alimentación es fundamental para que las personas mayores mantengan una calidad de vida adecuada. En esta ocasión, «¿Te lo vas a comer?» abordó dos líneas; por un lado, la alimentación de los mayores en residencias y, por otro lado, el servicio de comida a domicilio que los ayuntamientos y comunidades ofrecen a las personas mayores que lo solicitan.

El programa arrancó con una entrevista a dos cocineras que trabajan en una residencia pública de la Comunidad de Madrid , gestionada por una empresa privada. Estas dos cocineras aseguraron que tanto la calidad como la cantidad de la comida que sirven a las personas que viven en la residencia es más que mejorable y enseñaron a Chicote material gráfico de lo que ocurre en la cocina, prácticamente, a diario: mala conservación de los alimentos , prácticas no apropiadas para descongelar, pescados de baja calidad (fletán, fogonero, abadejo...), cantidades muy ajustadas.

En la Comunidad de Madrid hay 41 residencias públicas, 18 de las cuales tiene su gestión en manos privadas . La empresa Aralia gestiona cuatro residencias públicas y Chicote se encontró con Sol Félix e Inés García, dos cocineras que trabajan en una de esas residencias. «No hay ni cantidad ni calidad en los productos utilizados en la cocina», denuncian las empleadas, que le mostraron a Chicote imágenes en las que se veía cómo tiene que alimentar con nueve calabacines a más de 75 personas.

Esta residencia no fue la única de la que se habló en el programa. Un grupo de familiares denuncia a cámara que el lugar donde viven sus mayores es «un campo de concentración, pero sin cámaras de gas» . Una de esas familiares contó que su madre «murió con 77 años, entró en la residencia con 49 kilos y murió al año y medio con 25. En las perreras tratan mejor a los perros que ahí». La residencia en cuestión, también situada en la Comunidad de Madrid, está gestionada por la misma empresa, Aralia. Chicote intentó por todos los medios hablar con alguien de la compañía, así como con un representante de la Comunidad de Madrid, pero nadie quiso decir nada al respecto.

Para investigar las condiciones de la comida a domicilio, Chicote conoció de primera mano la historia de personas mayores que reciben este servicio ofrecido por el Ayuntamiento de Málaga . El servicio está gestionado a través de la Ley de Dependencia y el ayuntamiento lo tiene externalizado a empresas privadas. En Málaga conoció Chicote a Miguel que vive junto a su madre Dora, de 80 años y usuaria del servicio de comida a domicilio.

Dora recurre a este servicio desde hace tres años debido a sus graves problemas de visión. Las quejas de su hijo Miguel son constantes, que ya ha llamado a la empresa que les atiende para que quede constancia de la mala calidad de la comida. «Pese a todas mis quejas, la comida sigue siendo patética », asegura. Está convencido de que ese tipo de comida "«le sienta mal a su madre», tanto que algunos días ha llegado a tener que tirar a la basura la comida de lo mala que está. Hay veces que, incluso, si la comida tiene muy mal aspecto , la prueba su hijo antes para comprobar si está en buen estado.

Chicote, con la ayuda de los usuarios de este servicio, logró plantarse en el ayuntamiento de Málaga para hablar con el responsable cargado de 'tuppers' de comida que es la que tienen que comer las personas mayores. Allí le recibió Raúl Jiménez, teniente alcalde de la ciudad, que admitió que no sabía dónde ni cómo se cocinan los alimentos que luego se mandan a casa de los usuarios. «Tengo la tranquilidad de que se trata de una empresa de prestigio. La principal satisfacción de que funciona bien son los propios usuarios», afirmó.

No obstante, al poco tiempo Chicote lo acorraló mostrándole pruebas y testimonios de la escasa calidad de los menús. «Me dicen que lo que reciben no vale ni un pimiento . Hasta el propio repartidor de la comida habla de quejas», explica Chicote. El teniente alcalde enmudeció y Chicote se lanzó a exigirle un compromiso para cambiar la gravísima situación: «Se me ponen los pelos de punta. He pasado unos días muy malos , de caérseme las lágrimas en casa de la gente». «Yo he comido también así y esta gente (Serunion) han ganado algún concurso en el ayuntamiento», fue lo único que supo responder el edil.

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