Eurovisión

Blas Cantó y la responsabilidad de sacar del pozo eurovisivo a TVE

El joven es todo un portento vocal, pero corre el riesgo de seguir el camino de sus predecesores en el popular festival de la canción

Blas Cantó, próximo representante de España en Eurovisión

M. M.

Si fuera por voces, España sería reina absoluta en el Festival de Eurovisión . Obviando los grandes errores que Televisión Española ha cometido enviando al concurso a rostros como Manel Navarro o «Las Ketchup» , el certámen ha contado en muchas de sus ediciones con grandes portentos vocales que, pese a su potencial, no han logrado salvar los muebles en una de las citas artísticas más importantes a nivel internacional. Así lo confirman, por ejemplo, los décimos puestos logrados por Ruth Lorenzo y Pastora Soler , el décimoquinto de Daniel Diges o la vergonzosa vigésimo tercera posición de Amaia Romero y Alfred García.

En 2020, el «valiente» encargado de recuperar la dignidad en Róterdam será Blas Cantó. Al Festival, aseguran los expertos en la materia, no solo hay que llevar una voz bonita sino una canción impactante. Desde hace años, Televisión Española concentra sus esfuerzos en encontrar a artistas a la altura olvidando, quizá, que lo más importante es dar en la clave con el tema musical y crear una puesta en escena que silencie a Europa. Y, en eso, desgraciadamente, llevamos errando demasiado tiempo.

Blas Cantó se dio a conocer como parte del grupo juvenil Auryn y, tras la escisión de la banda, decidió mostrar al público sus dotes artísticas en «Tu cara me suena» , el concurso de Antena 3 que mezcla el canto con la imitación y en el que se alzó con el premio en 2017. Su nombre estaba en las apuestas y la elección de Cantó ha gustado en líneas generales, puesto que el chico reúne varias de las claves que podrían garantizar su éxito en el concurso o, al menos, (no es mucho pedir), un puesto entre los diez primeros clasificados. Ya no pedimos ganar, tan solo queremos recuperar la dignidad.

Estrategia errónea

Este año, a Televisión Española puede volver a reprochársele el no haber profundizado más en la búsqueda de un tema rompedor y novedoso antes de dar con el artista. La mecánica, de hecho, debería haber sido a la inversa: escoger la canción y, después, buscar a un artista «360», que diría Paquita Salas, capaz de defenderla sobre el competitivo escenario. Al menos, el representante de este año no saldrá de «Operación Triunfo», donde la experiencia ha sido nefasta en las últimas ediciones con Miki Núñez y el tándem Amaia-Alfred.

Queda por delante un largo camino. Sobre el talento de Blas Cantó no hay ninguna duda pero sí las hay, y muchas, respecto a la capacidad de la cadena pública para definir una táctica que nos devuelva el nombre que hace mucho tiempo perdimos en Eurovisión. Somos el país de Raphael, Joaquín Sabina, Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Camilo Sesto, Rocío Jurado, Luz Casal, ¡Rosalía! Demostremos que somos capaces de estar a la altura.

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